“Esto es un no parar”, decían desde plató

El accidentado directo de Mayka Navarro en Telecinco: un ladrón trunca la conexión y su perro se le escapa

Mayka Navarro en 'Ya es mediodía'

Redacción

Calificar de accidentada a la conexión en directo que ha protagonizado Mayka Navarro este lunes en Ya es mediodía sería lo más adecuado, en vista de la concatenación de situaciones a las que se ha tenido que enfrentar la periodista de Telecinco. La periodista estaba informando de la última hora del coronavirus en Catalunya, cuando se distrajo un momento, a causa de una seña que hacía su operador de cámara. El gesto no iba dirigido hacia ella, sino hacia unos agentes de policía que patrullaban por la zona: estaban buscando a un presunto ladrón.

“Te explico, porque la gente debe de pensar que hago tonterías: hemos visto una persona correr cuando hacíamos el directo, y enseguida hemos deducido que se había producido un robo. Ahora mismo venía el personal de seguridad privada y lo que hacía Ismael era indicarles a ellos y no a mí”, explicaba a Sonsoles Ónega, que les reconocía su capacidad para “estar a todo”.

A continuación, el programa pinchaba las imágenes que el cámara, Ismael, tomaba del momento en que el presunto delincuente era siendo interceptado y detenido por una patrulla de la Guardia Urbana. “Lo que le gusta a Mayka una noticia”, bromeaban desde plató. “Esto está pasando mientras lo están ustedes viendo”, decía la presentadora, mientras la reportera se acercaba para ver con más detalle la escena que se producía en las calles de Barcelona. “¡Mira, mira, sí que lo han detenido!”.

“Estaré pendiente y si queréis mañana os cuento cómo acaba”, decía Navarro, sin percatarse de que a su espalda, un pequeño perro salía al trote sin dueño. Ese perro era el de la comunicadora, que se dio cuenta justo en el momento en que el can comenzaba a cruzar la carretera. No tardó en reaccionar y salir detrás de él, mientras el cámara, con mucho ojo, captaba la persecución canina. “Esto es un no parar, no se separen de la tele”, decían desde plató.

“Perdón, que casi me lo atropellan”, decía segundos después, cuando consiguió cogerle sano y salvo. “Este ve las sirenas, se vuelve loco y se va para allá”.

“Esto es un caso práctico de máster de reporterismo”, apuntaba Ónega. “Y de conciliación”, apostillaba uno de los colaboradores.

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