“No volveré a ser Ana Obregón”

Ana Obregón, a Bertín: “A la vida solo le pido volver a nacer y volver a una vida sin mi hijo”

Ana Obregón en 'Mi casa es la tuya'

Paula Hergar

La 10ª temporada de Mi casa es la tuya volvió a Telecinco con una de las entrevistas más duras para la invitada y para el presentador: Ana Obregón se sentó junto a Bertín Osborne, en su primera charla televisada tras el fallecimiento de su hijo Alessandro.

Casi dos años después de despedirse de él a causa de un cáncer “muy agresivo”, el sarcoma de Ewing, la actriz relató el trance que vivió desde que se lo diagnosticaron, hasta que murió. Pasando por su tratamiento en Nueva York, Barcelona y el mal pronóstico que recibieron en Madrid.

El encuentro más difícil pero también tierno del programa, empezó y acabó con las lágrimas tanto de Ana como de Bertín. Ella subrayó lo injusto de ver morir a su hijo: “Que me hubiera llevado a mí. Ahora solo le pido a la vida volver a nacer, volver a una vida sin él”. Mientras el presentador también recordó su drama: “A mí se me murió uno en brazos y tengo otro que tiene que vivir a través nuestro”.

Pero para poner una sonrisa en el rostro de la artista, también contaron con la visita de amigos de su círculo más íntimo, como Luis Rollán, Boris Izaguirre, Susana Uribarri y Raúl Castillo, que se unieron a la comida para recordar diversos momentos y situaciones que han vivido juntos. Además, de escuchar cómo el presentador y la actriz confirmaron el noviazgo de dos meses que mantuvieron hace 30 años.

Ana Obregón: “Viene el médico y me dice que mi hijo tiene un tumor”

“Cuando pierdes un hijo sientes el dolor infinito, que no tiene límites, y también el amor infinito” empezó diciendo Obregón en una entrevista tan difícil que ninguno de los dos sabía cómo empezar. Y es que había pasado “toda una vida” tras la entrevista que le hizo hace 6 años para el mismo programa: “Llevo un año y medio en casa metida y vestida en chándal”, desveló la invitada.

Y empezó a relatar cómo se enteraron de que Aless tenía cáncer: “Un día estaba comiendo, acababa de rodar Paquita Salas, en un restaurante y me sentía la Reina del flow. Me llamó mi hijo que estaba fatal, con dolor en el estómago, y lo llevamos corriendo al hospital. A la una y media de la mañana, él estaba sedado, viene el médico y me dice que mi hijo tiene un tumor. Yo no entendía nada y no podía parar de llorar. Por la mañana vino el padre y se lo dijimos. Le hicieron una resonancia y a los 10 días nos dijeron que era malo y muy agresivo”. Un diagnóstico que le cambió la vida.

Como se trataba de un tumor poco investigado, prefirieron tratarlo en Nueva York: “Estuvimos allí 7 meses, con quimios de 10 y 12 horas en el hospital. Hizo más de 100 quimios con 25 años. Yo todos los días le veía fuerte, con sentido del humor y es la lección más grande que me pudo dar”. Y recordó cuando su hijo le dijo una de las frases que más dolor le causaron: “Mamá, perdóname por tener un hijo defectuoso”.

Y continuó con los malos recuerdos: “A los 5 meses le hicieron una resonancia y nos dicen que se ha reducido un 90%. Fue la única vez que lloré delante de él. Y me dijo: 'Mamá no dramatices'”, rememoró entre risas. “Nos mandaron a España para que siguiéramos la quimio allí. Hicimos cuatro meses más en Barcelona, de quimios durísimas, y nos dijeron que estaba curado. Que no había ni rastro. Volví a vivir”.

Ana Obregón: “Se fue y yo me fui con él”

Sin embargo, “el tumor volvió y ahí se vino un poco abajo”, dijo la actriz por primera vez, en todo el proceso en el que no había visto flojear a su hijo. “Vuelta a las quimios. Le operaron dos veces, empezó la pandemia, y el 24 de marzo me llaman y me reciben 7 médicos para decirme que no había nada que hacer”.

La actriz, sin dejar de llorar, se derrumbaba abrazada a Bertín: “Vaya mierda, ¡cómo sufrió!”. Todo ello acompañada por el padre de su hijo con el que compartió los últimos días y noches, abrazados a él: “Él nos dijo que valía la pena estar así por vernos juntos”, recordó. Pero finalmente: “Se fue y yo me fui con él”.

Tras el relato, Ana señaló su objetivo con la entrevista: “Ya lo he soltado, te juro que lo voy a borrar, pero quiero que la gente sepa lo fuerte y valiente que fue Aless hasta el final”. Una entrevista por la que ella misma explicó, desde sus redes, que había cobrado un dinero que destinará a la fundación de su hijo para investigar el cáncer.

He creado la Fundación para investigar el cáncer porque me quiero centrar en eso. Quiero seguir su legado. No hay dinero en este país. Me he cansado ya de pedir a los políticos. Por supuesto han aprobado los presupuestos generales y no hay nada para investigar el cáncer. Eso me motiva un poquito”, explicó sobre sus planes de futuro.

Pero sobre ese futuro, confesó lo siguiente: “Yo me perdono la vida todos los días. Me parece tan injusto estar yo aquí y que no pueda estar, salir divertirse, tener una familia. He leído muchísimo, sobre la muerte, la física cuántica, estudiando el cerebro... Hay que entender la muerte para entender la vida. Eso me ha ayudado un poco”. Y es que, ella misma reflexionó sobre la pérdida de su hijo: “El duelo es el precio que pagas por haberte atrevido a amar tanto”.

“En las Campanadas no era Ana Obregón y no volveré a serlo”

Bertín también quiso saber cómo aceptó dar las Campanadas: “Llevaba 6 meses metida en mi cuarto. Me costaba levantarme de la cama, hablar, porque el mundo se para. Cuando pierdes un hijo te mueres pero tienes la obligación de seguir viviendo. Y cuando me llamaron para las Campanadas pense que estaría un mes antes pensando que tenía que hacer algo de trabajo. Y acepté”.

Al recordar aquella fecha: “Llegó el día de las Campanadas y una llorera, lo eché todo, me maquillaron y el conductor que me llevó se lamaba Alex. Me llevó Alex”, señaló. “Ante la cámara me sentí como si estuviera sola hablando con mi hijo. No era Ana Obregón, ya no volveré a serlo más, era mi corazón hablando de verdad. Ya no volveré a ser más Ana Obregón”.

Para finalizar, Bertín le preguntó qué quería hacer ahora con su vida: “Ahora mismo, aparte de empezar un programa blanco, me han ofrecido escribir un libro. No soy capaz pero cuando lo haga no será para lucrarme será para la Fundación”.

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