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Claudia Traisac, sobre el futuro de las series en abierto: “Es un momento rarísimo, no se puede predecir nada”

Laura García Higueras

“Un personaje clave será asesinado”, ha advertido Telecinco sobre lo que ocurrirá este lunes en Vivir sin permiso. No sabemos cuál es la gran sorpresa que depara a los espectadores de la ficción, que van a disfrutar del tercer episodio de su segunda temporada, pero sí que será el último en ofrecer la cadena en abierto antes de que este viernes llegue, al completo, a Netflix.

También sabemos que, a lo largo de todas las entregas, Lara, a quien da vida Claudia Traisac, “empieza en un punto y acaba en otro totalmente diferente”. Tanto, que según revela la actriz a Vertele, “esta cosa independiente que tiene, de ir siempre a su aire”, se le va a complicar, para terminar “involucrada con la trama de los mexicanos”.

“Está volcada con su padre, cuidándolo y sintiéndose vulnerable”, añade, “todo es muy confuso”. Sobre todo porque, a raíz de lo sucedido en el primer episodio, “la calma que aparentemente tiene se va en picado”. Entre medias, la enfermedad que acecha a Nemo le afecta igualmente a ella.

“El alzheimer es muy duro, por eso creo que ella olvida de alguna forma todo lo que ha pasado, y se vuelca con él”, reconoce, “es tan difícil verle así... también por cómo se acuerda de su madre, termina despertando en ella mucha empatía y necesidad de cuidarlo”.

Aun así, el comportamiento de su padre, aunque esté enfermo, complica su convivencia. “Hace cosas que van a estar separándoles y que Lara nunca va a apoyar. Hay una brecha muy grande entre ellos en cuanto a moralidad, ética y cómo actúan en las decisiones que toman en su vida”, aclara.

“No se puede predecir nada”

Traisac reflexiona también sobre el cambio de paradigma al que estamos asistiendo, con la irrupción de las plataformas y las dudas sobre el futuro de las series en abierto. “Es un momento rarísimo, no se puede predecir nada”, explica al tiempo que recuerda que no se trata de algo nuevo.

“Cuando empecé a currar, en El Inquilino, ya se comentaba que la audiencia iba a cambiar”, apunta. Para la actriz, la oportunidad que dan las plataformas al permitir “olvidarte de esa parte”, la que atañe al público. “Que la gente lo vea y tenga audiencia no esta en tu mano”, de ahí a que defienda que para los intérpretes “sea en parte liberador”.

“Paquita me ha cambiado la forma de entender la profesión”

2019 ha sido un año prolífico para Traisac, al haber participado en Alta Mar Alta Mary la tercera temporada de Paquita Salas. “Me encantó que fuera tan diferente”, destaca sobre la Casandra, a quien interpretó en la primera, “medio loca, mentirosa y manipuladora”. No obstante, no le aventura futuro: “El personaje está cerrado, llega al barco para algo, lo consigue y se despide de su hermana”.

Para hablar de Paquita se deshace en elogios con sus directores, Los Javis, con quienes asegura que trabaja “en familia”. “Me ha cambiado la forma de entender la profesión”, revela, sobre todo por su personaje en concreto, Clara, que desarrolla en la ficción la situación que en la realidad protagonizó Anna Allen.

“Contar esta historia me ha permitido entender por qué una actriz puede llegar a eso”, admite, “a usar photoshop o a estar mal aconsejada”. La intérprete alaba que se hable de “un personaje al que le ha pasado eso y al final está feliz, haciendo cosas de la vida cotidiana”. Según argumenta, “la industria le hacía sufrir, y todo el circo que hay alrededor, contar eso me parece muy valiente. A veces no hace falta tener cosas tan grandes, esta chica ha descubierto quién es un pueblo, dando clases de teatro, cuidando a la madre de Paquita, enamorándose”.

Por último, aplaude que Clara sea “alguien que se culpa y se encierra en sí misma, y es muy bonito ver cómo se libera y dice 'hasta aquí. Me equivoqué porque es una profesión muy difícil y qué pasa'”.

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