Crítica Vertele

“Hospital Valle Norte”, una operación por modernizar la ficción médica que solo se queda en la estética

Hospital Valle Norte

Paula Hergar

“Por fin una mujer al mando, a ver si empiezan a cambiar un poquito las cosas” decían en este primer capítulo de Hospital Valle Norte que ha estrenado TVE. Y sí, un “poquito” han cambiado, pero no lo suficiente como para sentirlo.

La nueva ficción de La 1, producida por José Frade, dirigida por Peris Romano, Juanma Pachón y Marco Castillo y protagonizada por Alexandra Jiménez y José Luis García Pérez, se había marcado como objetivo primordial renovar los dramas médicos después de 7 años de ausencia en el prime time español y lo ha logrado en la forma, pero no en el fondo.

Con grafismos modernos, informativos e interesantes y una factura mejorada parecía, en los primeros minutos, que estábamos ante una apuesta innovadora. Pero a medida que el capítulo desarrollaba sus tramas, personajes y escenarios, lo novedoso quedaba en algo anecdótico para dar paso a unos tópicos que creíamos ya superados en nuestra ficción.

Ingredientes novedosos, médicos modernos

Desde que Hospital Central se despidiera de la audiencia, han pasado siete años en los que la tecnología se ha hecho aún más indispensable en nuestras vidas. Y en la de nuestros médicos. Así lo ha reflejado (y mucho) el primer capítulo de Hospital Valle Norte en el que las pantallas de los ordenadores, móviles y del GPS mostraban su contenido al espectador para compartir la información que recibían los personajes.

Un recurso que, sin embargo, han usado más como atractivo visual que como elemento narrativo: si te causaba interés podías prestarle atención, pero si no lo hacías no perdías ningún detalle. Una pena porque si lo integraran en la trama sí que podía ser un aliciente innovador.

También ha sido seductora la forma de presentar al paciente protagonista de cada capítulo: con una minipelícula (como hacía House) en la que le conocemos y descubrimos la razón por la que visitará el centro. Todo ello, con una factura “médica” muy mejorada, dando una textura mucho más cinematográfica que hasta en ocasiones hacía olvidar que estábamos en una serie de hospital.

Así comienza el primer capítulo: “Tiempo cero”

Para finalizar, el perfil de unos personajes femeninos fuertes - aunque cada vez hay más- también es de agradecer. Con mujeres seguras de sí mismas, independientes y valoradas en el trabajo. Que además, se apoyan entre ellas para facilitarse el camino.

Tópicos seriéfilos, historias que suenan a vistas

Pero los flamantes grafismos, la mejorada factura y los personajes modernos no han sido suficientes para sentir que estábamos ante una apuesta distinta. Porque todos estos atractivos elementos, han sido “titireteados” en un escenario trillado con tramas totalmente predecibles.

En un solo capítulo hemos tenido la escena del ascensor parado con los dos protagonistas juntos (y su tensión sexual no resuelta), el rechazo de una novia borde al amigo simpático, la lágrima fácil con el vídeo de un abuelo a su nieto (“Un trocito de mí va a estar dentro de ti y te va a curar”), un guaperas rompecorazones y hasta un anillo que se prueba la chica equivocada (que acabará siendo la acertada) y después no se puede sacar.

Todo en unos lugares comunes que requerían de un ritmo mucho más trepidante, que en vez de dormir durante la guardia, nos hiciera desear pasar de quirófano en quirófano para continuar con las historias. Lejos de eso, el ritmo ha ido decayendo a la vez que los tópicos iban aumentando. Unos tópicos de los que nos estábamos intentando zafar desde hace años pero en esta ocasión han preferido conservarlos.

Por eso, Hospital Valle Norte sí que ha aportado pinceladas de innovación a los dramas médicos que habíamos visto en nuestro país, pero no ha supuesto (al menos por ahora) ningún paso adelante en nuestra ficción. Una pena, ahora que el riesgo está siendo una de nuestras señas de identidad.

Etiquetas
stats