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La Ana Rosa de 'Polònia', en casa de los 'CDR' detenidos: “Ya veréis la que os espera”

Una de las noticias de la semana ha sido la detención de nueve miembros de los Comitès de Defensa de la República (CDR) por parte de la Guardia Civil. Dos de los nueve han sido puestos en libertad, mientras que los siete restantes han sido enviados a prisión por el juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón, que los acusa de integrar un nuevo grupo terrorista llamado ERT (Equipos de Respuesta Táctica).

La detención de todos ellos se produjo el lunes, por lo que no fue hasta ayer jueves cuando Polònia abordó el asunto de forma satírica. Para ello imaginó a Ana Rosa Quintana adelantándose a la Guardia Civil y acudiendo a la vivienda de varios de los CDR detenidos. “Exclusiva. Acabamos de entrar en el piso donde han detenido a los presuntos terroristas independentistas que fabricaban explosivas”, comienza diciendo, micrófono en mano, un clon de la presentadora de Telecinco ante el desconcierto de los propietarios de la vivienda, que no saben de lo que está hablando.

“Vaya, qué vergüenza, hemos llegado nosotros antes que la Guardia Civil”, concluye Ana Rosa tras recibir un aviso por línea interna. Vista la situación, la presentadora decide marcharse, no sin antes advertir a la familia: “Anda, ya veréis qué sorpresón os espera”.

Ya sin Ana Rosa, tres miembros de la Guardia Civil hacen acto de presencia para, primero, detener a los allí presentes, y segundo, buscar las pruebas que justifiquen su detención. “Cualquier mierda servirá”, comenta el Teniente al mando de la operación, que ordena a sus hombres rastrear el apartamento en busca de explosivos.

Lo que encuentra uno de ellos, sin embargo, es un paquete de Peta Zetas. “Esto explota en la boca y rima con ETA”, asegura el de la Benemérita. Un hallazgo que su superior califica de “pleno al 15”. Así, los deberes de matemáticas de la niña de la casa son interpretados como “fórmulas matemáticas para fabricar Goma-2” y los macarrones que se estaban cocinando en la cocina como “una bomba calórica, pero una bomba al fin y al cabo”.

“Pero mi Teniente, ¿esto no va en contra del principio de proteger al inocente? De momento no hemos encontrado nada que pueda explotar”, apunta uno de los guardias civiles, a lo que su jefe responde encendiendo el gas. “¡Teniente, es usted un genio!”, exclama el primero, mientras que el segundo decide celebrar el éxito de la 'operación' fumándose un cigarrillo. Con el gas aún encendido, el 'explosivo' resultado ya se lo pueden imaginar.

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