Análisis

'Alba' se estrena en Antena 3 para consolidar su estrategia con la ficción de sello Premium

Elena Rivera, en el primer episodio de 'Alba'

Lorenzo Ayuso

Antena 3 da la bienvenida este miércoles 9 de marzo a Alba, la última de las ficciones de Atresplayer Premium que dan el salto a la televisión en abierto. La adaptación española de la turca Fatmagül toma el relevo en la parrilla del canal de Mentiras, siendo esta el mejor precedente posible para el nuevo estreno y el ejemplo modélico de lo que es o debe ser la estrategia de Atresmedia con su producción y distribución de ficción propia.

Desde su puesta en marcha en septiembre de 2019, Atresplayer Premium se convertía en la primera ventana de las series de la compañía, empezando por Toy Boy (cuya primera temporada se estrenó online antes de saltar días después a Antena 3) y siguiendo con El nudo y La valla, que llegarían con el tiempo al canal generalista de la empresa privada. Sin embargo, ahí no terminaba ese recorrido, pues continuaba en el grueso de los casos con su posterior desembarco a Netflix, gracias a un acuerdo que permitía ver las series después de su emisión lineal.

Este modelo en tres pasos que ha modificado la manera de concebir y producir las series de Atresmedia, que multiplican sus ventanas de consumo y su capacidad de amortizar los esfuerzos productivos. Así, hasta llegar a un comienzo de 2022 donde el ritmo de proyectos no solo no aminora: ahora parece haber consolidado esta dinámica con sus estrenos en abierto, algo que Alba viene a probar.

'Mentiras', el referente para 'Alba'

En ese sentido, Alba se instala en una noche donde Antena 3 ya logró hacerse notar con Mentiras. Aquella ya marcaba el modus operandi: estrenada en abril de 2020 en el universo premium, para cuando debutó en la televisión convencional habían transcurrido cerca de dos años. Un lapso de tiempo amplio, que ha acabado resultando favorable a los intereses del grupo, al distanciar a los públicos que pudieron consumir la serie en un primer momento del que podía interesarse por ella en la actualidad. Los resultados así lo indican: su notable recorrido en parrilla finalizó, además, con récord en su último episodio: 14.9% de cuota y 1.810.000 espectadores.

Desarrollada por Carlos Martín e Ignasi Rubio, la que ahora se estrena en prime time también sigue esa estela, puesto que ya ha pasado un margen importante. El primer episodio de Alba se lanzó el 28 de marzo en la plataforma VOD de Atresmedia; es decir, prácticamente un año atrás. Tiempo para reverdecer el interés generado en su día. Lo hace, además, en una fecha propicia, apenas un día después de la efemérides del Día Internacional de la Mujer, 8M, y con una temática por desgracia vinculada, como es la violencia sexual contra las mujeres, a través de la historia de su protagonista epónima.

El acomodo encontrado en parrilla permite, también, reforzar un sitio más o menos estable para la ficción española dentro de la actual oferta de programación de Antena 3. Alba toma el relevo de Mentiras (con un paréntesis de dos semanas respecto del desenlace de esta última, tras el cual la cadena emitió un especial de Tierra amarga y el largometraje Durante la tormenta), en una noche donde, además, se ha sabido fortalecer frente a la competencia directa, Telecinco, que no logra acertar con su método de programar Pasión de gavilanes, dándole así el emplazamiento ideal a su producto de producción propia. Esa capacidad diferenciadora, sumada a la intensa campaña promocional, juegan en favor de Antena 3.

La importancia del diferido para las series de Atresmedia

Antes que Mentiras, La cocinera de Castamar había destacado como otra ficción preestrenada en Atresplayer Premium que también se hacía notar en su segunda ventana de emisión. En su caso, eso sí, la táctica era algo distinta: el drama de época de Michelle Jenner vio la luz en la OTT de Atresmedia el 21 de febrero de 2021, menos de dos meses después de su desembarco en Antena 3, el 8 de abril. Para entonces, solo se habían estrenado los seis primeros episodios vía online. Aún con todo, su debut en abierto fue notable, máxime teniendo como rival directo al comienzo de Supervivientes 2021, el gran valor de Telecinco.

La serie se mantuvo a buen nivel durante todo este duelo: al término de sus doce episodios, la ficción había cosechado un 11.8% de cuota media y 1,5 millones de espectadores, números estos que crecían con otro modo de consumo adicional, el diferido. El millón y medio de espectadores se elevaba hasta los 2,1 millones contando con los espectadores que veían cada entrega en los siete días posteriores a su emisión en Antena 3.

El diferido -la tercera vía de acceso a la serie- se probaba igualmente beneficioso para los intereses de Antena 3, que veían reflejada así la apuesta por la ficción. Estos Originales Premium se benefician a posteriori no solo de su presencia en el portal del grupo, sino en su salto también a Netflix, en cuyo catálogo encuentran un puesto preferencial tras la emisión en abierto. Este acuerdo para la adquisición preferente de contenidos no solo beneficia a los registros mismos de audiencia, sino que permite alargar la vida económica de las series, ampliando las vías para llegar a ella e internacionalizándolas. Ficciones como Perdida o Toy Boy, de discreto paso por las pantallas, han encontrado así nuevos públicos.

Alba puede beneficiarse también de ello. Por de pronto, Mentiras también ha tenido buenos resultados en el diferido, colándose en el Top 20 de emisiones más vistas tanto los episodios emitidos en enero como los de febrero.

Una estrategia que se va asentando

Podemos hablar pues de un asentamiento del enfoque de Atresmedia con su producción de series después de algo más de dos años de funcionamiento de Atresplayer Premium. El buen recorrido de Mentiras y La cocinera de Castamar permite dejar atrás otros menos vistosos (La valla, El nudo, Benidorm) en los que la amortización ha ido por otras vías, y se complementa con las ficciones exclusivas del pago, como Cardo o Veneno, destinadas a otros públicos. Tras una cierta incertidumbre con sus primeros pasos en esta línea, ahora la apuesta se antoja acertada. Al menos cuando las propuestas revisten de un interés como para alcanzar a públicos masivos.

También se distingue de la que ha emprendido Mediaset, al priorizar la producción de series al mercado de las plataformas, a través de su acuerdo de distribución con Amazon Prime Video. En ese aspecto, el grupo de Fuencarral ha parecido desechar las opciones de estos productos en su pase lineal, como se ha podido ver en la forma en que se han programado títulos como Caronte o Madres, relegados a Cuatro, y con otros como Desaparecidos aún por encontrar hueco en la parrilla. Con El pueblo manteniendo el tipo, La que se avecina sigue siendo la serie que mejor le ha funcionado a Mediaset de entre las que conformaban este paquete de distribución, incluso a pesar de haber visto sufrir sus datos tradicionales por su disponibilidad previa en el catálogo de la streamer.

Estamos en el caso de La que se avecina ante una serie arraigada en el consumo convencional. Y si hablamos de este consumo, resulta paradigmático que la ficción que mejores resultados está dando a Telecinco en los últimos meses sea Entrevías, una excluida de estas nuevas fórmulas de distribución, estrenada a la antigua usanza en televisión. Mientras que Telecinco prioriza lo inmediato, Antena 3 empieza a encontrar el truco a diversificar. Alba tiene en su mano demostrarlo.

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