Los diez momentos imposibles de olvidar de los premios Goya

Llega la gran noche del cine español, nada menos que la vigésimo séptima edición de los premios Goya. Y viene pisando fuerte porque, antes de empezar la fiesta, ya ha sembrado varios hitos que inmortalizarán su memoria y la harán digna de figurar en un futuro top ten de Vertele.

El primero, que la cinta muda en blanco y negro de Pablo Berger, Blancanieves, se ha convertido ya en la tercera película más nominada de la historia de los Goya (18 nominaciones, sólo por detrás de Dias contados (19) y La niña de tus ojos (18).

El segundo hito bien podría ser el récord de taquilla que ha batido Lo Imposible, logrando el mejor estreno de la historia de España, o el Goya de Honor que le han dado a Concha Velasco, pero no. El protagonista es otro clásico del Séptimo Arte, José Sacristán, que por primera vez en sus, nada menos que 48 años de profesión, aspira a un “cabezón”.

En cuanto al tercer hito, va dedicado a la familia León Barrios y el triplete que se han marcado, con Paco León (Luisma en Aída) como aspirante al Goya a la mejor dirección, su hermana María León (Sandra en Con el culo al aire) como actriz secundaria y Carmina Barrios, la madre, como revelación.

Los policías del Grupo 7, con Mario Casas (Ulises en El barco) a la cabeza, y El artista y la modelo, de Trueba, podrían estar detrás de otros hitos. Pero eso no lo sabremos hasta que Eva Hache comience a dar paso a los premiados y reparta chanzas a diestro y siniestro en el Centro de Congresos Príncipe Felipe.

Desde este top ten queremos recordar precisamente eso, algunos hitos de nuestros premios del cine español. Es bien seguro que no están todos los que son, pero sí son todos los que están.

Y los hitos nominados son...

1. Goya 2012: el monólogo de Santiago Segura

Comenzamos con Santiago Segura, que se convirtió en uno de los grandes protagonistas de la pasada ceremonia de los premios Goya. Su aparición en el escenario y su monólogo lleno de ácidos comentarios sobre los asistentes, al más puro estilo Ricky Gervais, arrancó las carcajadas de los nominados e invitados a la gala.

El showman comenzó diciendo que estaba “destrozado” porque no figuraba en ninguna categoría, a pesar de haber hecho una película “preciosista” y “haber puesto a Kiko Rivera a trabajar”. También tuvo comentarios hacia Banderas, Coronado, Mateo Gil, Benito Zambrano y para Pedro Almodóvar, al que “no le digo nada porque se va de la Academia”. Segura fue muy aplaudido, tanto en la ceremonia como en Twitter.

2. Goya 2012: el rap del Langui

La música estuvo también presente gracias al Langui y un rap en el que participaron varios actores que no suelen demostrar sus dotes en el ámbito de la canción: Javier Gutiérrez, Tito Valverde, Juan Diego y Antonio Resines. Este último se llevó toda la atención cuando le tocó demostrar su flow y se le lenguó la traba... Perdón, se le trabó la lengua. El vídeo no tiene desperdicio. Aunque, como bien dijo Nacho Vigalondo: “En general, me chifla cualquier artista que huye hacia adelante cuando se le olvida la letra”.

(Pinchar aquí para ver el vídeo)

3. Goya 2010: las películas de Buenafuente

El showman fue el conductor de la gala de los Goya en 2010. El desopilante sketch con el que arrancó la ceremonia es difícil de olvidar: una disparatada película que narra su complicada llegada al escenario de los Goya, y en la que a Buenafuente le acompañan rostros tan cinematográficos (y televisivos) como Antonio Resines, Fernando Tejero, Olivia Molina, Manuela Velasco y Lola Dueñas (próximas incorporaciones a Aída), Eloy Azorín... Su monólogo posterior redondeó su inmejorable inicio de la gala

4. “¡No a la guerra!”: los Goya más reinvidicativos

Pasamos de una de las más divertidas galas recientes a la que es, sin género de dudas, la más reivindicativa. La ceremonia de entrega de 2003, conocida popularmente como la del “No a la guerra”. Alberto Sanjuán y Willy Toledo, cabezas visibles (que no únicas) de la compañía teatral Animalario levantaron ampollas entre la clase política: con estos cómicos a la cabeza, la industria española se erigía como estandarte popular contra la guerra de Iraq y la participación española en la contienda.

5. La hora de 'la Muchachada': los “cuatro fantásticos” del humor

En 2009, la tropa de Muchachada Nui -o lo que es lo mismo, Joaquín Reyes, Ernesto Sevilla, Julián López, Raúl Cimas o Carlos Areces- hizo acto de presencia en los Goya, con el objetivo de impregnar con su humor absurdo y surrealista una gala que tenía visos de resultar demasiado seria y monótona. Sus (contadas) apariciones cayeron como agua de mayo en el público, que pudo disfrutar de momentos tan descacharrantes como los que acompañan a este texto. En el primer vídeo, Reyes da la nota al salir disfrazado del mismísimo Reed Richards, líder de los Cuatro Fantásticos. La segunda pieza es uno de los sketches que los artífices de Museo Coconut prepararon sobre la triste vida de un director maldito con tendencia a hablar en “inglés inventado”.

6. Carmen Machi y José Corbacho: besos para todos

En 2003, el bueno de Adrien Brody consiguió con El pianista el premio más ansiado de la historia del cine: un apasionado beso con Halle Berry (ah, sí, también se llevó el eunuco dorado). En España, fueron Carmen Machi y José Corbacho quienes decidieron imitar al intérprete de perfil aguileño y poner en práctica la lengua (con perdón) y hacer arrumacos a algunos de los rostros más deseados de nuestro país: Hugo Silva, Alejo Sauras, José Coronado, Elsa Pataky o Santi Millán no pudieron resistirse a los encantos de estos 'besucones' reincidentes.

7. Pocoyó y Manuela Velasco: la encantadora pareja

De cara a la gala de 2010, la Academia, con Álex de la Iglesia a la cabeza, decidió pulsar la opinión de los internautas y espectadores y darles la oportunidad de elegir a uno de los presentadores de la ceremonia. Entre Carmenes de Mairena, Batmans y demás personajes estrambóticos, la red se unió para hacer que el simpar personaje infantil Pocoyó cambiara el pijama por el esmoquin y entregara un Goya. Al final, decidió vestir informal, pero allí estuvo, compitiendo con por el protagonismo con Buenafuente. Pocoyó presentó a los nominados a Mejor Película de Animación, y para entregar el trofeo, contó con la inestimable ayuda de otra tan encantadora como él (esta de carne y hueso), Manuela Velasco. Planet 51 se llevó el gato al agua.

8. Jimmy Jump, 'tocando los Goyas' al personal

Cada año, anécdotas trufan la entrega de premios, aunque siempre dentro de un orden y una normalidad. El año pasado, en plena lectura de los nombres candidatos a Mejor Actor, subió al escenario que por no estar, no estaba ni invitado. Jimmy Jump, ese señor que tiene como profesión la de “irrumpir espontáneamente en grandes eventos” (no sé a él, pero le digo a mi madre que me dedico a eso y más que un Goya, me propina un guantazo a mano abierta), decidió 'saltar' a la palestra para hacer de las suyas. La cara que se hubiera quedado a Ryan Reynolds ante tan esperpéntico personaje no hubiera diferido mucho de la expresión de angustia que tiene en la foto que utilizaron en la ceremonia.

9. Pablo Carbonell y Concha Velasco: presentadores cantarines

Este momento no es quizás de los más destacados, pero incluye a una de las parejas más extravagantes que han presentado los Goya. Pablo Carbonell y Concha Velasco. Eran una de las tres parejas, junto a las formadas por Imanol Arias y Loles León y María Barranco y José Coronado, a las que el director Juan Luis Iborra encomendó la ardúa tarea de presentación de una edición musical de los premios, en 2001. Carbonell y Velasco cantaban y bailaban para dar paso a cada nueva categoría para deleite de los espectadores. Aquí una pequeña muestra.

10. Pedro Almodóvar: “Volveeeeeeeeer, con la frente marchita...”

No incluir este momento sería como un año sin nominación para Maribel Verdú. Faltaría algo. Y es que ésto, más que el retorno del hijo pródigo, era El retorno del Jedi: Buenafuente aparece mano a mano con Rosa María Sardá (quizás la más lúcida y brillante maestra de ceremonias de que han gozado los Goya) pronunciaban el nombre, y las puertas del anfiteatro se abrían para dar entrada a -toma fórmula manida- nuestr0 cineasta más internacional, Pedro Almodóvar, el presentador del último premio de la vigésimo cuarta edición de los Premios.

El regreso del Ave Fénix era celebrado con júbilo por los miembros del cine español, que volvían a ver a una de sus figuras más importantes junto a ellos. La hazaña la logró Álex de la Iglesia, cuyas gafas no podían ocultar lo henchido de orgullo que estaba por lo que había conseguido. “Tenéis un presidente muy pesado”, decía el director de La piel que habito, cerrando una reconciliación con la Academia, y cerrando también nuestro goyesco top ten.

Bonus 1. El lápsus de Corbacho: ¡Se armó el Belén!

José Corbacho presentó en 2008 y 2009 las respectivas ediciones de los premios del cine español. Tal vez por los nervios por “desvirgarse” en tan crucial papel, el showman de los trajes fosforescentes cometió un pequeño (gran) desliz al llamar a Belén Rueda... Belén Esteban. Aunque afortunadamente y con su habitual humor, consiguió salir del entuerto, nos generó una duda de lo más trascendental: ¿Se imaginan El Orfanato protagonizada por la princesa del pueblo? Seguro que ni un solo huerfanito se hubiera muerto, de tanto pollo que hubieran comido...

Bonus 2. Antonia San Juan: una noche para olvidar

Antonia San Juan ha demostrado, en más de una ocasión, que tablas tiene de sobra como para atraer al público. Sin embargo, todos tenemos malas noches. En el caso de la actriz canaria, esta se produjo, lamentablemente, en plena retransmisión de los primeros Goya del nuevo milenio. Con el boom de Todo sobre mi madre, la recién descubierta San Juan fue elegida para la difícil tarea de llevar la gala sobre sus hombros. Y... Bueno, las cosas no salieron como hubiera deseado.

El cabreo de la intérprete se hizo patente cuando se quedó compuesta y sin Goya a la Mejor Actriz Revelación (que fue a parar a Ana Fernández, por Solas): desganada y malhumorada, la ceremonia transcurrió con más pena que gloria. Si a eso le sumamos los graves fallos en la retransmisión, el resultado fue una noche deslucida. Poco después, Rosa Vergés, directora de la ceremonia, no tardó en bramar en arameo contra San Juan y lamentó haber pensado “que una persona candidata a un premio puede tener las tablas suficientes para presentar la gala”, según recogió El País. Mal rollito.

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