En Mujer tenía que ser

Rosalía Arteaga, primera mujer presidenta de Ecuador: “Cortaban las patas de mis sillas para que pareciera más bajita”

Rosalía Arteaga, primera mujer presidenta de Ecuador: "Cortaban las patas de mis sillas para que pareciera más bajita"

Paula Hergar

Sandra Sabatés entrevistó en su sección “Mujer tenía que ser” de El Intermedio a Rosalía Arteaga, primera mujer presidenta de Ecuador.

La política recordó los obstáculos a los que se tuvo que enfrentar y señaló el trabajo que queda por hacer para acabar con el machismo.

“Durante 21 años no reconocieron mi cargo por machismo”

La presentadora preguntó a Arteaga por la razón de su corto gobierno: “El presidente de la República fue descalificado por el congreso nacional y quien estaba de vicepresidente (hombre), siempre había asumido el cargo, pero 1997 cuando me tocó a mí eso no se dio, fue el único momento en el que hubo una vicepresidenta. Argumentaron que había un vacío en la constitución, lo que era una mentira”.

Preguntada por lo que cree que habría ocurrido si hubiera sido un hombre: “Estoy absolutamente segura de que si hubiera sido un hombre me habrían mantenido en el cargo, y es algo que reconocen todos en el Ecuador”.

“Hay otra prueba de machismo”, añadió, “y es que durante 21 años no reconocieron mi cargo por machismo, machismo y machismo, no hay otra explicación”.

Sabatés quiso saber lo que sintió cuando por fin colgaron su retrato en el salón amarillo del Palacio del Gobierno que reconocía su cargo como presidenta: “Fue una emoción enorme mirar a todos esos hombres y en medio que estuviera el mío. Sentía que era un reconocimiento a las mujeres, que por fin se había hecho justicia”.

Sobre ello también puntualizó que “se debe visibilizar que las mujeres, no importa a qué espacio de poder lleguemos, todavía seguimos siendo discriminadas”.

“La violencia de género se combate con educación”

La presentadora también le preguntó por los obstáculos que ha tenido que enfrentar en su carrera política: “Me tocó ser la primera mujer ministra de educación, hubo una sorpresa general en el país. En la campaña encontré de todo desde gente que me mandaba a casa a cocinar, hasta eventos oficiales en los que las patas de mis sillas eran más cortas. Sentía que estaba más baja y después la gente que me ayudaba me decía que se habían mandado a cortar para que pareciera más pequeña que el presidente. Son cosas ridículas que dan la medida de hasta dónde puede llegar el tratar de opacar a una mujer que está en funciones políticas”.

Sobre la alta tasa de feminicidio de Ecuador, Arteaga apuntaba a que responde al “machismo y a esa violencia solapada, esa que se refleja en la casa. En el mundo entero el lugar más peligroso para una mujer es su propia casa, por el tema de la violencia y por el acoso sexual. Eso se combate con educación y más educación, que es la que te da la fuerza para denunciar para tener una autonomía económica que nos da la fuerza para abandonar situaciones de agresión”.

Para finalizar, Sabatés indicó que “solo 10 mujeres han llegado a la presidencia en un país latino” y preguntó qué debía pasar para que esa cifra aumentara: “Tenemos que creer nosotras mismas que podemos llegar a lo más alto porque cuando la mujer cree y puede, lo consigue. Hay que hacer un trabajo desde las niñas pequeñas, hay que crear más solidaridad de género y creer en nosotras”.

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