En 'El Intermedio' de laSexta

Andrea Ropero mostró las vergüenzas del campamento de Moria pese a los impedimentos de la Policía griega

Andrea Ropero mostró las vergüenzas del campamento de Moria pese a los impedimentos de la Policía griega

Redacción

Para su último reportaje en El Intermedio, Andrea Ropero se trasladó junto a un equipo de laSexta al campamento de Moria, un centro que comenzó a construirse en el año 2013 como una medida provisional para auxiliar a los migrantes que llegaban a la costa griega y que a día de hoy es una de las mayores vergüenzas de Europa.

En su diseño inicial, este campamento tenía capacidad para 3.000 personas pero, tras estallar la crisis de los refugiados, creció sin control hasta albergar a 13.000 migrantes. El pasado 9 de septiembre quedó arrasado tras un incendio y en pocos días las autoridades griegas construyeron otro campo, una solución que perpetúa el problema y que sigue sin ofrecer a estas personas unas condicionas de vida dignas.

“Aunque les sorprenda, todo esto ocurre en suelo europeo y con el beneplácito de las instituciones europeas”, explicó Ropero antes de mostrar el resultado de un trabajo durante el que la periodista y el equipo desplazado hasta allí fueron torpedeados por la Policía griega.

El Intermedio quiso mostrar las condiciones en las que viven los más de 10.000 migrantes que permanecen encerrados en el campamento de Moira, pero las autoridades que custodian la entrada les ordenaron retirarse en cuanto se acercaron a las vallas a hablar con algunos refugiados. “¿Qué pasa? Pues nada, nos echan otra vez”, se escucha decir a Ropero cuando un agente le ordena detener la grabación. “La Policía griega blinda el acceso al campamento, no deja que los periodistas nos acerquemos”, explicó.

“Nos tratan como animales”

Aún así, el equipo de laSexta sí consiguió hablar con una de estas familias que salieron de Siria huyendo de la guerra hace un año. Él, veterinario, charló con la periodista mientras sostenía a su bebé, de tan solo 12 días en brazos.

“Fueron momentos muy difíciles”, contó sobre el incendio. “Fuimos a la policía, les dijimos que teníamos un hijo recién nacido al que le había afectado el incendio. Les pedimos que nos ayudaran, que nos llevaran a casa, y no nos hicieron caso. Entonces nos escondimos en los olivos y estuvimos allí una semana”, añadió.

Pese a ser reacios, finalmente, serán trasladados al nuevo campamento junto al bebé y su hija de tres años. “La situación será degradante, igual que en el anterior campamento, el bebé no soportará las condiciones”, lamentó el joven, que afirmó que, aunque el campamento se llamaba Moria, los refugiados le llamaban 'El campamento del infierno' porque la vida allí era un infierno”.

Lo que más preocupa de la situación son los más de 4.000 niños, un grupo especialmente vulnerable en los campos de refugiados por las malas condiciones de vida que tienen que no les permiten ni siquiera seguir con los estudios más básicos.

Andrea Ropero charló con algunos, entre ellos un chico de 14 años que llegó de Afganistán hace tres. Preguntado por cómo se siente, aseguró que en el campamento son “como animales”: “No estamos bien”, confesó. De hecho, el incendio fue un episodio tan duro que le cuesta recordar todo lo que ocurrió.

El joven contó que su meta es llegar a Alemania para estudiar y pidió a los políticos europeos que les ayuden. “No somos animales para estar en el campamento o abandonados en el campo”.

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