CRÍTICA
'Ratched', una serie con la esencia de Ryan Murphy pero sin el alma de 'Alguien voló sobre el nido del cuco'

Ratched

Paula Hergar

El 18 de septiembre Netflix da la bienvenida a su catálogo a Ratched, una nueva serie que llega con altas expectativas, buenas intenciones y grandes premisas. Y es que este drama está firmado por Ryan Murphy e Ian Brennan, por lo que los amantes de ambos llevan meses esperando deleitarse con la nueva historia que han ideado. Una historia que, por si fuera poco, cuenta el origen de Mildred Ratched, la mítica enfermera de la novela Alguien voló sobre el nido del cuco, llevada al cine en 1975 con Jack Nicholson como protagonista.

Y es este último propósito el que deja un poco frío a los que se asoman a la apuesta para encontrar en ella aquella realidad tan fría y a la vez tan cálida con la que nos deleitó Milos Forman en su película. Porque, para bien o para mal, la nueva apuesta de la plataforma tiene mucho (casi todo) del sello Ryan Murphy y poco (demasiado poco) del alma de aquel hospital psiquiátrico al que nunca le hizo falta jugar con la monstruosidad para darnos miedo, porque ya se sobraba con la veracidad.

Pero si olvidamos de dónde surge la idea inicial de la ficción y nos entregamos a lo que es: Ratched propone un juego al espectador que le debate constantemente entre lo desagradable y lo exquisito de un mundo totalmente enfermo que se cree sano.

Netflix lanza el primer tráiler de 'Ratched' con Sarah Paulson como la enfermera más perversa 360

Un reparto sublime para dar vida a personajes adictivos

Sarah Paulson tiene la difícil tarea de interpretar a uno de los personajes más recordados y odiados de la historia del cine. La enfermera Mildred Ratched, a la que dio vida de forma magistral Louise Fletcher (ganando el Oscar a Mejor Actriz por el papel), es una mujer tan fría y calculadora que atemoriza el suelo que pisa.

Algo que se nota que Paulson ha trabajado desde el primer segundo en el que aparece en escena. Es constante la demostración de que detrás de ese personaje hay mucho por conocer en su pasado, y demasiado por llegar en su futuro.

La elección de Paulson es acertada. Porque ves más allá de la actriz y acabas sintiendo por ella lo que el guion pretendía. Así como ocurre con Finn Wittrock, que crece a medida que la serie avanza y cuando crees que lo has visto todo, su desagradable asesino en serie vuelve a dar otro giro.

De Sharon Stone, al Joffrey de 'El Príncipe de Bel Air'

Como en la mayoría de ficciones de b, también es de agradecer las apuestas por rostros conocidos a los que habíamos dejado atrás o los reservábamos solo para el cine: ocurre con Cynthia Nixon, Sharon Stone, Corey Stoll y hasta con Joseph Marcell, el inolvidable Joffrey de El Príncipe de Bel Air.

Cada uno de ellos interpreta un personaje con más o menos peso, pero resuena en la memoria del espectador proponiéndole un juego constante en el que debe adivinar en qué “psiquiátrico catódico” ha visto antes a cualquiera de esos rostros.

Ya lo hizo con Jessica Lange en American Horror Story, con Susan Sarandon en Feud, con John Travolta y Penélope Cruz en American Crime, entre otros.

Un mundo tan exquisito que no parece el del 'Cuco'

Sin embargo, el mundo de Murphy es tan distinto al de Forman que no te deja entrar al dejà vú que algunos tenían la esperanza de sentir.

Ratched nos transporta a los años 40, a un norte de California casi de cuento de hadas, con todas las mujeres impolutas, los coches casi caramelizados, un vestuario tan ideal que parece sacado de Disney y una música exquisita.

Son paisajes y personajes casi caricaturescos y eso hace que no llegues a creértelos, casi pueden ser cómicos. Lo contrario a Alguien voló sobre el nido del cuco. En la película todo era tan creíble, tan intensamente cercano, que daba miedo pensar que era cierto. El miedo radicaba en la veracidad. Los monstruos de sus protagonistas eran las realidades que estaban viviendo, su día a día, esa enfermera capaz de horrorizarte con solo su mirada.

Pero más allá del miedo, Jack Nicholson y sus compañeros lograban despertar una ternura casi maternal interpretando a unos “locos” que te hacían reflexionar sobre el mundo que les definía como tales. Algo que no logra Murphy, que sabe pintar mundos llenos de monstruos como nadie, pero no llega a plasmar lo monstruoso del mundo.

Etiquetas
stats