Orgullo 2020
Boris Izaguirre: “La comunidad LGTBI no ha dejado de demostrar que se toma muy en serio lo que significa la revolución”

Boris Izaguirre

Laura García Higueras

Boris Izaguirre lleva más de veinte años presente en los televisores de nuestro país, desde que en 1999 fichara por Crónicas Marcianas. Más adelante le vimos en otros formatos como El anfitrión, Channel nº4, La tribu, El debate de Supervivientes y Gran Hermano, ¡Mira quién baila! y Masterchef Celebrity. Además, en 2019 dio el paso para convertirse en presentador de Prodigios y Lazos de sangre en TVE.

El venezolano es sin duda uno de los rostros homosexuales más conocidos de nuestro país, con una trayectoria que comenzó en un momento en el que la visibilidad LGTBI era bastante escasa en la pequeña pantalla. Orgulloso de su pluma, que considera “un traje, un accesorio muy importante que cultivo y defiendo”, asegura que “cuanta más, mejor”.

Igualmente, reivindica los logros del colectivo ya que “no ha dejado, pese a cualquier opresión, de dar demostraciones magníficas de talento, cambios históricos y de tomarse muy en serio lo que significa la revolución”. No le tiene miedo a la extrema derecha, ya que considera que “te hacen revalidar tu decisión de seguir luchando” y espera que la visibilidad LGTBI actual en la pequeña pantalla, perdure.

¿Qué evolución has sentido hacia ti dentro del mundo de la televisión por el hecho de ser homosexual, desde que te vimos en 'Crónicas Marcianas' hasta ahora? A nivel de trato, repercusión, críticas...

No creo que tenga nada que ver. No veo ninguna relación. Me parece que he tenido una carrera en televisión fantástica, siempre me ha acompañado y me ha permitido hacer todas las cosas que soñaba con hacer.

¿No has sentido a tu alrededor nunca un trato diferente o discriminación?

No. Nunca, jamás. En ningún momento.

Hace años, que hubiera personas homosexuales en la televisión no era algo tan habitual. ¿Te ha preocupado que se te tomara como ejemplo del colectivo? ¿Has sentido esa responsabilidad?

No, para nada, porque no estaba nunca en mi cabeza. Soy una persona profundamente libre y nunca jamás me he planteado ser ejemplo de nada. De que pago mis impuestos sí, eso me parece un buen ejemplo, pero lo otro me parecería un poco presuntuoso.

Pero sí hay gente que te considera un icono, Javier Ambrossi por ejemplo

Es un halago, y sobre todo viniendo de un chico tan guapo y tan brillante como Javier Ambrossi, todavía mucho más. Hace mi vida más feliz. Me parece muy bonito, sin duda, eso sí. Nunca jamás ha sido mi intención, pero una vez que me encuentro con gente, no sólo como Javier, gente que me para en el aeropuerto o en la calle diciéndome “gracias a ti mis padres me han entendido mucho mejor”, eso es muy emocionante. Pero no es una cuestión de que uno haya partido con esa idea. Eso ha sido ser yo y es muy feliz y maravilloso. Estoy muy contento por ello.

Hace cerca de un año hablamos en la presentación de 'Prodigios' y comentaste que alguna vez tu pluma y tu acento se habían vuelto en tu contra

No creo que haya jugado en mi contra, todo lo contrario. Siento desdecirme. Mi pluma es una de mis grandes referencias, igual que mi acento, que me encanta que perdure. Mientras más he sabido emplear mi exotismo a mi favor, mejor han ido las cosas. Para mi es como un traje, un accesorio muy importante. Lo cultivo y lo defiendo. Siempre que un chico me dice que es un fastidio tener tanta pluma, yo digo que todo lo contrario. Mientras más tengas, mejor. Hay que tener toda la pluma del mundo.

¿Por qué has sido siempre tan defensor de la pluma?

Porque es un buen complemento. Es algo con lo que has nacido y tienes que saber utilizar. Es una definición y las definiciones algunas veces es muy correcto emplearlas.

¿Crees que ahora se le presta menos atención?

No, la pluma siempre llama la atención, y es correcto. Es una muy buena idea emplearla. Es algo que tienes y por qué no lo vas a utilizar, porque alguien te dice que no está bien, entonces estaríamos de nuevo al principio. En que las cosas no son aceptadas ni son todo lo libres que deberían ser. Lo más importante en la vida es ser libre. Naces libre y te tienes que morir libre. Es una de las luchas más importantes. Una causa extraordinaria en la vida. Creo mucho en ella y todos los días hago un poquito por ser más libre.

Antes los referentes homosexuales en la televisión estaban más asociados al corazón y al entretenimiento, pero que es algo que ha ido cambiando con el tiempo. Sin ir más lejos, tú estás ahora liderando programas como 'Lazos de sangre' y 'Prodigios'. ¿Se han ido abriendo las puertas?

Nuestras carreras han mejorado, en mi caso indiscutiblemente. Creo que es una cuestión más de crecimiento personal, más que otra cosa.

Hablando de 'Lazos de sangre'. ¿Cómo estás valorando tú esta temporada, siendo uno de los pocos programas que hacen del verano su fortín

Me encanta este programa. Es como una clase de historia de gente del siglo XX ilustrada, con mi imagen. Es lo que más me gusta. Me siento muy cómodo presentando el debate, discutiendo cualquier cosa acerca de lo comentado en el documental, que es algo que yo también conozco. Me siento en mi sitio. Después de mucho tiempo intentando conseguir uno, de pronto me encuentro en mi lugar. Y me encanta compartir esa cultura con los espectadores. Para mí es una información y una especie de deformación personal, también, por eso creo que el programa y yo hemos ensamblado muy bien.

Me gusta que este año haya un poco más de debate, de espacio para discutir sobre cosas relacionadas con el documental y otras que pueden estar más cerca de lo que estemos pensando en ese momento, las preocupaciones que tengamos, creo que eso también hace un poco más vivo el programa, que es importante. Me encanta poder compartir en este momento mi trabajo entre Prodigios y Lazos de sangre. Son dos formatos muy diferentes, pero que en el fondo tienen este gusto por animar a la audiencia a sentirse más querida y mejor tratada. No son simples espectadores haciendo un número de share, son personas que quieren saber algo y que se quieren sentir satisfechas con el espectáculo que les ofreces.

Volviendo a la temática LGTBI, ¿cómo valoras la visibilidad que hay ahora del colectivo en televisión?

Es fantástica. En ese sentido, España es un ejemplo para todo América Latina. Ves nuestros programas de televisión, observas dentro de las personas que estamos al frente de ellos, que evidentemente somos de una determinada tendencia, que no lo ocultamos, y avanzamos cada día un poquito más en que esa visibilidad sea mucho más general. Es algo fantástico y me encanta formar parte como uno más de toda esa libertad. Y que sea a través de la televisión, que es el medio de comunicación que más lejos llega.

Aunque todavía hay mucho que recorrer; pero no lo vería como “qué cansancio”, todo lo contrario. Es un reto siempre, mejorar cada vez más la libertad de una comunidad que es extraordinaria y que no ha dejado en ningún sitio, pese a cualquier opresión, de dar demostraciones magníficas de talento, de cambios históricos y de tomar muy en serio lo que significa la revolución.

"La comunidad LGTBI no ha dejado, pese a cualquier opresión, de dar demostraciones magníficas de talento, cambios históricos y de tomarse muy en serio lo que significa la revolución"

En este sentido, ¿cómo valoras el auge cada vez menos reciente de la extrema derecha en España?

Son necesarios, en el fondo. Te hacen revalidar todavía más tus convicciones y tus decisión de seguir luchando.

¿No piensas que pueda ser un impedimento en la lucha?

No. No creo en el impedimento ni tampoco en el obstáculo. Todos los obstáculos se pueden saltar, puedes caer y que te rompas una pierna, pero te levantas y te pones otra si hace falta.

Para acabar, ¿qué reto debería ser el siguiente en alcanzarse en la lucha por los derechos LGTBI?

Son muy pocos los países que permiten el matrimonio igualitario. Eso es un reto muy importante, tenemos que conseguir que todos los países de la tierra permitan el matrimonio igualitario.

¿Y dentro de la televisión?

Mientras sigamos teniendo la visibilidad que tenemos, es todo muchísimo más positivo que sin esa visibilidad.

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