Un vuelta de tuerca al género de telerrealidad

Así es 'Jugando con fuego', el reality de Netflix tipo 'Tentaciones' donde el sexo se castiga y el celibato tiene premio

Los protagonistas de 'Jugando con fuego', el nuevo reality de Netflix

Pedro Zárate

El éxito de Jersey Shore entre 2009 y 2012 dio paso al nacimiento de una nueva corriente dentro de los reality shows de convivencia. Una que podríamos resumir como “chicos hipermusculados y chicas despampanantes que conviven en una misma casa y tratan de tener el mayor sexo posible cada noche”. Porque para los protagonistas del programa de MTV, salir de fiesta y terminar el día con otra persona en la cama era sinónimo de triunfo. Y lo contrario, un fracaso sin paliativos.

Esta mentalidad, construida a partir de personajes como Pauly D y Mike 'The Situation', se mantuvo intacta en los sucesivos spin-offs que expandieron la marca Shore por todo el mundo. Desde Gandia hasta Geordie, pasando por Acapulco o Super Shore, el sexo siempre tuvo la misma importancia a la hora de entretener al público que las traiciones entre concursantes o a las broncas propias de la convivencia.

En realities como Gran Hermano y Supervivientes las relaciones sexuales se producen de manera puntual, ya sea como parte de una estrategia o como culmen de un vínculo sentimental que se ha ido afianzando tras un periodo de conocimiento mutuo. En cambio, en los otros formatos mencionados el sexo funcionaba como puro divertimento ocasional o, según el caso, como un elemento indispensable para dinamizar las tramas. Y esto no solo ocurría en los englobados bajo la marca Shore. También en otros programas más recientes como La isla de las tentaciones y los chilenos Doble tentación y ¿Volverías con tu ex?, en los que todo salta por los aires en cuanto hay sexo o líos de faldas por medio.

'Jugando con fuego', un giro a los realities de convivencia

Llegados a este punto cabe preguntarse qué pasaría si un reality construyera un entorno propicio para el sexo y, sin embargo, prohibiera a sus concursantes practicarlo. Precisamente esto es lo que propone Netflix con Jugando con fuego (Too hot to handle), su último intento por dar el pelotazo fuera de la ficción. En este nuevo reality, que la plataforma estrenará mañana viernes, cinco chicos hipermusculados y cinco chicas despampanantes entran a una casa paradisíaca dispuestos a vivir la aventura sexual de sus vidas. Sin embargo, sus esperanzas empezarán a desvanecerse cuando Lana, un asistente virtual al estilo Alexa, les comunique que para ganar el premio que hay en juego (100.000 dólares) solo tendrán que hacer una cosa: no tener sexo con ninguna otra persona de la casa.

“Ni besos ni sexo de ningún tipo”, aclara Lana para lamento de los participantes, que a lo largo de ocho capítulos tendrán que luchar contra sí mismos para apagar su propia fogosidad. Ya sea pensando en su abuela, como plantea una de las concursantes, o con estrategias de otro tipo, pero siempre con el objetivo de dejar su libido aparcado por un tiempo. Algo que no todos conseguirán y por lo que ellos y sus compañeros serán debidamente castigados, pues la cifra del premio se irá reduciendo por cada desliz sexual que cometan dentro de la casa. Incluido darse placer a sí mismos.

“Este retiro es para ayudaros a conectar más emocionalmente”, dice Lana a los diez concursantes en liza, todos ellos alérgicos al compromiso y más acostumbrados a los rollos de una noche que a profundizar en los sentimientos de sus conquistas. “Estamos en rehabilitación sexual”, comenta otra concursante en el avance de este programa producido por Talkback.

Que sea una productora británica la que haya desarrollado el programa dista de ser casualidad, pues los británicos tienen experiencia contrastada en formatos de este tipo. Al fin y al cabo, fue Reino Unido quien vio nacer Love Island, otro reality de éxito en el que cinco chicos y chicas (musculados y despampanantes, por supuesto) se encerraban en una casa de Mallorca para conocer a su media naranja. Un objetivo que, de primeras, no tienen los protagonistas de Jugando con fuego, porque para ellos es más importante el sexo sin compromiso que una relación seria de pareja.

Es aquí donde entra en juego la prohibición coital planteada por el programa, pues esta norma les obligará a replantearse sus propias prioridades. Como se ve en el tráiler, hay quienes se reafirmarán en su idea de que el sexo ocasional está por encima de todo, quienes empezarán a moverse por sus emociones y no tanto por la superficialidad de la que hacían gala fuera de la casa, y quienes intentarán desoír los cantos de sirena ganar el premio. ¿Lo conseguirán o al final todos caerán en la tentación?

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