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'El chófer de Ruiz-Mateos' se despidió en Cuatro recordando el “juego de espías” a Roldán y Felipe González

Episodio final de 'El chófer de Ruiz Mateos'

Redacción verTele

Cuatro emitió este lunes 2 de enero el cuarto y último episodio de El chófer de Ruiz-Mateos. Una entrega final que recordó el “juego de los espías” con el que el empresario declaró la guerra al Estado, y que terminó con Víctor de la Cruz emocionado al hablar de la muerte del que fue su jefe.

Tal como recapituló la docuserie de Mediaset, el dueño de Rumasa inició una persecución contra aquellos que le expropiaron su empresa una década antes y creó el conocido Centro de Investigación de Escándalos Políticos y Financieros. Con él declaró la guerra la Estado y no dudó en comprar voluntades e información para ganar esa batalla, mientras él vivió un “contraespionaje” por parte del CSID.

“El juego de los espías” de Ruiz-Mateos

“Hizo todo lo posible para intentar ganar esa guerra. Había un grupo de inspectores de Hacienda corruptos que le vendían información”, contó en el episodio el periodista Javier Chicote. Gracias a sus contactos, Ruiz-Mateos consiguió hacerse con unas fotografías del director general de la Guardia Civil Luis Roldán, en las que se le veía en calzoncillos, rodeado de muñecos hinchables, prostitutas y cocaína, y que terminaron publicadas en Interviú.

Este no fue el único objetivo del empresario, que inició otra operación contra el anterior Gobierno. Su mayor logro fue cuando se presentó como acusación particular en el Caso Filesa y obligó a la presencia de testigos como Alfonso Guerra o Felipe González. Aquel caso consistía en inflar de manera ilegal los contratos públicos para recibir la comisión correspondiente.

En la sentencia de Filesa del 28 de octubre de 1997 quedó acreditada la financiación irregular del PSOE con más de 1.200 millones de pesetas que se habían obtenido de manera ilegal, lo que supuso una victoria para Ruiz-Mateos. Sin embargo, la guerra no acabó ahí y fijó su objetivo en Felipe González. Como había participado en la expropiación de Rumasa, quiso acabar con su imagen pública y política. “Estaba dispuesto a acabar con ellos como fuera”, comentó Rosa Villacastín.

La manera de hacerlo fue adjudicarle una hija y una amante falsas. “Una de las cosas más espectaculares que hicimos fue a raíz de una información que nos dio la secretaria personal del jefe. Había hecho unas fotos a una niña que había visto en un parque y que se parecía brutalmente a Felipe González. El jefe vio un filón”, contó el chófer.

Pronto, todos los medios de comunicación se hicieron eco y hasta en otros países podían leerse titulares como “La otra familia del presidente de Europa”. Una noticia que, en realidad, era una trama creada por el presidente de Rumasa. 

El chófer, emocionado: “José María siempre será mi jefe”

La docuserie terminó con las reflexiones finales del protagonista, Víctor de la Cruz, que recordó emocionado el momento de la muerte de Ruiz-Mateos. “Fue un momento difícil, porque fue una persona que me había aportado tanto y para la que había trabajado tan estrechamente...”, comenzó diciendo.

Una persona que me llevó a la cárcel, a robar, a hacer tantísimas cosas que hice por total lealtad y me pagó de esa manera. Me sentí una auténtica basura, me sentí imbécil y deduje que fue una prueba más que me puso la vida”, añadió.

Preguntado sobre qué le diría si pudiera reencontrarse con él, zanjó: “Yo he sido fiel y leal con él y creo que, pese a la traición, mis valores y mis principios me hubieran llevado a volver a repetir con él todo lo que quisiera mandarme. Para mí, José María Ruiz-Mateos siempre será mi jefe”.

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