Análisis / Opinión

La empatía de TVE al elegir a Ana Obregón para las Campanadas 2021 en su año más difícil

Ana Obregón, ante su vuelta a las campanadas de TVE

Redacción

TVE daba la sorpresa este martes 10 al anunciar a Ana Obregón como compañera de la imprescindible Anne Igartiburu al frente de la retransmisión de las Campanadas 2021. Una noticia que ha sido recibida con un aplauso generalizado por múltiples motivos. El más evidente es el detalle que supone con la presentadora en un año particularmente complicado para ella, tras el fallecimiento de su hijo Áless Lequio a causa de un cáncer a los 27 años, algo a lo que ella misma se ha referido en sus primeras declaraciones: “Me emociona despedir este año tan difícil para España y para mí; de esa forma espero poder agradecer el gran apoyo y cariño que he recibido”.

¡Anne Igartiburu y Ana Obregón presentarán las campanadas!

Representar el dolor de todo un país

Lo cierto es que, en un año marcado por la pandemia del coronavirus, y por lo tanto, por el incontable número de pérdidas que han sufrido las familias de nuestro país, dar voz a la presentadora y actriz supone, a su modo, dar voz a un dolor latente en toda la población. Desde la irrupción del virus en España, unas y otros hemos podido perder a alguien cercano, o conocemos a quien ha sufrido una muerte en un año devastador a nivel sanitario y emocional. No solo por el propio efecto de la covid-19, sino por la incesante acción de otras enfermedades que no han descansado durante meses de confinamiento e incertidumbre.

Además, si por algo ha destacado la comunicadora en los últimos meses ha sido por su entereza a la hora de afrontar la pérdida. “Por respeto a los que no están no veáis una limitación de la libertad en estos confinamientos, sino la oportunidad de vivir y que vivan los vuestros”, decía en una publicación de Instagram apenas días atrás, un mensaje modélico que cualquier persona o espectador puede comprender. En palabras de Igartiburu, “ella dará mucha fuerza a tantas y tantas familias que se identifican con su valentía”.

Contar con Obregón significa dar posibilidad de representar un duelo, afrontarlo y compartirlo y, tal vez, ayudar a superarlo con el símbolo del cambio de año, de la ventana a un año nuevo. Será, quizás, la despedida de año más emocionante y empática que podamos esperar.

Una profesional de larga carrera

Pero hay más lecturas de la decisión que pueden realizarse. La primera, dar una nueva oportunidad a una profesional que, con los inevitables altibajos que conforman cualquier carrera, sigue representando a Televisión Española para un importante sector de la población, en especial de la población madura, esa que ha sufrido la incidencia del coronavirus de forma particularmente acusada y a la que la televisión no siempre atiende como debiera.

El currículo televisivo de Obregón es transversal a la lista de formatos de la primera cadena, algunos de ellos tan icónicos como ¡Qué apostamos!, en el campo del entretenimiento, o de Anillos de oro, A las once en casa, Blasco Ibáñez y Ana y los siete, en el terreno de la ficción. Entre medias, otros títulos como Caliente, Gracias por todo, Hostal Royal Manzanares... Y por supuesto, las campanadas de Nochevieja, cuya conducción compartió en la Nochevieja de 1994 con Joaquín Prat (padre) y en las de 1995 y 2004 con su inseparable Ramón García, alguien que sí tendría otras oportunidades de volver a ponerse la capa para acompañar a los espectadores de La 1 en la transición hacia el año nuevo, la última, en la inauguración del 2018.

Su presencia en el balcón de la Puerta del Sol es también un premio a 40 años de trabajo, permitiéndole reeditar uno de los más importantes momentos para cualquier presentador o presentadora en nuestra televisión. También, otorgándole la posibilidad de recibir el calor de toda una audiencia en un momento tan duro como este.

El hito de las mujeres al frente de las campanadas de TVE

Pero hay una tercera y última visión de esta elección, del todo positiva. Como destaca TVE, esta será la primera vez en que el año nuevo sea recibido por dos mujeres, en lugar de la clásica pareja mixta. Igartiburu se había habituado a compartir el evento con acompañantes masculinos en lo que suponía el mantenimiento de una fórmula tradicional que parecía inamovible pese a los cambios. La presencia de la mujer seguía vinculada a la de un hombre a su lado.

Romper con eso permite dar espacio de esta manera es dar relevancia a dos de las mujeres que con más fuerza han representado a la televisión pública, y permite dar la bienvenida a 2021 con una sensación de renovación, de cambio de paso. También, de esperanza por lo que esté por venir.

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