CRÍTICA
Al fin llega 'Patria', una adaptación que deslumbra por su autenticidad y conmueve por su dureza

Imagen de 'Patria'

Pedro Zárate

La primera edición de Patria Patriallegó a las librerías en septiembre de 2016. Por aquel entonces, aún quedaban dos meses para que HBO aterrizara en España, cuatro para que Aitor Gabilondo anunciara su intención de adaptar la novela de Fernando Aramburu, y doce para que la plataforma de streaming se hiciera finalmente con el proyecto en vez de Mediaset.

Cuatro años después de aquella primera edición, Patria ya va por la número 34, Gabilondo ha tenido tiempo de estrenar dos series diferentes (Vivir sin permiso y Madres) y HBO cuenta por seis las producciones originales que ha lanzado en nuestro país. Sin embargo, el cambio más importante alrededor de la adaptación del best-seller de Aramburu no tiene que ver con sus vicisitudes televisivas, sino con el contexto de su propio desarrollo. El 3 de mayo de 2018, cuando la serie aún no tenía ni reparto, ni directores ni fecha estimada de rodaje, ETA confirmó públicamente su disolución definitiva siete años después de abandonar la lucha armada.

Por si le faltaban alicientes, Patria pasó a convertirse automáticamente en la primera gran serie de la televisión nacional que iba a hablar de los actos de ETA con la banda terrorista ya definitivamente disuelta. Y aunque La línea invisible ha terminado arrebatándole tal condición por solo unos meses de diferencia, la ficción de HBO se presenta más útil que la de Movistar+ para medir hasta qué punto han suturado las heridas que la banda terrorista causó en nuestra sociedad y cómo de profunda sigue siendo la división que generó entonces entre quienes compartían sus tesis y quienes las rechazaban.

Y esto no tiene que ver con la calidad de una y otra propuesta, sino con el planteamiento de ambas. Mientras La línea invisible decidió centrarse en los orígenes de ETA, Patria toma el cese de la lucha armada como punto de partida para, a partir de ahí, poner encima de la mesa temas tan universales como el perdón, el dolor, la reconciliación y otros de marcado carácter político como el derecho de las víctimas a no caer en el olvido y la dispersión de los presos etarras, aún de actualidad en nuestro país. Y bien está que sea la cultura la que haga reflexionar y concienciar al respecto de estas cuestiones ante el ruido que rodea a la clase política y el hastío que genera en gran parte de nuestra ciudadanía.

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Una adaptación muy fiel de la novela de Aramburu

Patria la serie, como Patria el libro, invita a la reflexión a través de la historia de Bittori (Elena Irureta), una mujer de avanzada edad que decide volver a su pueblo años después de que el Txato (José Ramón Soroiz), su marido, fuese asesinado por ETA tras no poder pagar la elevada cuantía que le exigía la banda terrorista. Aunque han pasado bastantes años de aquello y ETA ya ha abandonado las armas, la presencia de Bittori despierta la misma incomodidad que generó entre sus paisanos durante las últimas semanas de vida de su esposo, cuando las calles del pueblo se llenaron de pintadas contra él y los que un día fueron sus amigos empezaron a darle la espalda. Entre ellos Joxian (Mikel Laskurain), que se distancia de su íntimo amigo por miedo a las represalias mientras ve como su hijo, Joxe Mari (Jon Olivares), deja atrás el hogar familiar para integrarse en las filas de ETA y su mujer, Miren (Ane Gabarain), apoya incondicionalmente a su vástago convirtiéndose en una convencida abertzale.

Es Miren, pues, quien funciona como contrapunto a Bittori a lo largo de la serie. Ellas, que un día fueron amigas íntimas, casi hermanas, llevan años sin verse ni hablarse como consecuencia de la extorsión, primero, y la muerte después, que el Txato sufrió a escasos metros de su casa. La vida de ambas y de sus respectivas familias cambia por completo a partir de estos acontecimientos, como cambió la de aquellos que sufrieron la lucha armada de ETA o decidieron apoyarla directa o indirectamente.

Aquí se presentan, por tanto, dos miradas opuestas para un mismo conflicto que Aitor Gabilondo traslada a la pantalla siendo muy fiel a la novela de Aramburu. Así las cosas, en la adaptación televisiva apenas hay lugar para las sorpresas y hasta es lógico que así sea. Primero porque Gabilondo, donostiarra como Aramburu, se identifica con el relato de su paisano como muchos de los vascos que llegaron a conocer a su propia Bittori y a su propia Miren durante los años de actividad de ETA. Y segundo, porque Patria no deja de ser un libro de éxito que, como tal, invita a pocos cambios.

Una serie muy cuidada que transmite verdad

De esta forma, los grandes aciertos de Gabilondo pasan por haber condensado en ocho capítulos un relato tan extenso y tan lleno de matices. Muchos de ellos se pierden por el camino, pues no dejamos de hablar de una adaptación, pero la esencia de la novela, su dureza, la impotencia que despierta, la humanidad que destila y el dolor que transmite están prácticamente intactos en la serie. Hasta el punto de que la adaptación de Gabilondo consigue removerte por dentro aunque hayas leído recientemente el libro y ya sepas lo que va a pasar.

Un mérito que la serie consigue desde la sobriedad y sin caer en excesos que pudieran derivar en una emotividad artificial e impostada. “Una de mis grandes obsesiones con este proyecto es que transmita verdad”, decía Gabilondo allá por 2019, en pleno rodaje de la serie, sobre su preocupación por hacer de su Patria una producción que también resultara veraz en su forma y supiera explotar esa dosis de autenticidad que solo te puede dar el medio audiovisual. Y vistos los ocho capítulos se puede decir que ha cumplido con creces. Y es que su adaptación está hecha con sumo mimo y se ha preocupado por cuidar hasta el más mínimo detalle en cuestiones como la fotografía, las localizaciones, la caracterización y el maquillaje de los personajes para reflejar el paso de los años y, sobre todo, su reparto actoral.

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Una serie para generar debate y reforzar a HBO España

Que los 9 personajes principales de Patria estén interpretados por vascos no muy conocidos entre el público nacional –con excepciones como Elena Irureta, por supuesto- ayuda a transmitir esa verdad que buscaba Gabilondo. Pero lo mejor que cabe decir de ellos es que todos han entendido a la perfección a sus respectivos personajes, brillando con luz propia Susana Abaitua (Nerea), Loreto Mauleón (Arantxa) y, sobre todo, unas Elena Irureta y Ane Gabarain que son el alma de esta adaptación.

El corazón de una serie que HBO España necesitaba con urgencia tras un inicio dubitativo en nuestro país y que, al igual que el libro en el que se basa, promete generar debate sobre las consecuencias de ETA en la sociedad vasca y también hacernos reflexionar sobre la manera en la que cada ser humano gestiona sus propios dolores emocionales en circunstancias adversas. La riqueza y el respeto alrededor de estos debates hablará bien de nosotros como sociedad. Aunque esto ya no depende de HBO, Aitor Gabilondo ni el resto de implicados en la adaptación de Patria. Ellos ya han hecho su trabajo. Y de una forma excelente, además.

* Los dos primeros capítulos de Patria están disponibles desde este domingo en HBO España. Los seis restantes se estrenarán cada domingo.

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