Entrevista

Juanra Bonet: “No tengo la sensación de que estén apareciendo nuevos medios que puedan eclipsar a la TV”

Juanra Bonet, en el plató de '¿Quién quiere ser millonario?'

Pedro Zárate

“Si alguna vez me escuchas quejarme, tienes todo el derecho a darme una patada muy fuerte en la espinilla”, dice Juanra Bonet al otro lado del teléfono para resumir el gran momento que vive a nivel profesional. No es para menos. El presentador catalán presenta cada tarde ¡Boom!, forma parte del equipo de La Voz y este viernes vuelve al prime time de Antena 3 con la nueva tanda de especiales de ¿Quién quiere ser millonario? (22:00 horas), esta vez protagonizada por famosos.

De ellos destaca el “acto de generosidad brutal” que hacen al sentarse en la silla para jugar en una causa benéfica. Y es que, a su juicio, “a los cinco minutos” dejan atrás el personaje para dar paso a la persona. “Pocas cosas hay más potentes que, por ejemplo, tener a un cómico que al cabo de cinco minutos pase de hacer gracia a estar preocupado por acertar una pregunta”, asegura.

David Broncano, Bibiana Fernández y Antonio Resines serán los primeros famosos que se dejen ver la noche de este viernes en el concurso. Un género en el que Bonet ya es una voz autorizada. De ahí que tenga claro que el éxito de 'Los Dispersos', que el miércoles alcanzaron los 300 programas en ¡Boom!, no solo es cuestión de saber más que el rival: “Aguantar tanto en un concurso de televisión no depende muchas veces de los conocimientos que puedas tener, sino también de tu resistencia física y mental”.

Lo que no tenía tan claro, reconoce entre risas, es que Pablo Díaz no fuera a ganar el bote de Pasapalabra tras la expectación generada por Atresmedia: “Yo me la comí con patatas. En Antena 3 son buenísimos guardando secretos”.

'¿Quién quiere ser millonario?' tuvo una primera etapa con anónimos, volvió el año pasado con concursantes conocidos de otros concursos y ahora regresa con famosos de todo tipo. ¿Qué aportan precisamente los famosos sobre los perfiles anteriores?

Lo más curioso es que los famosos dejan de ser famosos cuando llevan cinco minutos jugando. A los cinco minutos desaparece el personaje y aparece la persona. Eso es lo más alucinante y un acto de generosidad brutal por su parte.

Participando en el programa, lo que hacen es un ejercicio de naturalidad y salir de su zona de confort.

Sí sí. Pocas cosas hay más potentes que, por ejemplo, tener a un cómico que al cabo de cinco minutos pase de hacer gracia a estar preocupado por acertar una pregunta. La mecánica del programa y el objetivo benéfico le dan otra dimensión al concurso y hacen que la implicación emocional de los que participan sea superior. Tienen que ser valientes para sentarse en esa silla y jugar por una causa benéfica, con la exposición que supone eso.

Antes de la primera tanda de especiales te referiste a 'El Millonario' como un oasis dentro de la televisión actual por sus pausas y sus silencios. ¿No es contradictorio emitir un programa lleno de pausas y silencios un viernes por la noche?

A mí me parece un acto de rebeldía y valentía por parte de la cadena. Estoy seguro de que si un alienígena aterriza en la Tierra, se pone a hacer zapping y se encuentra a dos personas mirándose fijamente pensando una pregunta, se queda diciendo: “¿Pero qué pasa aquí?”. Aun así, yo creo que un oasis así es necesario y que el espectador lo va a saber valorar. Además, no es tan oasis como parece porque hay mucha tensión y mucha emoción. Es decir, los silencios de El Millonario están más cargados que muchos no silencios.

Si a ese alienígena le diera por hacer zapping unas horas antes te acabaría viendo dos veces, primero en '¡Boom!' y después en 'El Millonario'. ¿A ti te gusta verte a ti mismo cuando sales por televisión?

Me suelo ver poco porque no tengo capacidad para verme con frialdad y hacer una crítica sana. La valoración de mi trabajo la dejo en manos de la dirección de los programas porque suele ser más objetiva. A veces me veo, sobre todo los días de estreno, pero como soy de esos que se machacan luego me afecta mogollón.

¿Te ves muchos defectos?

Sí, y mira que no estoy pendiente de ninguna crítica online porque valoro más la crítica directa, en persona, pero creo que conmigo mismo sería peor que cualquier hater.

'El Millonario' regresa otra vez con una tanda de especiales y no de forma definitiva como concurso diario. ¿Es más inteligente esta estrategia para así evitar un posible desgaste?

Esto ya son estrategias de cadena, pero ahora mismo Antena 3 tiene un abanico de formatos de entretenimiento brutales. Emitir ahora unos pocos programas de esto y después de lo otro no me parece una mala estrategia. Pero vamos, a mí ponme delante de una cámara que esté la luz roja y yo te hablo, pero decisiones de despacho ni loco (ríe).

Esta semana te hemos visto delante de las cámaras de '¡Boom!' celebrando la entrega 300 de 'Los Dispersos'. El programa ya se sobrepuso a la marcha de 'Las Extremis', 'Los Rockcampers' y 'Los Lobos'. ¿Te sorprende, aun así, que haya irrumpido tan pronto un equipo como 'Los Dispersos' después de 'Los Lobos'?

A lo mejor el hecho de que sean grupos hace que sea más fácil que duren más, pues en un grupo se puede cubrir el mal día de un compañero. Sin embargo, en un concurso en el que juegas tú solo, no. En cualquier caso, aguantar en un concurso de televisión no depende muchas veces de los conocimientos que puedas tener, sino de otras cosas. Las grabaciones de un concurso son largas, con varios programas grabados al día varios días a la semana. Por eso, a veces no solo importa lo que sepas, sino también tu resistencia física y mental a la hora de competir contra un equipo nuevo que llega fresquísimo y que a lo mejor se ha levantado cuatro horas más tarde que tú (ríe).

'La ruleta' y 'El Millonario' son excepciones, pero 'Pasapalabra' tiene a Pablo Díaz, '¡Boom!' a 'Los Dispersos' y '¡Ahora caigo!' ha introducido recientemente una norma para que el concursante central pueda estar más de un programa. ¿Tener a un mismo concursante que encadene un programa tras otro se ha convertido en algo casi tan importante para un concurso como tener una buena mecánica?

No creo que haya un objetivo concreto de buscar esa narrativa del concursante que se tira programas y programas luchando por el premio final. Pero el éxito de esta narrativa depende del espectador, porque hay mucha gente que reclama justo lo contrario. Es decir, que haya más movimiento y no siempre los mismos concursantes. Pero los espectadores en este tipo de situaciones somos muy radicales, si nos gusta lo vemos y si no, pues no lo vemos. Entonces, habrá gente que vea estos concursos porque está el mismo concursante, y gente que no los verá porque siempre está el mismo concursante.

Tú que viviste in situ la victoria de 'Los Lobos' y la expectación previa, ¿cómo viste que Antena 3 insinuara la victoria de Pablo en 'Pasapalabra' cuando en realidad no había ganado?

No me pareció mal. De hecho, cuando Antena 3 dio a entender que ganaba el bote, muchos espectadores se quejaron de que les habían dejado sin sorpresa. A mí me pareció una forma de conseguir que, cuando vuelvan a anunciar algo, el espectador no sepa realmente qué va a pasar. Y eso también tiene un valor, porque hasta ahora todos pensábamos que si había un anuncio de este tipo era porque ganaba el bote. Sin embargo, ahora diremos: “Ojo. Ni pu... idea, pero el programa va a cambiar a partir de hoy y no sé cómo”.

Entiendo la indignación de la gente, pero esto rompe el hábito de cara al futuro. Ahora cuando anuncien algo vamos a saber que es una sorpresa de verdad, pero no qué tipo de sorpresa es. Por eso ahora ya no vamos a ir de listos diciendo, yo el primero: “Anda, mira, va a ganar el bote”.

¿Entonces tú también pensaste que Pablo ganaba el bote?

Sí sí, yo me la comí con patatas. (ríe) Yo estaba convencido de que ganaba el bote porque no sabía nada. En Antena 3 son buenísimos guardando secretos. Muchas veces no me entero ni de lo que pasa en el plató de al lado. De hecho, hablamos sobre el bote en ¡Boom! y especulamos con el día que lo podía ganar. Pero, claro, luego ves que no lo gana y dices: “Qué cabrones. Menuda trolleada”.

Yo flipé con la cantidad de gente que reaccionó a esto. Como al final no pasa nada, porque es un calentón que se te pasa al día siguiente, me pareció hasta mágico y bonito.

De hecho, el 'no bote' de Pablo fue una demostración de poder por parte de la televisión lineal en un momento en el que se habla mucho de las plataformas de streaming y Twitch.

Yo no tengo la sensación de que estén apareciendo nuevos medios que puedan eclipsar a la televisión, sino todo lo contrario. Creo que todo lo que aparece es complementario. Recuerdo cuando surgió YouTube, que salían gurús diciendo que la televisión iba a morir en diez años. Es un discurso que llevo oyendo ya mucho tiempo, y es verdad que hay cambios y que hay que adaptarse, pero todo lo que aparece es complementario y aumenta la oferta. Y eso está bien. Es verdad que afectan a la televisión de alguna manera, pero nada cambia con nada.

En junio se cumplirán 10 años del final de 'Gafapastas', concurso que presentaste en La 2 y que fue cancelado por baja audiencia. Algo con lo que tú has bromeado mucho con el paso de los años. Una década más tarde estás presentando '¡Boom!', 'El Millonario' y formas parte de 'La Voz'. Al final, tu caso demuestra lo cambiante que es el mundo de la televisión.

Lo cambiante que es y lo importante que es un golpe de suerte. Porque tú puedes estrenar un gran programa y que justo ese día haya ocurrido algo muy importante que lo eclipse todo, entonces tu estreno se ve lastrado, no consigues remontar y dices adiós a los tres días pese a haber trabajado mucho en ese programa. Y a veces ocurre lo contrario, que montas un programa rápido para los meses de verano y resulta que consigue perdurar en el tiempo. Esto es lo bonito y lo terrible de la televisión.

Con esta reflexión, entiendo que ahora mismo valoras mucho tu momento actual.

Yo ahora me siento un privilegiado. Me siento en una burbuja, y si alguna vez me escuchas quejarme, tienes todo el derecho a darme una patada muy fuerte en la espinilla. Es que tengo un trabajo estable en plena pandemia y encima dentro del entretenimiento.

Otra efemérides: en 2021 se cumplen 25 años de 'Caiga quien caiga', programa del que formaste parte en una de sus etapas. ¿Un formato como 'CQC' lo tendría más difícil hoy para estrenarse y triunfar que en 1996?

No lo sé, pero sería un desafío alucinante. Imagínate lo que sería ahora hacer un reportaje en las puertas del Congreso por la mañana de un lunes y emitirlo el jueves. Entre un día y otro habrían pasado muchísimas cosas por Twitter. Molaría mucho ver cómo se reinventa un formato de cámara al hombro, redactor e inalámbrico en este momento en el que cualquiera puede ser reportero con un móvil en la mano. Igual es complicadísimo o imposible, pero sería estimulante fantasear con un CQC transmedia, que pudiera abarcar todas las plataformas. Como fantasía mola mucho, pero me parece un desafío complejísimo.

Ahora suena casi a chiste, pero uno de los retos que se marcó 'CQC' en su primer año fue darle las gafas de sol al Rey Juan Carlos.

Es que el programa empezó en una época bastante ingenua. Ahora el ambiente es mucho más bronco en la política. Yo hacía reportajes en 2005 y ahora somos otras personas. Hemos pasado una crisis gordísima, una pandemia, la caída del bipartidismo... Desde los tiempos en los que decíamos “¡las gafas, las gafas!” el planeta ha cambiado varias veces (ríe). No una vez, sino varias.

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