Especial Vertele

Del busto parlante al presentador todoterreno: Así han cambiado los informativos españoles en TV

Carlos Franganillo, presentador del 'Telediario', ejerciendo como reportero ante un gran acontecimiento

Gabriel Arias Romero

“Buenas noches desde Orihuela, en Alicante, esto es el Telediario'. La frase, dicha por Carlos Franganillo mientras a sus espaldas continuaban inundadas las calles de la ciudad y sonaba la sintonía del informativo, adquirió una potencia que erizaba el bello. Un amplio equipo de Televisión Española se desplazó hasta el municipio alicantino para informar desde allí sobre las desastrosas inundaciones que devastaron buena parte del Levante español. Ese día, Franganillo no sólo presentó la segunda edición del Telediario desde Orihuela; también cogió el micrófono y se metió en el barro para entrevistar a algunas de las personas que lo habían perdido todo.

Pocos días después, el periodista fue galardonado con el Premio Ondas a Mejor Presentador por haber sabido incorporar, según el jurado, “un modelo cuidadoso en los informativos al mostrar su preocupación periodística no sólo por los hechos sino por las narrativas, huyendo cuando es necesario de los estudios de televisión y ganando con ello credibilidad y conexión con la audiencia”. Apenas una semana después, los Premios Iris revalidarían este reconocimiento al comunicador.

En realidad, no era la primera vez que Franganillo salía del plató. Más bien al contrario, ha sido una constante desde que se puso al frente del Telediario 2 hace poco más de un año. Ha estado en el Museo del Prado, en el Parlamento de Andalucía, en los disturbios ocurridos en Barcelona, e incluso en el control de realización desde el que se orquestó la retransmisión del debate electoral organizado por TVE el 1 de noviembre.

Se mueve con soltura en ese formato callejero porque durante muchos años fue corresponsal y estudió, además de Periodismo, Comunicación Audiovisual, así que algo sabe de técnicas narrativas. “Nuestro presentador tiene una experiencia muy valiosa como reportero y mejora la manera de contar las noticias cuando sale del plató. Salir a la calle supone un esfuerzo extra para el equipo, pero hace más cercanas las noticias, y eso es algo que había que explotar cuando estrenamos la temporada de informativos en septiembre de 2018”, explica a VERTELE Luis Poyo, editor del Telediario de las nueve de la noche.

Los informativos de la televisión pública siempre han tenido un formato muy clásico, pero en los últimos años se han ido introduciendo algunas innovaciones, muy progresivamente, que cada vez los acercan más a las cadenas comerciales, al menos estéticamente. Hace más de un lustro que los presentadores empezaron a ponerse de pie para contar algunas noticias desde el “pantallón”, las cabeceras son cada vez más cortas o incluso se han eliminado, los ritmos se aceleran, el sumario se ha diluido, se juega con la iluminación, y desde hace un par de años se han empezado a utilizar planos en movimiento.

“Nosotros también hemos querido potenciar las intervenciones de Carlos delante de la pantalla, cosa que algunas privadas hacen muy bien y que a nosotros nos faltaba por hacer”, opina el editor del Telediario 2. Pero como él mismo recuerda, en una televisión pública todas estas decisiones tienen que estar justificadas: “No vamos a poner a Carlos de pie porque esté de moda. Podemos hacer muchas cosas espectaculares y utilizar la tecnología, pero la narración podría estar vacía, y nosotros tenemos claro que no podemos renunciar al rigor y al contenido. Hacemos un Telediario de 55 minutos para contar todo lo que pasa en el mundo, no para centrar nuestros esfuerzos en la parte estética”, añade.

Con el inicio de la actual temporada se esperaba un cambio en el plató del Telediario, su cabecera, la sintonía y los grafismos, pero al final todo se quedó en unas ligeras pinceladas que posiblemente han pasado inadvertidas para la mayoría de los espectadores. Como responsable de la segunda edición del Telediario, Poyo está al corriente de los nuevos aires que están por llegar a Torrespaña, pero se muestra cauteloso: “Se está cociendo algo, y se comentó que el plazo lógico para cambiar el plató, la cabecera y los rótulos sería diciembre o en enero de 2020, pero no sé si sigue siendo el plazo definitivo. De todas formas, si no es a la vuelta de navidades no creo que sea mucho más tarde”, asegura.

Mientras los Servicios Informativos de Televisión Española preparan la nueva fachada de los telediarios, éstos siguen transformando su narrativa para adaptarse a una audiencia hiperestimulada cada vez más acostumbrada a los ritmos acelerados que no dan tiempo ni para pestañear. Y eso es algo que también han hecho, y están haciendo, los informativos de las cadenas privadas. VERTELE les ofrece a continuación los ejemplos más representativos de cómo ha cambiado la forma en que la televisión nos cuentan las noticias.

Realidad aumentada

La técnica de recrear escenarios virtuales dentro del plató comenzó a utilizarse hace una década y es cada vez más habitual en los programas informativos. En ocasiones no aporta ninguna información y su único valor es la espectacularidad, pero también sirve para ofrecer datos de forma comprensible y para explicar con un poco de gracia noticias que a menudo resultan aburridas. La realidad aumentada es el nuevo juguete de programas como Al rojo vivo y El Tiempo de TVE, que han ofrecido recreaciones espectaculares sobre el cambio climático y la exhumación de Franco. Y es una técnica que se ha convertido en un clásico de las noches electorales, pero su uso es menos frecuente en los informativos diarios de las cadenas generalistas, salvo Antena 3 Noticias, que está aprovechando la amplitud de su plató para meter en su interior a todo tipo de invitados.

Pantallones y presentadores en pie: adiós al busto parlante

Mucho menos novedosa es esta forma de contar las noticias, porque la fiebre del pantallón tuvo su primer brote hace ya bastantes años y se ha convertido en una epidemia que afecta a todos los noticieros salvo a Informativos Telecinco, que lleva 13 años sin renovar su imagen. En la década pasada se colocaron pantallas más grandes de lo habitual en los platós de las principales cadenas. Eran la ventana por la que se colaban las imágenes más destacadas del día o desde la que se saludaba a los corresponsales, pero el presentador solía mantenerse lejos de ellas y sólo eran un apoyo para los hombres del tiempo.

Con la llegada de Noticias Cuatro y laSexta Noticias se potenció aún más el uso del pantallón como parte de los decorados, pero no fue hasta 2011 cuando la audiencia conoció lo que verdaderamente es un videowall, o dicho en español: un muro de vídeo. Antena 3 Noticias revolucionó la escenografía de las cadenas generalistas con una pantalla gigantesca de 11 metros de anchura que parecía tener vida propia. Matías Prats tuvo entonces que ponerse de pie para contar las noticias junto a esa muralla táctil en la que aparecían imágenes, textos, gráficos y todo tipo de elementos narrativos que le daban la oportunidad de ser incluso aún más expresivo. Muy pronto, el resto de cadenas adquirieron pantallas similares y les dieron mayor protagonismo.

En la actualidad, los informativos de Antena 3, laSexta y La 1 tienen murales similares y sus presentadores los utilizan habitualmente, aunque en el caso de TVE ha habido más reticencias a dar este salto ya que el público de la televisión pública estaba acostumbrado al presentador que ejercía como un busto parlante. Pero ahora, los presentadores del Telediario, y en especial quienes conducen la edición del fin de semana, se mueven con total soltura por el plató, que no está completamente adaptado a esta etapa de innovaciones. Prueba de ello es que la tarima del suelo cruje a cada paso que dan.

Tiros de cámara más dinámicos

La realización de los informativos siempre ha sido muy clásica: encuadres centrados, zooms suaves, cámaras fijas y planos abiertos y en movimiento sólo para cambiar de tema o para insertar los créditos en la despedida. Esta rigidez tenía sentido cuando los decorados carecían de vida propia, cuando eran una especie de pegatina gigante que no aportaba información. Con la presencia de las grandes pantallas de LED por todas partes y con juegos de luces que generan sensación de profundidad, la narración ha cambiado.

De entre las cadenas generalistas, es posible que Antena 3 Noticias fuera el primer informativo en incorporar una steadycam, una cámara que lleva incorporado un estabilizador y que está sujeta al cuerpo de un operador que se mueve por el plató con total libertad. Los planos que graba esta cámara son muy dinámicos y suelen ser muy útiles cuando el presentador interactúa con la pantalla. El Telediario de La 1 rompió con la grabación clásica hace poco más de dos años y empezó a utilizarla en su plató, primero para su sección de Deportes y ahora para otras muchas noticias.

laSexta Noticias no tardó mucho en empezar a utilizar planos abiertos y en movimiento para dar protagonismo a las pantallas que hay detrás de los presentadores, en las que se proyectan grandes titulares e imágenes que ilustran el contenido de cada noticia. Estas grabaciones en movimiento suelen repetir un mismo esquema: comienzan con un plano amplio que poco a poco va acercándose al presentador mientras éste introduce cada suceso como si fuera una breve historia con inicio y desenlace, creando así una tensión visual y narrativa que reclama la atención constante del espectador.

De nuevo cabe aquí una mención especial a Informativos Telecinco, que sigue anclado en la narrativa clásica posiblemente como consecuencia de no haber cambiado de plató, que se queda pequeño para todas estas novedades y no ofrece demasiadas posibilidades.

Ritmo acelerado

Aunque los informativos tienen su propio público, buena parte de la audiencia procede del programa que les precede, tal y como se ha podido comprobar recientemente con el bajón experimentado por Pedro Piqueras tras la cancelación de Pasapalabra. Para evitar que los espectadores cambien de canal cuando acaba el programa que están viendo y empieza el informativo, las cadenas agudizan el ingenio para beneficiarse al máximo del conocido como efecto arrastre.

Lo primero que hicieron fue eliminar sus cabeceras. Aun siendo la seña de identidad del programa, y a pesar de su corta duración –apenas 10 segundos–, fueron sustituidas por la imagen del día, una escena impactante que no tiene por qué ser la noticia más destacada pero que consigue enganchar al espectador. La duración de las noticias es menor (alrededor de un minuto) y abundan los sumarios de noticias breves, casi siempre de sucesos, que pasan por la pantalla a toda velocidad.

A todo esto se suman los cambios en la narración que ya se han explicado anteriormente: presentaciones junto a la pantalla, realidad aumentada y planos más dinámicos. Y atención constante a las informaciones de última hora que, aun siendo más o menos relevantes, se acaban colando en el programa a través de esas pequeñas pantallas que se incluyen en un lateral, a veces sin ofrecer imágenes de peso o novedades importantes, a veces incluso sin que los detalles sean perceptibles por el espectador, pero siempre con la pretensión de tener al público expectante frente al televisor: “No cambie de canal. Como verá en esa pequeña pantalla en la que difícilmente podrá reconocer algo, nosotros estamos pendientes de lo que pueda ocurrir, y se lo contaremos en cuanto ocurra algo”.

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