Análisis y opinión

A falta de 'Docutriunfo', llega a Netflix 'OT, la película': las reflexiones del fenómeno que no quedan desfasadas

A falta de 'Docutriunfo', 'OT, la película' llega a Netflix: la reflexiones sobre el fenómeno que jamás quedarán desfasadas

Laura Pérez

Con el debate entorno al famoso Docutriunfo de OT 2017 en plena ebullición, Netflix estrena este viernes en su catálogo OT: la película, la cinta que retrató el fenómeno de la primera edición de Operación Triunfo durante su gira por España en 2002.

Dirigida por los reputados Jaume Balagueró y Paco Plaza, la película documental de la primera generación del talent musical se estrenó con éxito en los cines de todo el país hace ya más de 18 años. Ahora, con la mayoría de edad, Netflix desempolva el VHS y lo enchufa de nuevo para que nostálgicos, y nuevas generaciones, redescubran un boom que no tuvo precedentes... pero sí una réplica varios años después.

OT: la película es para la generación de Rosa y Bisbal lo que el Docutriunfo para la de Amaia y Aitana: un reflejo audiovisual de lo que vino después de convertirse en un fenómeno televisivo y musical de la noche a la mañana. La diferencia: que el primero colapsó los cines y el segundo va a quedarse guardado en un cajón.

Los motivos de que este último no vea la luz los destapó el productor Tinet Rubira y los matizó Amaia, la señalada como responsable de su estreno fallido. Sin embargo, los seguidores de la edición de 2017 pueden suplir esta pérdida con un viaje en el tiempo que les enseñará mucho más que lo que creen.

Y es que lejos de caducar con el paso de los años, la película de Operación Triunfo 1 demuestra que pese a los cambios de cada época, los fenómenos tienen mucho en común. Y que pese a lo que los protagonistas puedan decir, los documentales nunca quedan desfasados.

Los paralelismos del fenómeno

Los triunfitos de 2001 y 2017 vivieron algo muy similar, salvando las distancias generacionales evidentes. De los segundos tenemos todo tipo de documentación en las redes sociales y las entrevistas más recientes. De los segundos, gracias al archivo de OT: la película. En él vemos cómo Chenoa, Bustamante y compañía vivieron los primeros meses tras salir en la Academia, cómo fue su gira por España y qué sensaciones generó en ellos a través de sus propios testimonios.

Horas y horas de carretera, recintos como el Palau Sant Jordi o el Estadio Santiago Bernabéu llenos hasta la bandera, aglomeraciones de fans e histeria colectiva. Diferentes décadas, pero misma historia.

“A veces me pregunto cómo te puedes sentir sola entre tanta gente. Te conoce toda España, pero te sientes sola. No puedes salir y te prohíben hacer muchas cosas. El programa ha tenido mucha repercusión y no podemos hacer cosas normales”, reflexionaba Rosa ante las cámaras del documental hace 18 años. Unas palabras que tiempo después salieron, de manera muy similar, de bocas como la de Amaia.

Unos meses intensos que cuesta asimilar

“Han pasado muchas cosas muy grandes en muy poco tiempo. Estamos haciendo una gira por toda España, conociendo cada rincón. Vas a cualquier sitio y está allí la gente esperándote y dándote cariño. No sé ni yo lo que está pasando”, confesaba un jovencísimo Bustamante. Tras sus reflexiones, una sucesión de imágenes de 2002 que, salvo por los looks, bien podrían corresponder a junio de 2018 en plena gira de OT 2017.

Unos meses que tanto para unos como para otros pasaron volando y se vivieron de manera muy intensa. Casting, Academia, galas, final, gira, contratos discográficos, Eurovisión... “Están pasando tantas cosas que no da tiempo a asimilarlo. Me está pasando lo que siempre he soñado”, comentaba Natalia, aunque bien podría ser Aitana. “Todavía no soy consciente de todo esto. Va tan rápido, que dentro de un año o dos veré lo que he hecho”, añadía Nuria Fergó.

Sus primeros contactos con el mundo de las discográficas

En OT: la película, como probablemente habríamos visto en el Docutriunfo, se muestran algunas pinceladas de los primeros contactos de los concursantes de Operación Triunfo con el mundo discográfico. “Les pongo las canciones a mis padres y se emocionan. Dicen que están deseando tener el disco para ponerlo en el coche y fundirlo”, comentaba emocionado Bustamante antes de la salida de su álbum debut.

Gisela, por su parte, compartía entusiasmada con sus compañeros la sesión fotográfica que ilustraría poco después Parte de mí, su primer disco.

La cara más amarga del fenómeno

Pero como todo en la vida, un fenómeno como este también tiene sus consecuencias negativas en las vidas de los que lo protagonizan: su día a día cambia radicalmente con la pérdida del anonimato. “Ahora me doy cuenta de muchas cosas que tenía antes. Eso de ser un desconocido era una virtud”, reflexionaba Manu Tenorio en su momento.

Visión similar tenían otros compañeros como Natalia, Rosa o Javián. Me encantaría escaparme y volver a mi vida anterior, que se echa mucho de menos“, contaba la benjamina de su edición. ”La gente ya te mira de otra manera. Me gustaría que me miraran como siempre“, aportaba la ganadora. ”Antes era perfectamente feliz, el más feliz del mundo, y ahora tengo muchas más cosas y no lo soy tanto“, añadía por su parte el sevillano.

No había redes sociales, pero sí “haters”

El miembro de Fórmula Abierta es uno de los que más reflexiona en el documental sobre la otra cara del fenómeno. Con respecto al futuro, al presente e incluso al trato de los fans. Y es que aunque en la época de OT 1 no había redes sociales, el concepto hater sí existía.

Al igual que vivieron años después concursantes como Cepeda, Javián también tuvo que enfrentarse en su día a comentarios desagradables de parte de los fans más irrespetuosos del formato. “Pienso mucho en las cosas tristes que me han pasado a lo largo del día, que se me graban más que las cosas alegres. Hay veces que las fans son duras hablando y dicen cosas que no gustan. Y hay veces que incluso desprecian. El otro día estaban pidiendo autógrafos y no llegaban a alcanzar a Bustamante. Me dijeron 'bueno, aunque sea fírmamelo tú'. Lo recordé toda la noche”, explicaba el triunfito del primer Operación Triunfo.

Incertidumbre sobre el futuro tras el boom

Ambas generaciones también coinciden en sus reflexiones sobre el presente y el futuro. Cuando estás en la cresta de la ola lo más fácil es disfrutarlo, pero a todos les acompañaba esa incertidumbre sobre cómo sería su vida cuando el boom terminase.

“De golpe y porrazo pasas de estar estudiando tu carrera a estar en una gira donde te ven más de 500.000 personas. Tienes que tener mucha tranquilidad para asimilarlo, y es muy difícil. Estamos ansiosos por ver qué sigue”, comentaba Naim.

“El miedo que me da es que se quede aquí”, añadía por su parte Verónica, una de las finalistas de su edición. La ganadora Rosa aseguraba que le gustaría “seguir en la música, tener un montón de discos hechos”, mientras que Bisbal, el gran triunfador a posteriori, prometía poner “toda la voluntad” en seguir en ello mucho tiempo.

“Puedo haber grabado un disco y no servir para nada. Puedo haber vuelto a trabajar en la guardería, tener cinco hijos... yo que sé”, apuntaba por su parte Chenoa. Bustamante, sincero, ponía el toque dramático para cerrar OT: la película: “Es tanta la ilusión que tengo que si acabase pronto me rompería el alma”.

El autor de las siguientes palabras, sin embargo, no salió de OT 1, sino del 2017, pero bien podrían ser el broche alternativo a cualquiera de los dos documentales: “Igual dentro de cinco años no estoy teniendo los privilegios de ahora. Me da miedo no haber vivido antes cosas duras como dar un concierto y que solo haya cinco personas. Me da miedo que dentro de cinco años pase eso. Puede que pase, soy consciente”.

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