Pequeño héroe

Un niño salva la vida a su padre gracias a la docuserie 'Centro Médico' de TVE

Manuel Rodríguez y su madre, Olivia Muñiz

Manuel Rodríguez Muñiz tiene 10 años y ha logrado salvar la vida de su padre gracias a lo que aprendió viendo 'Centro Médico', la docuserie que La 1 de TVE emite en sus tardes.

Como explica La Nueva España, el padre de Manuel sufrió un síncope y perdió el conocimiento cayendo al suelo tras únicamente poder decirle a su hijo: “¿Manu, Manu? Que me muero”.

El niño, pese a lo dramático de la situación, reaccionó con frialdad y aplicó lo que había visto en la docuserie 'Centro Médico': le hizo el boca a boca, comprobó que respiraba y le colocó de lado. Tras ello, fue a casa de una vecina para llamar al 112, donde solicitó ayuda: “Necesito una ambulancia, mi papá está muy malo”.

“En el cole no nos han enseñado todavía RCP (Reanimación Cardio Pulmonar), pero yo lo aprendí en 'Centro Médico', una serie que veo a veces con Matías”, ha explicado luego el joven al citado medio, citando a su amigo.

Un héroe de 10 años

“Papá estaba viendo la tele y, de repente, se apoyó en el reposabrazos del sofá y cayó al suelo”, cuenta Manuel. Su padre lo confirma desde el hospital, donde ya se recupera: “Sentía un dolor muy grande, tan grande que me quitaba el conocimiento. Sólo acerté a decir '¿Manu, Manu? Que me muero'. Hace poco que sufrí un ictus y tenía miedo de que fuera lo mismo”.

A posteriori, los médicos le han explicado que estaba padeciendo un síncope derivado de una dolencia en la espalda. Y dado que estos ataques pueden provocar vómitos, la iniciativa de su hijo de ponerle de lado fue perfecta.

El progenitor del pequeño héroe asegura que cuando recuperó el conocimiento, escuchó a su hijo apremiando a los sanitarios: “¿Seguro que es a tiempo? A ver si vais a llegar tarde y se muere mi papá”.

Llamó a su madre por teléfono

Manuel no se puso nervioso, pero su madre sí lo hizo cuando su hijo la llamó: “Me dijo que el padre estaba en el suelo y que lo había colocado para que no se ahogara. Yo le respondí, muy nerviosa, que tardaría una hora en llegar a casa y que tenía que llamar a la vecina para que avisara al 112”.

Y así lo hizo, superando incluso los nervios de los vecinos por la situación: “Yo llamé a la ambulancia, porque estaban todos muy nerviosos. Bárbara (su vecina) me ayudó para dar la dirección y eso”.

Tras la llegada de la ambulancia, se llevaron a su padre al hospital, y él tomó la iniciativa de volver a llamar a su madre: “Tranquila, mamá. Papá respira”. Su actitud en todo momento hizo que fuera felicitado por los sanitarios de urgencias, que le invitaron al día siguiente a visitar el hospital y conocer su labor. “Lo mejor es que ahora papá ya se está poniendo bien”, zanja él.

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