Internacional

Netflix y El Templo Satánico alcanzan un acuerdo extrajudicial para evitar el maleficio contra “Sabrina”

Kiernan Shipka en "Las escalofriantes aventuras de Sabrina"

Redacción

Sabrina evita finalmente el maleficio judicial por el uso de Bafomet. Warner Bros y Netflix han alcanzado un “acuerdo amistoso” con el Templo Satánico, que había interpuesto una demanda por valor de 50 millones de dólares por el uso de la efigie, recoge Variety.

A través de un comunicado, la orden religiosa precisa que Netflix incluirá en los créditos de los capítulos ya grabados que había “copiado” elementos de la estatua. El resto de detalles de esta solución extrajudicial no han sido desvelados.

Critican a los medios por “sobredimensionar” el litigio

El Templo Satánico ha aprovechado la ocasión para atacar a los medios de comunicación y a los seguidores de la serie que se han mofado de su cruzada particular contra Las escalofriantes aventuras de Sabrina.

“He recibido muchos mensajes de odio de gente tan simple como para entender que somos una enorme organización satánica utilizando su poder para intimidar a una pobre e inocente bruja adolecente”, ironiza Lucien Greaves, cofundador y portavoz de la institución.“La verdad es que esto es un pobre comentario sobre nuestra cultura, en tanto los medios de comunicación sobredimensionaron esta demanda de copyright, mientras que nuestra campaña en Arkansas, que buscaba responder preguntas sobre la dedicación de América a la democracia liberal, apenas tuvo repercusión”, señala.

Demandaban 50 millones en concepto de derechos de autor

En el texto judicial presentado ante la corte del distrito en Nueva York, el Templo Satánico exigía una compensación de 50 millones a Netflix y Warner Bros por lo que consideraban una vulneración de derechos de autor en el uso de Bafomet.

La efigie que tanto la iglesia como la serie reproducen es una talla a partir del diseño original que realizó el ocultista francés Eliphas Lévi y publicado en su libro Dogma y Ritual de la Alta Magia, dividido en dos volúmenes publicados entre 1854 y 1856. Ahí se definía a esta figura como una representación simbólica del Absoluto. Según los demandantes, hicieron unas modificaciones en el diseño original similares a las que el equipo de producción de Sabrina había realizado al esculpir la estatua para la serie.

La Iglesia de Satán original fundada por Anton LaVey en los sesenta, se desmarcó pronto de estas acusaciones y se puso del lado de la ficción: “Lo que ha hecho Netflix no es una copia exacta de la versión del Templo, sino que han utilizado de forma correcta la imaginería que se encuentra en el dominio público y la cultura popular”, exponían en un comunicado en el que criticaban a la otra ordenación religiosa por sus “infantiles operaciones de publicidad”.

El Templo de Satán se formó en 2013 y, aunque partía del laveyanismo, se diferencia de la iglesia original en el alejamiento del nietzscheanismo y en su activismo político. Pese a las diferencias ideológicas, es común que algunos identifiquen o confundan a esta de reciente cuño con la primera.

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