Zumo de naranja exprimido en el súper, el nuevo 'oro líquido' que analizó 'Liarla Pardo'
Cada vez es más habitual encontrar máquinas en los supermercados para exprimir nuestro propio zumo de naranja. Y es que este delicioso y nutritivo jugo se ha convertido en el nuevo 'oro líquido' gracias a su alto coste y, sobre todo, por los grandes beneficios que está reportando a los establecimientos.
Por casi tres euros, el cliente puede llevarse un litro de zumo que, en realidad, cuesta hacerlo poco más de la mitad. Liarla Pardo hizo cálculos y dejó en 6 o 7 las naranjas necesarias para hacerse ese litro de zumo, lo que equivale prácticamente a un kilo de naranjas. Si cada kilo cuesta un euro, el envase 50 céntimos y las máquinas exprimidoras entre 1000 y 5000 euros, dejando en 25 céntimos el coste medio por cliente, el resultado es que cada botella cuesta 1,75 euros. Sin embargo, el supermercado la vende a casi tres, por lo que el beneficio supera el 70%.
“Si el kilo nos cuesta un euro, ¿por qué el zumo nos cuesta casi tres?”, preguntó un reportero del programa a Áscensión Córcoles, gerente de supermercado. “Bueno, porque la naranja pesa la cáscara, la pulpa... Y todo eso se queda ahí y se desecha”, respondió Córcoles, que reconoció que “dentro de la que vendo de frutería, lo que más vendo es zumo de naranja”. Tanto, que “en lo que llevamos de año llevamos vendidos unos 3.000 litros de zumo. Y el año pasado estuvimos en unos 10.000”.
Sin embargo, como concluyeron en el formato de laSexta: “El éxito de zumo de naranja en nuestros supermercados no se nota en nuestros campos. En ellos nuestras naranjas se pudren”. Para comprobarlo con sus propios ojos, un equipo del programa viajó a Valencia, una de las zonas más afectadas por la entrada en el mercado de agentes extranjeros. “Ha caído mucho el precio a raíz de la entrada indiscriminada [de naranjas] de otros países”, denunció el capataz Juan Vicente Miravalls.
“Si necesitamos cinco naranjas en el país y producimos cinco pero entran tres de fuera, ¿qué hacemos con las otras tres? Esto ha perjudicado en el precio y en todo lo relacionado, ya sea podadores, recolectores...”, lamentó el agricultor. Su compañero Alejandro Aparicio habló en términos parecidos. “La industria está ahora mismo a siete céntimos, que es un precio que nosotros no podemos ni recolectar”, dijo a Liarla Pardo.
“Si no tomamos medidas y paramos un poco la importación de otros países y le damos un valor a nuestras naranjas, vamos a acabar cortándolo”. De hecho, “estamos haciendo leña para calentarnos”, como así aseguró y mostró, enseñando un terreno huérfano de naranjos y con restos de naranjas quemadas en el suelo, reflejo de la situación que atraviesa actualmente la recolecta de naranjas en nuestro país.
