Energy carga por partida triple con Robocop: verla es cuestión de ley
La oferta cinematográfica en la programación de este lunes 9 de octubre cuenta con un policía infiltrado en la parrilla de Energy.
A partir de las 22:30 horas, el canal temático de Mediaset concede la orden de registro en nuestras casas a Robocop (ídem, Paul Verhoeven, 1987), con la emisión de las trilogía de películas que arrancara en 1987 y que continuó en 1990 y 1993. La estrategia satisfará en especial a la audiencia más completista, en tanto que ninguna de las secuelas alcanzara las cotas de la primera película.
Recomendar un filme como Robocop se torna evidente para cualquier aficionado a la ciencia ficción. Incluso, cuestión de ley. El cineasta holandés debutó en la industria estadounidense con esta afilada sátira política acorazada bajo la forma de una vigorosa cinta de acción, en torno a la creación del agente de policía perfecto, mitad humano, mitad máquina. Un moderno Prometeo a cargo de un Frankenstein trasuntado en subcontrata de las grandes corporaciones para las que el hombre ha dejado de ser no ya productivo, sino necesario.
De mano de obra barata a materia prima básica y sin valor económico o emocional. Con la ayuda de Rob Bottin, Verhoeven lo escenifica a través de una violencia extremada y totalmente frontal, que incide en la destrucción de lo corpóreo (en el caso del personaje de Paul McCrane, podemos hablar directamente de disolución dado el churretoso destino al que se aboca), de forma tan recurrente que acaba por resultar indiferente; así como de una fotografía, obra de Jost Vacano, que apuesta por tonos fríos, incluso asépticos.
Las cargas de Robocop son bastante menos efectivas en una segunda entrega (Robocop 2, Irvin Kerschner, 1990) más ruidosa y que desaprovecha la premisa inicial de Frank Miller (años después desarrollada en formato cómic); y una tercera (Robocop 3, Fred Dekker, 1993) que incurre en una clamorosa infantilización del personaje y esteriliza toda lectura política del original.
Sinopsis de Robocop
Ambientada en un futuro distópico, la ciudad de Detroit aprueba un plan para acabar con la delincuencia que asola la ciudad: la creación de una nueva figura policial, mitad hombre mitad máquina. El conejillo de indias será Alex J. Murphy (Peter Weller), un osado agente brutalmente asesinado en acto de servicio.
Curiosidades
Peter Weller fue el encargado de dar vida a Alex Murphy (y lo que quedaba de él en la argamasa que era Robocop) en la primera y segunda entrega, aunque se llegó a tantear la posibilidad de que el rol fuera a manos de Lance Henriksen, quien a su vez estuvo cerca de ser el personaje titular de Terminator (The Terminator, James Cameron, 1984). El descontento con la secuela de Irvin Kershner, sumado a su compromiso con El almuerzo desnudo (Naked Lunch, David Cronenberg, 1991) conllevaría su ausencia en el reparto de Robocop 3. Robert John Burke, protagonista masculino de la subyugante El demonio del desierto (Dust Devil, Richard Stanley, 1992), asumiría el papel.
