La ficción de Zebra, cada vez más creativa

'Centro Médico' se marca un 'Breaking Bad' en la tarde de TVE

'Centro Médico' se marca un 'Breaking Bad' en la tarde de TVE

Casi sin hacer ruido, 'Centro Médico' se ha convertido en uno de los programas más vistos de la programación vespertina de La 1. Y, por qué no decirlo, en una de las más adictivas. El serial de Zebra Producciones ha ido abandonando gradualmente su tono de docu-serie inicial, cuando se estrenó a la par que el efímero magacín 'Esto es vida', y apostando por combinar lo didáctico con lo narrativo. Así, hemos empezado a ver tramas que iban más allá de lo estrictamente divulgativo y que se inspiran en la más candente realidad. O también en la más alabada y reconocida ficción.

El martes 3 de enero se ha emitido una de las más curiosas en una serie que ya de por sí no tiene miedo en plantear casos poco menos que delirantes. En el segundo episodio de la tarde, una pareja de profesores universitarios acudían a consulta para ser atendidos por Diana Ortega (Rebecca Valls). La paciente, Antonia, tenía que quedarse ingresada a causa de unas llagas en los labios y genitales.

Horas después, mientras ella se sometía a pruebas, su compañero Juan (interpretado por Diego Molero, recordado por su participación en 'El Comisario') ingresaba de urgencias, semiinconsciente y con síntomas de intoxicación. Antonia revelaría a la doctora que la sustancia que había tomado era metanfetamina. “Juan es un hombre muy complicado y, bueno, ya le he visto así otras veces. Yo no sé de dónde sacaba la droga, la verdad”.

Antonia saldría del hospital y de escena tras habérsele diagnosticado la enfermedad de Behçet, “un síndrome inflamatorio de causa desconocida que puede afectar a diferentes órganos, aunque es verdad que la manifestación más característica es la aparición de aftas en la boca y en los genitales, además de lesiones cutáneas”, como explicaba la doctora de ficción. Sin embargo, quedaba por saber el destino de Juan, ya recuperado de la intoxicación. Ante las preguntas de Ortega, Juan reconoció que si bien no era consumidor, tanto Antonia como él “cocinaban” esta droga para su distribución. “Ella es la química, yo soy el matemático”.

“Tú también la fabricas. Y, al ella estar ingresada, pues lo has hecho por tu cuenta. ¿No es eso?”, le interrogaba la profesional. “Tenía que probar la mercancía”. La trama quedó cerrada así, de momento, sin que sepamos si los dos maestros acabaron en la cárcel, o si tuvieron que recurrir a los servicios de un Saúl Goodman castizo para que los sacara del embrollo.

Centro médico - 03/01/17 (2)

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