Análisis Vertele

¿Por qué decide hablar ahora el asesino de la catana en televisión?

¿Por qué habla ahora José Rabadán? Lo que hace único a 'Yo fui un asesino' en el género del True Crime

Paula Hergar

DMAX estrena este miércoles 29 y el jueves 30 de noviembre a las 22.30 la primera y segunda parte de 'Yo fui un asesino: el crimen de la catana.

Se trata de un true crime que se suma a títulos como Making a Murderer, Capturing the Friedmans, The Staircase o las alabadas producciones españolas: Muerte en León de Movistar+ y El Caso Asunta de Antena 3.

Pero 'Yo fui un asesino' es único en su “especie” porque reconstruye un caso cerrado con la escalofriante narración del propio asesino, ya en libertad, en primera persona. José Rabadán habla después de 17 años, a cara descubierta, detallando todo lo que pasaba por su cabeza antes, durante y después de perpetrar aquella atrocidad.

Primer teaser de Yo fui un asesino, el true crime de la catana en Dmax 360

“Muchos pensarán que sigo siendo un monstruo pero ya no estoy enfermo”

El 1 de abril del año 2000, un joven de 16 años mató a sus padres y a su hermana, de 9 años con síndrome de down, utilizando una catana. El país entero se estremeció intentando entender las razones que llevaron a aquel adolescente a cometer tal brutalidad.

Ahora él mismo se ha sentado a reflexionar y dar explicaciones sobre lo que vivió: “No sé si la sociedad está preparada para mí, muchos pensarán que sigo siendo un monstruo pero ya no estoy enfermo”.

A partir de ahí, habla de los “pájaros en la cabeza” que tenía, sobre la cultura japonesa, Marilyn Manson y la figura autoritaria de su padre. Presentándose más como víctima que como verdugo: “Yo no tenía la intención, fue mi cuerpo. La espada bajó sola”.

Solo una vez pidió permiso para levantarse e ir a secarse las lágrimas. Tras eso, se volvió a sentar y siguió contando su historia. Fue capaz de ir otra vez al barrio que le vio crecer y entrar a la casa en la que asesinó a su familia.

En el documental vemos reconstrucciones, declaraciones de personas de su entorno, de expertos que han trabajado con él y lo definen como “narcisista sin empatía” y de investigadores que participaron en el caso... pero todo ello queda relegado a un segundo plano, porque la mayor aportación de 'Yo fui un asesino' es el testimonio del protagonista.

¿Es posible la rehabilitación de un menor que asesinó a su familia?

Su testimonio y el de su mujer, porque Rabadán en la actualidad tiene una nueva vida, es bróker de bolsa, está casado y tiene una hija.

Esa es otra de las vías que abre el documental: la reflexión sobre el éxito de la rehabilitación, sobre nuestro sistema judicial y la actuación con los menores.

Rabadán mató a sus padres y a su hermana, pero tras estar seis años en un centro, ¿es posible que tenga su propia familia y lleve una vida normal?

Él se casó con la hija del pastor de su iglesia evangélica en la que pasó los dos años de libertad vigilada. Y ella habla, ocultando su rostro eso sí, en la segunda entrega. Algo que tampoco habíamos escuchado hasta ahora.

La gran diferencia con el resto de True Crimes

True CrimesLas cámaras de Cuarzo han logrado la primera entrevista del “asesino de la catana” tras su rehabilitación: “No le hemos pagado, fue él el quién se nos acercó y quiso hacerlo. Esperemos que quede aquí y que no empiece un tour por las televisiones”, aseguraron cadena y productora en la presentación.

Y con ello han marcado la diferencia entre este true crime y el resto. Los anteriores no contaban con el asesino confeso (excepto The Jinx para su sorpresa) y suscitaban interrogantes básicos como: “¿Es o no el culpable?”, “¿quién miente?”, “¿la sentencia es justa?”, “¿las pruebas son válidas?”, “¿qué interés tiene el juez?”, “¿el jurado estaba contaminado?”... pero en esta ocasión todo eso está respondido.

Por lo que las dos preguntas que te invaden durante todo el visionado van un paso más allá: “¿Es posible la rehabilitación? Y si es así, ¿por qué habla ahora?”.

Rabadán argumenta que quiere dar esperanza y ser un ejemplo del funcionamiento de la rehabilitación. Habla de segundas oportunidades y de la posibilidad de ser un “psicópata bueno salvado por la religión”.

¿Pero le vale la pena perder su anonimato y el de su familia por ayudar a otros jóvenes perdidos?, o como apunta uno de sus psicólogos: ¿es el “narcisisimo” el que le trae devuelta a la televisión para que le sigan reconociendo como “el asesino de la catana”? Desde luego, hablar con él sería una delicia para Holden Ford en 'Mindhunter'. Veremos lo que supone.

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