Análisis

La paradoja de España en esta Eurocopa: semifinalista con más prórrogas que nunca pero menos audiencia desde 2004

Alineación de España en el encuentro de cuartos de final de la Eurocopa

Pedro Zárate

La Eurocopa 2020 acabó este martes para España. El combinado nacional cayó derrotado en semifinales ante Italia desde el fatídico punto de penalti y dijo adiós a su sueño de proclamarse campeona de Europa por cuarta vez. Un hito que parecía poco menos que imposible al inicio del campeonato, pero que los de Luis Enrique fueron convirtiendo en una posibilidad real a base de mucho sufrimiento, mucha fe y mucho espíritu competitivo.

Una trayectoria ascendente, en definitiva, como ascendente también ha sido el seguimiento del público, que con el paso de los partidos se ha ido enganchando a un equipo en el que inicialmente tenía pocas esperanzas depositadas. Algo que, para bien y para mal, se ha visto reflejado en las audiencias de los partidos de España en Telecinco, las cuales toca analizar una vez que ya se ha acabado la aventura de nuestra selección en la Eurocopa 2020.

Las audiencias de España en el torneo, de menos a más

Como todo gran torneo de fútbol que se emite gratis y en abierto, la Eurocopa 2020 está dejando unas audiencias tan extraordinarias como prácticamente inalcanzables para la mayoría de emisiones televisivas de nuestro país. El mayor exponente de ello ha sido, claro está, la selección española. El equipo de todos. El combinado que, por cuestiones lógicas, más interés ha suscitado entre el público general, que es el que que posibilita cifras fuera de lo normal en términos estrictamente televisivos. Y sí, la selección las ha tenido, aunque con matices.

Como ya analizamos a finales de junio, 'La Roja' terminó la fase de grupos de la Eurocopa 2020 con una media del 51.1% de cuota y 7.082.000 espectadores, convirtiéndose en la primera fase de nuestra selección menos seguida en cuota desde la Eurocopa 2008 (53.8%) y la menos vista en espectadores desde la Eurocopa 2000 (6.190.000). Curiosamente, tres campeonatos a los que España llegó generando una ilusión, cuando menos, muy mejorable.

El combinado nacional afrontó la Eurocopa 2000 tras el sonado batacazo de Francia 98, mundial del que nos despedimos a las primeras de cambio tras ofrecer una imagen paupérrima ante dos equipos aparentemente inferiores como Nigeria y Paraguay. En 2008, España inició su andadura en la Eurocopa con Luis Aragonés ya sentenciado y un sector de la afición desencantada, por no decir cabreada, por la ausencia de Raúl González Blanco. Y en lo que respecta a este año, la falta de ilusión inicial fue un cúmulo de circunstancias. Entre ellas, la ausencia en la lista de jugadores del Real Madrid, la presencia de jugadores desconocidos para el gran público, el aburrido juego mostrado en los partidos previos al campeonato y la antipatía que Luis Enrique despierta en una parte de la hinchada.

Todos estos factores se dejaron notar durante la fase de grupos, en la que España, como ya hemos visto, firmó unas audiencias inferiores a las de los últimos campeonatos. Tras dos pobres empates ante Suecia y Polonia y una goleada ante Eslovaquia en los tres primeros partidos, la selección necesitaba algo histórico para remontar en audiencias. Y así ocurrió. Por primera vez en su historia, el combinado nacional encadenó tres prórrogas consecutivas (con dos prórrogas incluidas) entre octavos, cuartos y semifinales. Una trayectoria tan inédita para 'La Roja' como soñada por Telecinco, pues a más prórrogas y penaltis, mayor audiencia y mayor facilidad para compensar los datos de la primera fase.

Así las cosas, la prórroga ante Croacia en octavos anotó un 63.2% y 8.304.000 espectadores, mientras que los emocionantísimos penaltis de cuartos ante Suiza fueron más allá y reunieron a un 69.1% y 9.240.000 televidentes ante el televisor. Sin embargo, estos datos no son comparables con los del partido contra Italia, que por rival (una selección cuatro veces campeona del mundo), fase del torneo (semifinal) y horario (21:00 horas, franja de máxima audiencia, y no las 18:00 de los dos encuentros anteriores), se fue hasta un 72.9% y 14.170.000 aficionados con los fatídicos lanzamientos desde los 11 metros, convirtiéndose éstos en la emisión televisiva más vista del año.

Gracias a estos tres partidos, la audiencia media de España en esta Eurocopa pasó del 51.1% y 7.082.000 espectadores en la primera fase al 58.6% y 8.346.000 seguidores incluyendo las eliminatorias. Son 7.5 puntos y 1.3 millones más. Unos números sin duda abrumadores en el contexto televisivo, pero que toca analizar en el contexto de la propia selección.

  • España-Suecia (lunes 14 de junio, 21:00h): 48.9% y 7.961.000
  • España-Polonia (sábado 19 de junio, 21:00h): 51.6% y 7.244.000
  • España-Eslovaquia (miércoles 23 de junio, 18:00h): 52.8% y 6.042.000
  • España-Croacia (lunes 28 de junio, 18:00h): 60.4% y 7.652.000. Incluye:
  • Partido: 57.7% y 7.000.000
  • Prórroga: 63.2% y 8.304.000
  • España-Suiza (viernes 2 de julio, 18:00h): 65.3% y 8.513.000. Incluye:
  • Partido: 61.8% y 7.730.000
  • Prórroga: 66% y 8.570.000
  • Penaltis: 69.1% y 9.240.000
  • España-Italia (martes 6 de julio, 21:00h): 69.4% y 13.148.000. Incluye:
  • Partido: 66.3% y 11.767.000
  • Prórroga: 69.2% y 13.508.000
  • Penaltis: 72.9% y 14.170.000
  • MEDIA TOTAL: 58.6% y 8.346.000

La España de 2021, entre las menos seguidas

España no se pierde un gran campeonato desde la Eurocopa 1992, lo que significa que ha estado presente de manera ininterrumpida en las últimas 14 citas europeas y mundiales. De todas ellas, la trayectoria deportiva de la selección de 2021 se asemeja especialmente a la de 2008 en tanto en cuanto ambas partieron de un halo de desaliento que, sin embargo, no les impidió romper la histórica barrera de los cuartos de final.

Porque hasta ese año 2008, la participación de España en grandes campeonatos se resumía, grosso modo, en la frase “jugamos como nunca y perdimos como siempre”. O lo que es lo mismo, en ilusionar al hincha con grandes primeras fases para luego decepcionarlo con una estrepitosa derrota en cuartos de final. La España de Aragonés, con ese juego incontestable a cargo de estrellas como Andrés Iniesta, Xavi Hernández, Iker Casillas, David Silva, David Villa y Fernando Torres, acabó con “la maldición de cuartos” y dio paso a años de enorme seguimiento de nuestra selección por televisión, señal inequívoca de la atracción que por aquel entonces despertaba 'La Roja'. Como prueba de ello, las participaciones en el Mundial 2010 (76% y 12.660.000) y la Eurocopa 2012 (73.2% y 13.249.000), que saldaron con sendas victorias y son, aún hoy, las más vistas de España en toda su historia.

La selección de 2021, al igual que aquella de 2008, también llegó más allá de cuartos cuando casi nadie lo esperaba -y encima con una fase de octavos de por medio-, pero ni ha contado con grandes estrellas, ni ha desplegado un juego tan atractivo ni ha tenido especialmente suerte con los horarios de sus partidos, pues solo la mitad (3 de 6) se han emitido en horario de máxima audiencia (21:00h) cuando, por ejemplo, tres de los cuatro del Mundial 2018 se emitieron a las 20:00. Y todo esto en medio de una pandemia mundial que todavía no ha llegado a su fin, un contexto donde las ofertas de entretenimiento audiovisual son cada vez más variadas y, sobre todo, dentro de un torneo tan corto donde la audiencia de cada partido es vital para el promedio final, así que si empiezas más débil que de costumbre, lo normal es que la media total también lo sea. Como le ha ocurrido a esta selección.

En resumen, que esta España, valorada únicamente como producto televisivo, lo ha tenido casi todo en contra para despuntar en audiencias dentro de la serie histórica de la selección. A partir de sendos informes publicados por la consultora Barlovento Comunicación sobre las audiencias acumuladas por el combinado nacional en Mundiales y Eurocopas, vemos cómo esta España de 2021 supone una llamativa paradoja: es la cuarta selección española que alcanza unas semifinales en los últimos 14 grandes torneos, la segunda en partidos disputados dentro de un mismo campeonato en ese mismo período (empatada con la de 2008 y 2012), la primera en prórrogas, la segunda en tandas de penaltis (empatada con la de 2002) y, sin embargo, es la que peor cuota ha promediado desde 1994 y la cuarta con peor audiencia media, solo por delante de la España de las Eurocopas 1996 (7.645.000), 2000 (6.976.000) y 2004 (8.042.000).

  • Mundial 1994 (TVE. 5 partidos): 74.1% y 9.140.000
  • Eurocopa 1996 (TVE. 4 partidos, con una prórroga y una tanda de penaltis): 70.3% y 7.645.000
  • Mundial 1998 (TVE. 3 partidos): 75.5% y 11.148.000
  • Eurocopa 2000 (TVE. 4 partidos): 64.5% y 6.976.000
  • Mundial 2002 (A3. 5 partidos, con dos prórrogas y dos tandas de penaltis): 79.6% y 8.530.000
  • Eurocopa 2004 (TVE. Tres partidos): 63.3% y 8.042.000
  • Mundial 2006 (Cuatro y laSexta. 4 partidos): 62.6% y 10.280.000
  • Eurocopa 2008 (Cuatro. 6 partidos, con una prórroga y una tanda de penaltis): 65.8% y 10.340.000
  • Mundial 2010 (T5, C+ y C+ Liga. 7 partidos, con una prórroga): 76% y 12.660.000
  • Eurocopa 2012 (T5. 6 partidos, con una prórroga y una tanda de penaltis): 73.2% y 13.249.000
  • Mundial 2014 (T5. 3 partidos): 63.1% y 10.007.000
  • Eurocopa 2016 (T5. 4 partidos): 60% y 9.464.000
  • Mundial 2018 (T5. 4 partidos, con una prórroga y una tanda de penaltis): 70.8% y 11.797.000
  • Eurocopa 2020 (T5. 6 partidos, con tres prórrogas y dos tandas de penaltis): 58.6% y 8.346.000

Así, y con todo, sus datos no son lo suficientemente bajos como para pensar en una posible desafección del público con respecto al deporte rey, como así alarmó el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, a propósito de la Superliga. La desafección parece que ha ido más con la propia selección, que ha pagado muy caro su dubtitativo inicio, pero que ha terminado ilusionando a todo un país. Y esta ilusión, de mantenerse en próximos campeonatos, a buen seguro que se notará en audiencias.

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