Entrevista Vertele

Jordi Frades, director de Matadero: “Vivimos en una época de violencia extrema absurda”

Matadero

Pedro Zárate

Definen “Matadero” como un “thriller ibérico”. ¿Sienten la necesidad de reivindicar lo español?

Un poco sí. A mí particularmente me apetecía mucho hacer un thriller porque me gusta mucho el género, pero estaba un poco cansado de nuestra lógica pretensión de imitar el thriller americano, porque todos somos consumidores. Me apetecía mucho la idea de hacer algo que sea nuestro; que sea... ¿cómo trataría un thriller Berlanga? ¿cómo podríamos transformar una serie mítica como 'Crónicas de un pueblo' en un thriller con elementos actuales? Ese fue un poco el punto de partida.

En el caso de “Matadero”, ¿es importante la localización en la que se ambienta la serie?

Sí, además con un punto de vista muy concreto. Yo estaba muy empeñado en que las localiza,sta, colocamos a gente de un nivel adquisitivo en unas casas que no se corresponden a dicho nivel.

Así, yo estaba muy empeñado en que la casa donde vivía Pepe Viyuela fuese una casa de pueblo con unas dimensiones reales, porque al final es la estética de nuestro país. Y a mí me parece encima fascinante. Hay una estación de servicio donde hay unos asesinatos, que tuvimos que ir un poco lejos a rodar, porque quería conectar con esa imagen que yo también recuerdo de viajes por España, de esos lugares que todavía mantienen el neón... es una estética setentera que se corresponde mucho con la iconografía de muchos lugares de España.

Por eso era importante que el thriller no sucediera en una capital sino en un pueblo perdido, porque te permite contar esa otra España y ese otro tipo de personajes que no son siempre los que viven en una gran ciudad.

“Matadero” es una serie que se parece a “Fargo”. Imagino que sois conscientes...

Fargo es una maravilla de serie. Esta serie thriller en un pueblo hace unos diez años la quería hacer antes de la ficción Fargo, pero es verdad que ya existía la película, que me fascinó. Y viajando por España, entré en un bar a tomar algo en un pueblo perdido y la estética del lugar, el tipo de personajes que vi... pensé que era una pena que no mostrásemos eso nunca en una historia nuestra actual y que tengamos que hacer ver que nuestro país está lleno de rascacielos, cosas modernas y bares de diseño.

Utilizar este universo para un thriller es una manera de diferenciarlo. Cuando salió la serie Fargo nos sirvió muy bien para decir que cuando hablas de un tono que no es el habitual, cuesta mucho encontrar paralelismos. Para vender un proyecto necesitas una comparación para que todo el mundo entienda de qué estás hablando. ¿Y qué es lo que ha quedado de Fargo en Matadero? carreteras largas, paisajes desiertos -en nuestro caso es un país de sol en lugar de nieve- y ambiente árido. Fuera de esto se creó una historia de un pueblo donde pasan cosas y a partir de ahí las diferencias desaparecen. Luego navega por otras zonas reconocibles en otras series; pasamos hasta por Breaking Bad.

El caso Pepe Viyuela es un poco Walter White...

El caso de su personaje es algo poco habitual y extremo, y aquí radica un poco la comedia de la serie. No es tanto hacer reír, sino hacer un poco la extravagancia de hasta dónde somos capaces de llegar los seres humanos cuando nos ponen a prueba.

Como creadores, ¿hasta dónde han sido capaces de llegar con la serie?

Es arriesgada porque es un tono poco habitual, pero la serie creo que atrapa mucho. Es muy sorprendente el recorrido que hacen los personajes de Pepe Viyuela y Lucía Quintana, que son cuñados y actúan juntos en toda la serie. A partir del primer capítulo hacen un cambio radical, y en el último llegamos al extremo. Vemos en ellos una transformación hacia una zona muy oscura.

Vivimos en una época en la que la ira de la gente está a flor de piel, hay una violencia intrínseca en nuestro país. La gente tiene rabia e ira. Ves los telediarios y hay casos de violencia extrema absurda. Esto lo tocamos también de una manera indirecta en la serie. Al meter a los personajes en unos determinados aprietos, su reacción es como si hubieran sido educados en las películas.

Entiendo que la evolución de personajes como el de Pepe o Lucía se producirá rápido dado que la temporada está formada por diez capítulos.

Sí, es muy rápido. En el capítulo uno es la presentación del lugar y saltan los hechos. El dos es cómo asumimos este hecho y al final de este deciden ser activos. A partir de aquí, lo que hacen les lleva a una zona que aquí sí que tiene un punto con la primera temporada de Fargo en el sentido de cómo se les ocurre hacer esto; para ocultar lo que han hecho se meten en un lío que cada vez es peor. Las circunstancias llegan a un punto que es: o ellos o nosotros. Y ahí ya les sale la parte oscura.

Cuando surgió la idea de “Matadero” venía de hacer “La Catedral del Mar” y otras ficciones históricas. Ya era hora de volver al presente.

Me tocaba, sí. Entre otras cosas, porque a mí me gusta más. Siempre cuento que, curiosamente, el género histórico no es mi género preferido; nunca me había imaginado haciendo series históricas. Soy de la generación Star Wars, la generación friki. No vengo de la generación cine de Guerra Civil. Es un entorno que me encontré.

Luego he tenido la suerte de que las series han funcionado muy bien y han generado una continuidad profesional en mí, y me he transformado casi en uno de los mejores expertos de este país en ese tipo de series. Pero yo estuve muchos años trabajando con Filmax para hacer terror, y tuve ahí dos proyectos que estuvieron a punto de realizarse -de hecho uno se realizó aunque no lo dirigí yo-.

Estaba muy vinculado al género fantástico, pero la vida me llevó por otro camino y de algún modo tengo ganas de recuperar esta esencia que está en mí.

Aprovechando que cita a “Star Wars”... ¿cree que la ciencia ficción sigue siendo la asignatura pendiente de las series españolas?

Sí, la ciencia ficción es complicada por una cuestión presupuestaria y por una cuestión de que, de alguna manera, los americanos están muy acostumbrados y saben hacerlo muy bien. Nosotros no tenemos tanta tradición. Y sí que es un género que a mí me gusta mucho y me apasiona; si algo veo en el cine es la ciencia ficción, el terror y el thriller.

Por ejemplo, soy un amante de un tipo de thriller que está un poco denostado y que a mí me encantaría hacer, que es el thriller erótico, sobre todo en la vertiente Brian De Palma. El terror también es algo que a mí me apetecería mucho hacer.

El otro día leí que los Javis están preparando una y es un género que me fascina. De hecho, llevo tiempo intentando levantar algo de terror pero es muy complejo. El gran problema del terror, quitando algunas excepciones de grandes películas, es que está muy basado en la oscuridad del sonido, y estos dos elementos los pierdes en televisión... así que necesitas una trama de un terror especial.

Aunque asegura que es difícil, estamos asistiendo a la evolución de la ficción española, por lo que en un futuro quizá sea posible llevar a cabo con éxito ese trasvase del género de terror cinematográfico a la pequeña pantalla.

Creo que es el próximo género que va a entrar, la prueba es que los Javis ya están ahí, aunque entiendo que harán una serie de terror más en su línea. Digamos que es un poco lo que ha hecho Álex de la Iglesia; para mí la esencia La comunidad es una película de terror. Yo creo que esa línea sí puede estar, incluso Verónica, que es una película que podría ser una serie de televisión.

Regresando a proyectos pasados, ¿qué balance hace de “La Catedral del Mar”?

Un balance bueno porque funcionó bien. Evidentemente uno siempre espera más, pero estamos muy contentos. En Atresmedia y TV3 ha funcionado muy bien, y ahora que está Netflix he leído también comentarios de muchas partes del mundo muy positivos, aún no siendo una serie directamente pensada para la plataforma.

Cuando tú piensas una serie que va a ir en Antena 3, hay una manera de hacerla que es diferente a cuando vas a hacer un original, que son mucho más radicales. Así que tienes que casarte con todo para poder contentar a cierto público de Netflix y al de la cadena.

Estos negocios a veces son complejos, porque es verdad que ha habido gente en Netflix que ha dicho que esta serie es muy poco arriesgada; no es arriesgada, primero porque parte de un bestseller y si eres fiel a su historia, es una historia de buenos y malos y de pasiones, entonces no lo puedes transformar en otra cosa y hay que ser consecuente con eso. Estoy contento entendiendo que es la serie que es.

Atresmedia Studios tiene como objetivo irse a otras plataformas, así que en un futuro las series de ahora sí que podrían ser diferentes.

Seguramente este tipo de series tendrán un elemento más decantado hacia un público Netflix que a un público cadena abierta donde ahora se mezcla todo. También la gran dificultad con la que nos encontramos todos ahora es hacia dónde vamos, porque se mezclan todos los públicos.

Todo esto también nos ha pasado en Matadero. Es decir, Matadero es una serie compleja para ellos pero al final tampoco es tan radical porque nosotros sabíamos que era para ellos. Entonces, tú puedes cargar más las tintas si sabes que va a ir para una plataforma para un público que decida ver esa serie, o que la va a ver mi madre cuando ponga Antena 3.

También es cierto que Antena 3, dentro de que sea una cadena generalista, está dando unos pasos diferentes en ficción.

Absolutamente. En este momento, creo que son los que se van acercando más a lo que es el mundo Netflix, y la prueba es que sus series están funcionando muy bien en todo el mundo. Por ejemplo, La casa de papel, que es una serie que a mí me parece maravillosa donde la única cosa que se le puede achacar es algo que ya ha solucionado Antena 3: los 70 minutos contra los 50.

Todos los que hemos hecho 70 minutos sabemos que hay momentos, a mitad de la serie, donde hay cosas que se alargan quizá más de lo que toca. Ahora con 50 minutos esto ya no pasará. También es verdad que ahora tenemos que saber y recordar cómo se sintetiza una historia en 70 minutos sin que resulte precipitada. Ya pasó con Fariña, que ya no tenía 70; sin tener 50, había capítulos que tenían 62. Ya había capítulos en los que Ramón Campos [productor ejecutivo de Bambú Producciones] cortaba y editaban y no sobraba ni faltaba nada.

Creo que en ese momento ya había ese pensamiento de dar ese paso a los 50, que yo creo que abre un panorama sobre todo a otro tipo de proyectos. Con 50 minutos no necesitas tantas tramas. Muchos de los problemas que tenemos con los 70 es que no puedes hacer una serie basada especialmente en un personaje al que le pasan una serie de circunstancias porque no lo aguantan, en cambio con 50 sí. Entonces, desaparecer las tramas paralelas es la máxima alegría porque te permite contar otro tipo de historias.

El hecho de reducir una serie de 70 a 50 minutos tendrá, imagino, una disminución en el importe presupuestario.

No lo va a tener por la sencilla razón de que esto todavía vamos a ver cómo queda, pero lo más lógico en términos económicos es hacer una regla de tres. No es exactamente así, pero evidentemente hay partes como la preproducción, la construcción de decorados y la postproducción que da un poco igual que sean 70 que 50. Lo tienes que hacer igual, y si te dan menos dinero porque la serie dura 50 no puedes hacer frente a las cosas que valen lo mismo.

"En mitad de la nada todo puede pasar", nuevo tráiler de Matadero 360

¿Qué proyectos baraja de cara al futuro?

Tenemos un par de cosas con Antena 3 en desarrollo que esperamos que pronto sepamos si salen o no, intentando sobre todo algo muy complejo que es cazar nuestra idea de hacia dónde tenemos que ir para que esto avance y cambie, con las necesidades propias de las cadenas, las cuales en este momento empiezan a distanciarse mucho.

Antes, todas las productoras generaban un proyecto y lo normal era presentarlo a todas las cadenas y quien te lo compraba, adelante. Ahora, el proyecto que llevas a TVE no vale para Antena 3 ni para Telecinco ni para Netflix; tienes que hacer uno para cada canal, lo cual es bueno. Además, hay que tener en cuenta que hay cadenas que todavía emiten en 70, así que si hago una serie de 50 no vale para ellas.

Todo esto hace que las productoras a nivel creativo y de inversión tengamos que trabajar más para generar proyectos más distintos, y si una cadena no te lo compra porque no cree que ese proyecto le interese, te 'lo comes'. Además, hay que ver lo que hacen los demás; todos tenemos los mismos gustos y todos vemos las mismas series.

¿Cómo ve que de repente haya tanta gente de cine que quiere hacer televisión?

En ese tema yo tengo sentimientos encontrados y soy muy sincero: me parece estupendo que los directores de cine vengan a hacer series de televisión. Hay veces que no me parece justo que cuando ha habido toda una serie de profesionales luchando desde hace muchos años por cambiar la televisión, de repente parece que sea ahora por una campaña publicitaria terminada que ahora que han llegado los del cine a la televisión, esta está cambiando.

La televisión está cambiado por sí misma, y los directores de cine que están haciendo series les han permitido hacer un tipo de proyectos que antes no se permitían. Encima, son gente muy buena, entonces evidentemente me parece fantástico. Si eso, en todo caso, se transforma en una exclusión de la gente que ha estado haciendo televisión, es cuando me podría parecer injusto.

Muchas veces, a los de la televisión también nos gusta el cine y nos ha costado hacerlo porque se nos consideraba de televisión. Actualmente, una película y una serie de televisión se rueda exactamente igual y un director de cine y televisión hace exactamente lo mismo. Entonces, me parece fantástico porque parece que se han abierto las puertas aparentemente en ambos sentidos, cosa que ha pasado toda la vida en Estados Unidos. Pero a veces, en nuestro país, tenemos esta cosa de “o eres blanco o eres negro”.

Que entre todos crezcamos me parece muy sano, que haya exclusiones me parece elitista y snob. Es lo único que, en todo caso, puedo cuestionar de esta maniobra.

Para terminar, ¿cómo valora que haya vuelto por fin “La República” a TVE, serie que usted dirigió en su primera temporada?

Sí, yo dirigí la primera temporada, la segunda la dirigió Salvador García Ruiz porque yo estaba dirigiendo Isabel en este momento. Me parece que las cosas son como tienen que ser. Entre otras cosas, porque en la segunda temporada de La República se muestran los dos lados; no es para nada partidaria de nada. Se muestran los extremos. El protagonista, curiosamente, es de derechas. El personaje de Félix Gómez es uno de los fundadores de Acción Popular.

Con lo cual, si la razón de toda la polémica que ha habido ha sido política, siempre me ha sorprendido ya que siempre se han cuestionado los extremos; se cuestiona a los anarquistas y a los golpistas. En la zona media, socialistas y Acción Popular, que eran izquierda y derecha -casi los herederos de los grandes partidos de ahora-, son Verónica Sánchez y Félix Gómez, que son los protagonistas de la serie y están tratados respetando sus ideas.

Entonces, ¿si hay en la trama thriller de república puede haber algún extremo? Son los anarquistas y los golpistas, que son los extremos. Si se puede hacer alguna lectura política de la serie -aunque yo siempre he dicho que al final es una historia de amor-, es esa, porque seguramente lo que más ha echado para atrás de la serie es el título. La Señora trataba los mismos temas y nunca hubo ningún problema cuando, aún encima, había un personaje que era un sacerdote que se enamoraba de una chica.

Creo que vivimos en un país donde se tienen que solucionar una serie de cosas, reírnos un poco de nosotros mismos y ver que no estamos faltando el respeto a nadie. No pasaría nada porque hubiera un poquito de relajación en estos temas. Hay mucha ira en nuestro país actualmente.

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