Análisis

Las “renovaciones” de series como engañosa táctica promocional de las plataformas

Omar Sy en 'Lupin'

Laura García Higueras

Lupin fue el primer gran estreno de Netflix de 2021. La temporada inicial de la serie protagonizada por Omar Sy, compuesta por cinco episodios, llegó a la plataforma el pasado 8 de enero. El día 28 del mismo mes, fue anunciada su renovación por una segunda tanda de otros cinco capítulos. Apenas un mes después, el 5 de marzo, se compartió el tráiler de su regreso.

Desde luego, sería un tiempo récord de producción, rodaje y postproducción hasta para el gigante del streaming. Lo que se intuye más bien es que rodó la docena de entregas del tirón, y luego apostó por dividir la serie en dos partes. Una sospecha avalada por su propia trama inspirada en el clásico francés Arsène Lupin.

Vayamos a España. Amazon Prime Video anunció en julio de 2019 que llevaría a la pequeña pantalla El Cid. La serie de Jaime Lorente estrenó sus primeros cinco capítulos el 18 de diciembre de 2020, y en enero de 2021 la plataforma anunció su continuidad en una segunda tanda. Noticia ciertamente desconcertante porque desde la propia presentación del proyecto se habló de dos temporadas, pero luego esa parte “desapareció” para hablarse sólo de la primera y vender la segunda como “renovación”.

¿Dónde está entonces el truco? ¿Podemos llamar realmente “renovación” a algo que formaba parte de la estrategia inicial? ¿Por qué se hace y vende de esta forma?

Por supuesto, aprovechar la puesta en marcha de producciones para rodar más de una temporada es una táctica útil, práctica y económica. Resulta beneficioso desde la escritura de los guiones, para aprovechar decorados construidos (y evitar que haya que volver a ponerlos en pie posteriormente), así como la propia participación del equipo artístico; reteniéndolo antes de que pueda emprender otros proyectos que dificulten establecer un nuevo calendario de trabajo.

La parte con más potencial para ser puesta en duda es por qué las plataformas no lo cuentan así desde el principio y sin embargo lo ocultan, o son ambiguas.

Está claro que cuanta más conversación se genere en torno a los títulos, mayor repercusión parece que tienen. El tridente “plataforma + renueva + título de la serie” se convierte fácilmente en titulares en todos los medios que se hacen eco de la noticia. Las plataformas lo saben, y por eso venden la “renovación” como un éxito por los resultados, cuando en realidad desde el principio se ha planificado para producir al menos dos temporadas, y en ocasiones hasta se han rodado juntas esas dos primeras tandas.

Todo esto, en cualquier caso, es consecuencia del secretismo y la nula transparencia por parte de las plataformas, que a día de hoy siguen sin compartir ninguno de sus datos, empezando por el número de visionados de sus catálogos. Creer que una serie es la más vista de una plataforma es una cuestión de fe, hay que confiar en lo que la propia plataforma dice, puesto que no hay método de cuantificarlo como los audímetros en la televisión lineal tradicional.

Una estrategia más habitual de lo que parece

Lupin y El Cid no han sido las únicas series en ejemplificar esta engañosa estrategia. También lo hizo Hierro, cuya andadura se remonta a 2015, cuando fue puesta en marcha por Atresmedia. El grupo finalmente la descartó y fue adquirida por Movistar en 2017. Dos años después, el 8 de marzo de 2019, Bluper avanzó que la plataforma ya estaba trabajando en una segunda temporada antes siquiera de estrenar la primera tanda de la ficción protagonizada por Candela Peña.

Movistar se guardó entonces el as de anunciarla, noticia que llegaría en septiembre, tras haber lanzado sus primeras entregas en junio. Aquí no se había rodado todavía la continuación. De hecho, con la irrupción de la pandemia al inicio de 2020, la grabación tuvo que interrumpirse hasta junio. Para su estreno hubo que esperar hasta febrero de 2021.

Lo mismo ocurrió con Valeria. Una ficción que, como adaptación de la saga de novelas escrita por Elisabet Benavent con cuatro volúmenes, se esperaba de entrada que fuera a seguir incluso más de una temporada. Netflix compartió el proyecto presentando a su casting en septiembre de 2019. La ficción llegó en mayo de 2020, mes en el que también Bluper adelantó que, de nuevo, el servicio de streaming ya había puesto en marcha su continuación.

Netflix, sin embargo, se reservó el aviso de “renovación” para junio, indicando que mantendría a su reparto principal, incluidos Maxi Iglesias e Ibrahim Al Shami. El rodaje comenzó el pasado mes de septiembre, pero de momento se desconoce para cuándo se baraja su estreno.

Netflix calificó también como 'renovada' a Alta Mar tan solo tres días después de su lanzamiento, en mayo de 2019. Lo hizo anunciando sus nuevos fichajes, que incluían entonces a Claudia Traisac y Antonio Reyes, con imágenes capitulares. En contra de cómo se publicitó, los dieciséis episodios se rodaron del tirón.

Y lo mismo ocurrió con las temporadas 2 y 3 de Élite, que se grabaron juntas. La plataforma lo hizo oficial en la presentación de la segunda, pero incluso sus propias intérpretes comentaron en la promoción de la tercera que se habían filmado sin parar.

Por parte de Movistar, otro caso similar fue el de El embarcadero, -proyecto que se dio a conocer en marzo de 2018- cuyos ocho capítulos correspondientes a la segunda temporada fueron anunciados junto a la fecha de estreno de la primera, en noviembre, informando de que ya se había rodado todo.

'El Internado: Las cumbres', uno de los últimos ejemplos

Otra de las muestras más recientes es El internado: Las cumbres. El reboot de Amazon Prime Video, ansiado desde que se diera a conocer en diciembre de 2019 -y cuyo rodaje se vio igualmente suspendido por la pandemia-, llegó el pasado 19 de febrero a la plataforma.

Apenas una semana después, el día 26, se hizo público el anuncio de su segunda tanda. Una continuación que se supo incluso antes de su estreno, y que tampoco sorprende si nos fijamos en las tramas de la primera temporada, que no fueron concebidas ni ejecutadas para que funcionaran como desenlace definitivo de la ficción.

Comprobamos, por lo tanto, que la palabra “renovación” no siempre supone el éxito de visionados y la confianza de las plataformas, como así lo hacen ver ellas mismas. En realidad, desde su misma concepción muchos proyectos se plantean para durar directamente dos temporadas, o una temporada que luego se divide en dos, y su “renovación” es en realidad el plan inicial, sin importar el rendimiento que hayan tenido.

Una táctica promocional que resulta por un lado lógica a la hora de inflar el supuesto éxito de las series, pero que al mismo tiempo es engañosa por la manera en la que se hace creer a la audiencia que la ficción seguirá por su éxito de visionados.

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