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Por qué Blas Cantó sí es el candidato para Eurovisión que necesitábamos

Por que Blas Cantó sí es el candidato para Eurovisión que necesitábamos

Laura García Higueras

“Gracias mamá por darme la oportunidad de crecer de una manera libre, por enseñarme que el fútbol no era de niños y las muñecas no eran de niñas”. Con estas palabras dedicó Blas Cantó a su madre el Premio Dial que recibió el pasado mes de marzo por su disco Complicado. Con un alegato en favor de la educación y la libertad. Y medio año después, ha sido elegido por designación directa por RTVE como nuestro representante para Eurovisión 2020.

La cadena despejó pronto las dudas de los eurofans sobre quién debía ser quien viajara a Rotterdam en mayo. Ni Ruth Lorenzo, ni Bustamante, ni Lola Indigo. Cantó será quien haga las maletas, a falta de conocer todavía la canción y sus posibles acompañantes en el escenario holandés.

Desde que Edurne fuera en 2015 la última candidata designada “a dedo”, llevábamos cuatro años acostumbrados a vivir el proceso de selección y votaciones. Quizás por ello la elección de Cantó ha llegado de forma algo abrupta, en gran parte por la decisión de TVE de comunicarlo en el Telediario del sábado y habiéndolo avisado con menos de una hora de antelación por Twitter. Pero no cerremos por ello los ojos al candidato que se nos ha puesto por delante.

Hace tan solo unos meses fuimos testigos de cómo la última generación de triunfitos pareció tomarse el certamen europeo, en su amplia mayoría, con pereza, hastío y hasta arrogancia. Más allá de que finalmente Miki fuera el elegido y que el catalán cumpliera con creces las expectativas puestas sobre él -aunque no le acompañaran los votos-, momentos como el “Hasta luego Mari Cármenes” de Natalia cuando se “libró” de viajar a Israel el año pasado, quedaron grabados a fuego en el corazón de los eurofans. Y no era para menos. El festival no merecía ese desdén.

Finalista para viajar a Eurojunior y Eurovisión

Aquí donde entra en juego uno de los grandes puntos a favor de la elección de Blas Cantó como candidato, ser alguien para el que representar a España “es un orgullo” y un motivo de felicidad para el artista. Un razonamiento que parece lógico, pero que visto el contexto convenía recordar.

Aun así, el vínculo entre el cantante y el certamen va más allá de “haberlo seguido junto a su familia todos estos años”. Si nos remontamos a 2004, cuando una tal María Isabel ganó Eurojunior con su Antes muerta que sencilla, hubo un chaval de doce años que se quedó a las puertas de participar en el concurso, un tal Blas Cantó que interpretaba un tema llamado Sentir.

Tiempo después, convertido ya en adulto y de la mano de la banda Auryn a la que perteneció y con la que inició su carrera musical, volvió a probar suerte con Volver, pero esta vez fue Lucía Pérez y Que me quiten lo bailao quienes minaron sus esperanzas.

Versatilidad a prueba de 'Tu cara me suena'

Más allá de su amor por Eurovisión, Cantó se erige como perfecto candidato por su versatilidad y su carisma. Así lo demostró con su aventura televisiva en Tu cara me suena. Entonces ya había lanzado al mercado cuatro discos con la boy band, pero cuando esta se disolvió entró de lleno en el programa de Antena 3.

Allí se dio a conocer en solitario, y encandiló a jueces y espectadores con sus imitaciones de Justin Timberlake, Ricky Martin, Marc Anthony, Freddie Mercury y hasta de Falete. Con todas ellas consiguió proclamarse ganador del formato, siendo el primer en su historia en hacerlo, después de haber cursado su propio Máster en Televisión, adquiriendo experiencia delante de las cámaras, controlando los tempos y la relación con el público. Aunque recordemos que su primera incursión en la pequeña pantalla fue en el Veo Veo de Teresa Rabal cuando tan sólo tenía ocho años.

Fue la misma energía que desarrolló en el talent de Antena 3 la que derrochó con su primer single, In your bed. No sería su primera canción en inglés, algo que también le da ventajas en caso de que se optara por un tema en este idioma, o combinando castellano y la lengua anglosajona, para completar la candidatura. Y aquí llega otra de las anécdotas con las que Cantó genera ternura y cariño en sus fans.

En 2018 lanzó su éxito Él no soy yo y llegado 2019 su primer álbum, en castellano, Complicado. En su periodo de promoción explicó que su retorno a su lengua materna se debía a que “necesitaba que mis abuelos entendieran mis canciones”.

Unas canciones que, por cierto, compone. Otro factor en su favor. Poder estar involucrado en el proceso de composición de su tema facilitará que sea un estilo con el que se sienta identificado, que viva y que vaya a poder defender a ultranza en la carrera eurovisiva que, recordemos, no se limitará a subir el 16 de mayo al escenario holandés.

Antes viajará por Europa para presentar su actuación e irse ganando adeptos por todo el continente. En definitiva, que como diría Paquita Salas y la propia Toñi Prieto, directora de entretenimiento de TVE: “Es un artista 360º”.

Conciencia, carisma y tablas

Cantó ha declarado en más de una ocasión que Celine Dion es su gran referente, y que “Pimpinela ha ocupado un espacio importante en mi vida”, como reconoce en su página web. Pero más allá de quiénes han sido sus influencias, el murciano ha tenido tiempo de ir cogiendo tablas sobre escenarios con la gira de su disco. Después de dos años llevando a intérpretes noveles -aunque no por ello menos válidos- como representantes a Eurovisión, también es positivo que alguien con experiencia sea quien se enfrente a semejante reto.

Será una andadura a la que llegará además con un libro bajo el brazo, siempre que los preparativos para el certamen no retrasen su escritura y edición. El volumen tratará sobre sus “pensamientos y lo que he hecho para llegar hasta aquí”, reveló en una entrevista.

Imaginamos que en el texto abordará, entre otros asuntos, los mensajes de sus canciones, destacando entre ellas Treat her right' (Trátala bien), que habla de la violencia de género. Cantó reveló que lo incluyó en su repertorio porque es un asunto que en su familia le “ha tocado de cerca”. Una conciencia que, en los tiempos que corren, también se agradece de la mano de los artistas.

Hasta aquí los motivos por los que la elección de Blas Cantó ha sido una buena noticia eurovisiva. Ahora bien, de nada nos sirve un candidato con talento, carisma, versatilidad y madurez. Para irrumpir con fuerza, más allá de las cuestiones políticas que determinan sus resultados y sobre las que la música puede hacer, falta que la canción que defienda esté a la altura y le permita poder aprovechar todas sus cualidades. A la espera de conocerlo, proponemos esta lista de fantasías que podrían habernos representado, como inspiración para nuestro nuevo candidato, por el que el momento merece la pena apostar.

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