El contracronicOTe de 'Las Lauras'

Gala 7 de 'OT 2020': “Entre profecías y déjà vu”

Gèrard y Jesús en la gala 7 de 'OT 2020'

Laura Pérez / Laura García Higueras

Llegó el momento, caen las murallas y se viene nuestro momento favorito de la semana: la cita con OT. No nos va muy bien terminar el domingo siendo conscientes de que han pasado ya 10 años desde que cantamos el épico gol de Iniesta, pero todavía queda noche para deprimirnos más. Por lo pronto nos venimos muy arriba con el Waka Waka que abre la gala 7. Y aunque esto no es África, Nía lo levanta todo y queda una grupal apañada. Tsamina mina, eh eh... ay, qué verano aquel.

Los triunfitos cruzan la pasarela sin chocar las manos al público y ni se acercan a Roberto Leal. Vale que este año la relación es fría, pero nos sorprende este mood nórdico así tan de repente. Nos chivan por el pinganillo que es por el coronavirus y nos explota la cabeza, pero con la salud no se juega... no vaya a ser que alguno pillara algo en las firmas y se lo pegue a Roberto. Eso sí que no.

Empieza la acción y lo hace de nuevo con los nominados. La dirección de este año lleva un mareo importante, pero todo sea por el buen ritmo de las galas. Todos se muestran encantados con el chute de energía que les ha aportado salir a la calle, aunque a decir verdad... no les vendría mal una buena dosis de cafeína antes de ir al plató. Roberto le pregunta a Hugo por las personalidades que va a enseñar en su reto semanal y él le responde básicamente que se peine. “Te tengo que preguntar...”, dice el presentador, remando a contracorriente. Qué difíciles son las aguas esta edición... menos mal que está la sirena Samantha.

Ya en el escenario, Hugo firma su gran actuación y una de las mejores de lo que llevamos de concurso. Podemos decir sin miedo a equivocarnos que es el 'Aitana' de este año, por perfil musical y por solvencia en cada canción que le toca defender. Genius es su Issues particular y aunque nos descoloca con su cara de loco inicial, lo cierto es que lo clava. Así se lo dice también Soraya Arnelas cuando entra corriendo a abrazarle. Resulta que es su madre y que ha viajado desde Córdoba con la hermana de Rafa, ¡toma spoiler! Se lo perdonamos por reina.

Vemos imágenes de las firmas de discos y reconocemos a Vicen...Gorka, ahora con menos carmín que la última vez, cuando se abre paso entre la multitud para besar a su chica Maialen. Ella es la siguiente en cantar, aunque no está nominada, y cuenta que “brócoli” es su palabra favorita y que se planteó dibujar uno en cada disco que le llevaron a Valencia. Finalmente optó por pintar helados, que para la dieta vienen peor pero están más ricos.

La Chica Sobresalto corre al escenario para cantar por Julieta Venegas en medio de un circuito del Mario Kart repleto de chulazos que quieren conquistarla. Se lleva a Sam al huerto y salva muy bien la papeleta, no puede pedir más.

Turno de Bruno, al que vemos realmente feliz por primera vez acompañado de sus congas. No se puede decir que este chico no es versátil, porque lo mismo se marca un numerazo con Nía que te monta un guateque con farolillos de colores. Y todo bien. Su fiesta se completa con la visita de su compañero de piso Gorka, que es igual de majo que él... ¿cuándo nos vamos de cañas?

Y de un nominado pasamos de nuevo a dos salvadas. No entendemos nada, pero adelante. Eva y Nía charlan con Roberto sobre la semana y la gallega confirma que sus visitas al médico fueron por “edemas en las cuerdas”. No tenemos al primer bebé de OT en camino, pero sí una actuación muy competente. Arrancan su Don't Start Now encima de una pasarela y rezamos para que no les ocurra lo que a Amparo en Supermodelo, pero en este caso es el propio decorado el que se cae (a cachos).

A continuación nos enseñan la semana de Gèrard y Flavio, pero quien canta es Rafa. Para seguir con el desconcierto, su escenografía tiene de fondo la imagen de una antigua tienda de pañales y él canta con cara de cabreo. Probablemente sabía que su Cojo el saco y me retiro iba a ser una profecía, pero muy digna.

Ahora sí es momento de escuchar al otro dúo de la noche y nos alegramos al ver que Flavio ha superado el nivel avanzado de Aquagym y ya está preparado para seguir sin problemas una clase de Zumba. Gèrard y él resuelven su reto semanal bastante mejor de lo que pintaba en los ensayos y le ponen flow, pero por lo visto no es suficiente para el jurado.

Tampoco lo fue en su día Ariadna, que vuelve a OT 2020 como la diva que es con su primer single bajo el brazo. Todos se alegran mucho por ella y las tiendas de uñas de Malasaña ya se frotan las manos al ver que ha seguido la tendencia de las triunfitas de 2018. La primera expulsada defiende muy bien su Al santo equivocado y todos corren a corear su santo “ivo” mientras la abrazan, ¡a la mier... las medidas de prevención!

Turno de Jesús, que se enfrenta a su primer reto en solitario con la canción Sábado por la tarde. Lo cierto es que un domingo por la noche se atraganta bastante y no pega mucho en una gala de temazos, pero él lo intenta con fuerza.

Temazo el de Anaju, que tiene por delante el desafío más complicado de todos con Tusa. El público corea su nombre para darle ánimos y ella alucina en colores: “¿Qué os pasa en la cabeza?”, pregunta. Les pasa que quieren darlo todo como un viernes de madrugada y a ello van. La actuación la salva bastante bien para el 2x1 que le han colado, y destaca especialmente con el rap de Nicki Minaj. “Coge aire, que te hace falta”, le dice Roberto al volver. Desde luego que se lo ha ganado.

Para el final se han dejado a Samantha, que es este año la mejor (por no decir la única) animadora de las galas. Mientras Roberto busca el piso que le va a poner por echarle un cable cada domingo, la triunfita se pone a imitar a Nina con mucho acierto. “Tengo muy poca vergüenza”, dice... ¡gracias a Dios! Olvidamos por un momento lo cansino que es el temita de Carlos Right y nos ponemos en pie a aplaudirla por su desparpajo y por su pedazo Human, ¡Samanthazo!

Se cierran las actuaciones nominables y llega Edurne para sumirnos en una depresión de caballo. Resulta que su edición de OT fue hace 15 años y todavía no hemos superado lo suyo con Fran Dieli, ¿15 DE QUÉ? La jueza de Got Talent canta su nuevo single y anuncia que en su séptimo disco la ha inspirado De Gea. Ahí, metiendo el dedo en la llaga. “Es la primera vez que canto historias de verdad”. Oooooohhhh.

Todavía tristes por la puñalada nos enfrentamos a la expulsión. Roberto anuncia que es Rafa el que se va y Eva se derrumba. Él se lo toma bastante bien, sobre todo cuando Portu le dice que la va a liar fuera. El público canta su himno y él se despide con su sonrisa característica mientras los demás lloran. “¡Te queremos mucho!”, le dice Natalia Jiménez, que desde que volvió está en modo maja y hasta se disfraza de Coco para poner el toque de color a la noche. ¡Qué detalle! En la pasarela, Rafa y Eva nos tienen en vilo durante segundos esperando su beso... pero no.

Y de un momento triste, a uno feliz: la elección de favoritos. Samantha, Maialen y Anaju se levantan y es la última de ellas la que se lleva la recompensa por el trabajo semanal. La alegría le dura poco, eso sí, pues en menos de un minuto la nominan para abandonar la Academia. Maialen sí que cruza la pasarela y también Samantha, que se lo han currado.

Javier Llano se viene arriba y le dice a Nía que Dua Lipa ha pedido el vídeo de su actuación para copiarse de ella mientras advierte que el exceso de halagos puede ser negativo, ¡con un par! Ella, por supuesto, se salva de la nominación. También su compañera Eva y Bruno, que puede respirar tranquilo por una noche.

Flavio, Gèrard y Jesús no pasan el examen y caen al pozo. “Estáis ahí porque habéis desafinado los cuatro”, les dice Noemí antes de salvar a Anaju por su compromiso con el concurso. Los compañeros pescan a Flavio en una votación más ajustada que nunca y dejan para esta semana un duelo a muerte: el de dos enemigos íntimos entre los que se palpa de lejos el mal rollo. Gèrard y Jesús son dos hombres con un destino: salvarse sin que la sangre llegue al río.

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