Entrevista Vertele

Fernando López Puig, director de Contenidos de TVE: “Tenemos que tomar decisiones a largo plazo, porque vemos que no llega la renovación que esperábamos”

Fernando López Puig

Pedro Zárate

Fernando López Puig ocupa desde marzo la dirección de Contenidos de TVE, labor que compagina con su trabajo al frente del departamento de ficción, cuyo último trabajo tiene nombre propio: Malaka.

La serie policíaca abrió el pasado lunes la nueva temporada de la cadena pública. Un curso que La 1 afronta en un momento delicado, con las peores audiencias de su historia y una renovación que no llega por culpa de la parálisis política.

Sin embargo, la que no para es TVE. “Somos una parte importante de la industria, y si nosotros paramos el mercado se resiente mucho. Tenemos que seguir siendo uno de sus motores y por eso es importante seguir avanzando”, comenta el directivo en esta entrevista con Vertele.

Por ello, desde la cadena ya trabajan en nuevos formatos y en el regreso de otros como OT y El Ministerio del Tiempo, que volverán a la parrilla a lo largo del 2.020. De éstas y otras producciones hablamos con López Puig, con quien repasamos el presente y el futuro de Televisión Española.

¿Cómo se presenta la nueva temporada para TVE?

Es una temporada en la que nos estamos volcando con el daytime, con los magacines. Hemos remodelado los decorados, los contenidos y los gráficos tanto de La Mañana como de A partir de hoy, que continuamos con él porque creemos que necesita más tiempo. Y también hemos renovado Corazón, España Directo y Aquí la Tierra.

Además, la ficción diaria cada vez tiene más importancia en el visionado lineal, cosa que no ocurre tanto con la ficción de prime time. Algunas cadenas hemos hecho la apuesta de mantener la tarde con ficciones y creo que está funcionando bien.

También necesitamos un poco más de recorrido para ir colocando las piezas. No me parece adecuado cambiar toda la parrilla. Tenemos que revisar los contenidos que estamos haciendo. Y con los Informativos hacer también un cambio de imagen. Estamos trabajando en cambiar los decorados y los grafismos porque creemos que en esa modernidad que nos dieron los debates electorales, donde creamos un espacio en el que el espectador se reconocía en algo distinto.

Por otro lado, estamos en pleno debate sobre si debemos adelantar el prime time a las 22:00 y no a las 22:45, como está empezando ahora mismo. Pero, claro, todo esto conlleva mucho estudio de contenidos, reestructuración de parrilla y medios, entre ellos el dinero, para poder hacerlo. Si adelantamos Cuéntame, por poner un ejemplo, a las 22:00, al final a las 23:00 vas a necesitar otro producto ‘premium’ para poder aguantarlo. Y eso es talento, pero también es dinero. Al final, el tema es más complejo de lo que parece y estamos reflexionando sobre él sabiendo que estamos en un período provisional. Y que es un período en el que, en cuanto haya un nuevo gobierno, puede haber cambios de estructura y en la empresa. Aun así, nuestra mentalidad es la de seguir mirando hacia adelante porque no podemos parar la maquinaria.

TVE es una parte importante de la industria, y si nosotros paramos el mercado se resiente mucho. Tenemos que seguir siendo uno de sus motores y por eso es importante seguir avanzando.

Entiendo que el problema de adelantar el prime time es mayor cuando ese día tienes que emitir una serie, cuyos capítulos duran mucho menos que una entrega de 'MasterChef', por ejemplo.

Claro. El problema está en los días que no tienes un talent de larga duración, porque nosotros estamos preparando MasterChef y OT, que son talents de largo recorrido. Pero lo que no sabemos es cómo abordar una ficción que tú empiezas a emitir a las 22:00 horas cuando todo el mundo está viendo access consolidados.

Y, además, no queremos mirar lo que hace el de enfrente. Siempre lo tienes de referencia, evidentemente, pero lo que tenemos que ver es qué podemos hacer nosotros para mejorar. Nuestra competencia es con nosotros mismos. Tenemos que ver la propuesta de nuestros contenidos para reclamar la atención del ciudadano y que vuelva, porque creo que en el último año ha habido cierto desafecto por el cambio de gobierno, que siempre repercute en las empresas públicas.

¿Ese es el diagnóstico que hacen de los recientes mínimos históricos que ha venido marcando TVE?

Sí. A partir de septiembre del año pasado emitimos una serie de producciones que no funcionaron tan bien en parrilla como pensábamos, pero también ha habido una desafección con los informativos. Y es lógica, porque estos ciclos siempre han pasado. Lo que pasa es que el ciclo que se dio hace unos años fue en un contexto en el que la televisión era absolutamente distinta, sin una fragmentación tan grande como la que existe ahora ni una oferta tan grande y variada.

Esto hace que, muchas veces, el espectador que acude a ti se vuelve más infiel. Quitando Telecinco, que sigue funcionando como una cadena clásica de marca, el espectador ya no busca tanto la cadena como el producto. Ya no le cuesta nada conectar Netflix, luego ver el talent de Telecinco, pasarse al entretenimiento de Antena 3 y luego a la ficción de La 1. Y todo esto ha repercutido.

Debemos seguir trabajando en formatos de largo recorrido y continuar confiando en la cadena. No mirar tanto al vecino como ver lo que estoy haciendo yo para volver a ser un referente para el espectador en ficción, información y en el entretenimiento.

Precisamente a nivel de entretenimiento tienen 'OT', que ya está preparando su nueva edición de cara a 2020. ¿Manejan fechas concretas para su regreso?

Será a principios de 2020. No está aún cerrado porque estamos trabajando en un talent más extenso. Nos hemos volcado mucho en redes y en Youtube para calentar el proceso del casting, que nos parece importante. Y además queremos que sea un OT renovado porque sabemos que es una arma muy poderosa que se desgasta muy rápido.

OT es tan potente que cuando lanzas a un grupo de nuevos cantantes al mundo discográfico, esto se agota. Sabemos que hay mucha demanda porque de repente hay un consumo masivo de todo tipo de música, pero eso no quita para que el mercado pueda sufrir cierto agotamiento. Intentamos que OT lance buenos cantantes, pero que el proceso de formación sea lo más interesante. Ya lo demostró en otras ediciones, donde no importaba solo si los concursantes cantaban bien o mal, sino que también hubiera un mensaje social de trasfondo. Al final, OT de lo que habla es de nosotros mismos y de los jóvenes.

En la última rueda de prensa de 'OT 2018' se dijo que el formato necesitaba descansar. ¿Por qué consideran que a principios de 2020 ya habrá pasado suficiente tiempo como para estrenar la nueva edición?

La nueva edición va a descansar cuatro meses más [que anteriores ediciones]. Pensamos que el dejarlo descansar más, o llegar a los dos años, puede jugar incluso en su contra. Era necesario crear expectación pero no separarlo demasiado de la anterior edición. Eso no iba a suponer que el programa funcionase mejor o no. Es verdad que estamos buscando más audiencia, pero no a costa de distanciar demasiado las marcas. Uno de los éxitos de OT fue, sin duda, que estuvo seis años sin emitirse, pero no queremos que ocurra eso. Una distancia media tampoco es tan diferente.

También va a volver en 2020 'El Ministerio del Tiempo'. ¿Cómo marcha la nueva temporada?

Muy bien. Vamos casi por la mitad porque llevamos 4 o 5 capítulos ya escritos. Estamos volviendo un poco a ese Ministerio del Tiempo de la primera temporada con historias autoconclusivas, con esa patrulla que viaja y que tiene dos misiones a la vez y que está más centrado en el momento del episodio que en esas tramas arco de la tercera temporada.

Y luego estamos con el objetivo de reunir a todos los miembros de la patrulla para ponerlos otra vez en danza.

Pero cuando ya se han escrito 4 o 5 capítulos es que el casting está cerrado.

Sí, lo tenemos bastante cerrado. El problema son las fechas, porque no todo el mundo está disponible para todo y, con este overbooking de mercado, quien no tiene una película tiene algo medio cerrado. Por eso estamos encajando el puzle, que es bastante complicado, para que al final todos estén en la serie.

Algún nombre podrá dar oficialmente.

No me han dado nada oficialmente, pero sí sé que están yendo a por todos. Desde Rodolfo Sancho hasta a Macarena García. Incluso estamos pensando en hacer nuevas incorporaciones. Estamos intentando crear una especie de Ministerio donde las patrullas sean lo importante pero que bailen entre ellas, que pueda haber varias patrullas.

¿Tienen clara la estrategia de programación a seguir con la serie? En anteriores temporadas se vio lastrada por diferentes cambios de día.

El Ministerio es una serie muy especial, incluso precursora, pero no ha sido tratada con ese trato especial que debería tener. No miro a ningún departamento en concreto, pero una temporada se estrenó antes de tiempo por necesidades de parrilla, se partió una temporada sin apenas avisar y muchas veces trabajamos con una producción muy pegada a la emisión. Esto, de alguna manera, perjudicó a El Ministerio. Y, sobre todo, que la audiencia se está fragmentando cada vez más.

Pero El Ministerio tiene un valor cualitativo tan importante y tan de marca para la cadena… Además, tiene un formato que hace posible que pueda remontar. No está agotada.

¿Y en cuanto a la fecha de estreno?

Estamos trabajando para que sea en 2020, antes del verano.

Otra de sus series, ‘La otra mirada’, fue renovada a pesar de no tener grandes datos de audiencia. Ahora que ya se ha emitido la segunda temporada, ¿cómo valoran esa decisión?

Estamos muy contentos. Creo que esta es una de las cualidades que tiene la televisión pública y que no tienen, evidentemente, las cadenas privadas. Y es que, con determinados contenidos, tú buscas la audiencia pero no es ese tu objetivo al cien por cien.

La audiencia es importante, es necesario que te vean, pero sobre todo tienes que tener productos que tengan un tema que, además de entretener, sea de televisión pública. En este sentido, hablar de lo femenino en los años 20 para, en el fondo, estar hablando de la actualidad, si realmente hemos cambiado o no, nos pareció un tema interesante y así lo reconoció el público tan fiel que tuvo y que todavía sigue pidiendo que haya una tercera renovación. Nos lo estamos planteando porque también es una cuestión presupuestaria. Si tú tienes un presupuesto potente puedes probar o atender ciertos contenidos. Pero si no lo tienes, al final tienes que hacer una selección.

Estamos a menos de un año para que comiencen los JJOO de Tokio, cuyos derechos de emisión tiene Discovery (Eurosport, DMax). Aun así, ¿hay alguna opción de que TVE también pueda emitirlos, como ha hecho históricamente?

La Televisión Olímpica quiere que nosotros estemos con los Juegos Olímpicos, pero la compra de derechos es muy cara. Nosotros estamos intentando poder compatibilizar lo que supone la inversión en los derechos de los Juegos Olímpicos, que es una emisión de 15 días a un precio muy alto, con el presupuesto que tenemos este año.

En el caso de que haya un gobierno, y haya unos nuevos Presupuestos Generales del Estado, lo que queremos es que se fijen unos gastos extras que están muy justificados, que son la emisión de los Juegos Olímpicos.

En el fondo hay muy pocas teles que quieran hacerse cargo de ellos, porque es un 10% del contenido el que da audiencia. El resto de deportes son deportes minoritarios. Y eso lo tiene que asumir una televisión pública. Por eso estamos negociando con la Televisión Olímpica e intentando encajar esa inversión en los presupuestos que tenemos ahora mismo.

Estando la política paralizada, decisiones como ésta o la de eliminar el access se retrasan todavía más.

Hay una cosa que es verdad y de la que debemos ser conscientes, y es que el equipo que hay ahora mismo es provisional. Es un equipo que se crea en una transición hasta que un nuevo gobierno convoque o haga un concurso, que ya está en marcha, para volver a crear un nuevo equipo con su Consejo de Administración y su Presidencia. Pero este hecho no nos puede parar. No podemos parar las máquinas pensando en el corto plazo después de un año, porque esa provisionalidad iba a ser de tres o cuatro meses y ya llevamos un año y dos meses.

Tenemos que estar pensando hacia adelante y tomar decisiones a medio plazo y a largo plazo. Siempre las debimos haber tomado, pero más ahora, sobre todo cuando vemos que finalmente no llega una renovación como esperábamos.

Podría ocurrir que ahora se tomaran decisiones importantes y la entrada de una nueva cúpula directiva las echara para atrás.

Claro, es que lo que queremos es que eso no ocurra. Por eso las decisiones tienen que ser muy consensuadas y tiene que ser muy reflexionadas. Porque se trata de que, si decidimos que no haya access y que arranquemos el prime time después del Telediario, como puede ser el caso, esto tiene que estar consensuado para que el equipo que pueda venir no dé marcha atrás.

Creemos que son decisiones de muy largo recorrido, que el espectador a lo mejor no va a reconocer a priori, pero que se va a tener que ir sembrando hasta que el público y la audiencia vean que esa es una alternativa, que acepta y que quiere. Y este es un camino largo que pasa por penalidad de audiencia y por tener que reajustar otra vez. Es una decisión de calado y no se puede poner en marcha mañana mismo. Sobre todo porque tienes que pensar qué contenidos vas a poner en esa nueva parrilla.

Entonces no se puede hablar de plazos.

No sé qué ocurrirá en septiembre y en noviembre, pero lo ideal sería que para 2.020 replanteásemos muchas cosas de estructura, de cadena y de contenidos.

En cuanto a contenidos, uno que ya ha visto la luz es ‘Malaka’. Que es una serie arriesgada que en abierto solo se puede permitir una televisión pública.

Somos conscientes de ello. Si ahora mismo estuviera en Telecinco hubiera hecho otra Malaka (ríe). Es curioso, porque hace años Tierra de lobos se desarrolló en Televisión Española. Y en un momento dado David Martínez, que era el director de Ficción, es contratado por Telecinco. Nosotros no seguimos adelante con el desarrollo y los derechos se los queda Telecinco, que acabó emitiendo una serie muy distinta a la que nosotros estábamos desarrollando, lógicamente. El contenido era el mismo, con dos hermanos, cuatro hermanas y un poco del oeste, pero eran dos conceptos muy distintos.

Nosotros podemos tener una serie clásica o una serie propia de una cadena generalista, pero tenemos que arriesgar también. Sobre todo en el mundo tan apasionante que estamos viviendo con los contenidos de ficción. La frontera entre la plataforma y lo abierto cada vez es más difusa, porque el espectador lo que está haciendo es ampliar conocimientos y asimilar nuevos estilos de contar. Y esto está pasando en cuestión de meses..

Audiencias aparte, ¿cómo se ve recompensada una apuesta de las características de ‘Malaka’?

Con el reconocimiento del espectador. Y cuando digo reconocimiento, una parte es la audiencia y otra es la aprobación del público, que ha disfrutado con lo que ha visto y que cree que es una buena serie. Normalmente esto va unido al momento de influencia que tiene la cadena. Si hablamos de competencia directa, de una carrera, ahora mismo Telecinco sale 100 metros por delante. Haga lo que haga le van a ir a ver dos millones de personas. En cambio, nosotros necesitamos levantar la mano con ciertos temas.

Es el caso de nuestra Ley de financiación, que está pensada para una cadena pública que muchas veces tiene difícil competir con las cadenas privadas. El hecho de no tener [dinero] para publicidad o para darme a conocer fuera, evidentemente recorta mi capacidad de penetración en la sociedad. Pero eso no quita para que yo siga pensando que mis productos son buenos y que ese reclamo al final va a ser un boca a boca. Que el ciudadano se va a sentir satisfecho con lo que está viendo.

¿Que viene un millón en vez de dos millones? Bueno, intentaremos que eso crezca a través de promoción, pero lo que queremos es que la gente que lo vea no diga: “He visto esto y lo he tenido que ver porque no lo aguantaba”. Preferimos que la gente diga: “Lo he visto, es muy bueno y es una pena que no haya más gente viéndolo”. Este es un comentario que hemos visto últimamente en productos como La otra mirada, que la gente no entendía por qué no tenía más audiencia. A lo mejor ha habido gente que no ha tenido la necesidad, por distintos motivos, de pinchar La 1. Hay gente que directamente no va a tu cadena a verla, pero eso no quita para que sigamos pensando en el contenido por encima de todo.

En caso de que alguna de las series de esta temporada no funcione, ¿se plantean seguir una estrategia similar a la de Antena 3 con '45 revoluciones'? ¿Mantenerla en prime time aunque sus audiencias no inviten a ello?

Sí, eso me pareció fantástico por parte de Antena 3. Lo ha hecho un par de veces y es de chapeau. Al final movió algunos capítulos, que es algo logiquísimo, pero respetó muchísimo la serie. Me parece que eso la honra como cadena privada, porque podía haber levantado la serie y, sin embargo, antepuso tratar al espectador con el respeto que se merece.

Nosotros haremos lo mismo y ya lo hemos hecho con otro tipo de productos. Proyecto Arkano, por ejemplo, que era un producto estupendo que no cuajó en audiencias, pero lo mantuvimos ahí [en late night] porque nos parecía muy interesante a la hora de hablar sobre temas de juventud y temas sociales. Yo creo que es lo que tenemos que hacer en la cadena, seguir buscando y creando la mejor producción posible.

Ya que comentaba la Ley de financiación, ¿es partidario de que la publicidad vuelva a TVE?

No lo sé. Cuando estamos hablando de financiación estamos hablando de que esa ley entró en vigor el 1 de enero de 2010. Por aquella época tuvimos una reunión con un equipo de France Télévisions que había venido a conocer cómo hacíamos las series, porque pensaban que las hacíamos muy bien y a un precio muy barato. Y cuando les contamos que iba a desaparecer la publicidad no se lo creían. Nos decían que estábamos locos y que ni ellos habían conseguido eliminar la publicidad, lo cual es cierto. Ellos intentaron rebajar la publicidad pero siguen todavía con ella.

Todo se reduce a la capacidad para recaudar nuestro propio dinero y no depender de lo que nos pase el Estado, las telefonías y las privadas. La vuelta a la publicidad ahora mismo es implanteable. Lo que tenemos que encontrar es qué tipo de televisión pública queremos, sin publicidad o modulando ese tipo de publicidad a través de patrocinios o a través de mecenazgo, que es algo que siempre estamos hablando con el Ministerio.

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