Crítica
'Mentiras' arranca como una adaptación muy fiel que aspira a generar debate por sí misma

Ángela Cremonte y Javier Rey son los protagonistas de 'Mentiras'

Pedro Zárate

Cabe preguntarse, a raíz del estreno de Mentiras, qué lugar ocupan las adaptaciones de series extranjeras en este mundo tan globalizado en el que vivimos. Qué sentido tienen cuando, gracias a las plataformas de streaming, cada vez es más fácil disfrutar de las producciones foráneas en las que se basan. Ya procedan éstas de mercados pequeños o de otros tan potentes como el británico, la respuesta acaba siendo la misma: depende. Siempre que aporte algo, cualquier adaptación debería ser bienvenida. Y la nueva serie de Atresmedia lo es. Aunque no por los motivos esperados.

Mentiras es la adaptación del thriller británico Liar (Mentiras), estrenado en 2017 por la cadena inglesa ITV. Su primera temporada fue todo un fenómeno en las islas gracias al planteamiento dibujado por sus creadores, los hermanos Harry y Jack Williams, a su vez responsables de The Missing. En Liar, ambos exponen las consecuencias de una posible violación a través de Andrew Earlham y Laura Nielson, su pareja protagonista. Él es un cirujano de éxito y padre modelo que lleva años sin relacionarse con el sexo opuesto tras la muerte de su esposa. Ella ejerce de profesora en un instituto mientras intenta pasar página tras una relación complicada.

Ambos se conocen porque Laura es la profesora del hijo de Andrew y él, a su vez, trabaja en el hospital con la hermana de ella. Estos vínculos y la presión de sus allegados hace que ambos queden una noche para tener una cita. Algo que los dos llevan a cabo con aparente éxito, pues disfrutan de una velada agradable que transcurre con total normalidad. Al menos hasta la mañana siguiente, cuando Laura se despierta en su cama y dice haber sido violada por Andrew.

A partir de este momento, Liar propone un juego al espectador: descubrir quién dice la verdad y quién está mintiendo. Porque como dice Laura, “es su palabra contra la mía”. Y mientras ambas rivalizan, el guion de Harry y Jack Williams juega al despiste a la vez que aborda la repercusión de los presuntos hechos. Con respecto a la Laura, la indefensión que siente ante lo ocurrido y la impotencia que corroe su cuerpo al ver cómo las autoridades no pueden hacer nada ante la falta de pruebas. En cuanto a Andrew, el juicio paralelo que sufre en las redes sociales y los efectos negativos que una acusación tan grave están teniendo sobre su vida personal y profesional.

'Mentiras' respeta al máximo el inicio de 'Liar'

Esta premisa y su posterior desarrollo hicieron de Liar un enorme éxito dentro y fuera de sus propias fronteras. Los ecos de sus primera temporada también llegaron a España a través de HBO, aunque el impacto que ha tenido aquí no se puede comparar a su país de origen. No obstante, supo encontrar su público. Ese que ahora se pregunta si debe acercarse o no a la adaptación de Atresmedia.

Puestos a comparar, el episodio 1 de Mentiras es prácticamente igual que el episodio 1 de Liar. La versión española no presenta aquí ninguna sorpresa, aunque sí introduce sutiles cambios como una mayor dosificación de los flashbacks que recrean la cita entre Laura y Andrew o un menor abuso de los planos subjetivos que intentan reflejar la mirada del espectador. Por supuesto, sin obviar los inevitables cambios en el reparto.

Aquí Laura no es Joanne Froggatt sino Ángela Cremonte, cuyo parecido con la intérprete británica y su desempeño en el papel presentan a la actriz de Las chicas del cable como una acertadísima elección de casting. Más arriesgada era, a priori, la de Javier Rey. No por el talento del gallego, de sobra demostrado en los últimos años, sino porque venía de interpretar en televisión a dos narcotraficantes (Sito Miñanco de Fariña y Malpica de Hache) cuando el protagonista masculino de Liar, Ioan Gruffudd, había sido elegido para interpretar al presunto violador gracias a tener una carrera marcada por papeles de hombre bueno en películas como Titanic (fue el oficial que salvó a Rose de morir congelada en la tabla) y Los cuatro fantásticos de Tim Story (Reed Richards/Mr. Fantástico). Pese a ello, Rey resulta de lo más convincente encarnando a un hombre, el cirujano Xavier Vera, que puede ser o no ser esa buena persona que todos, con excepción de Laura, creen que es.

Más allá de estos detalles, se puede hacer el ejercicio de comparar los episodios de ambas series y ver cómo la mayoría de escenas coinciden en tiempo, forma y contenido a lo largo de los 45 minutos de metraje. Si bien esto no tiene por qué echar para atrás a los que hayan visto la versión inglesa. Todo dependerá de la valentía que atesoren Marina Velázquez, Javier San Román y Tatiana Rodríguez, guionistas de la serie, a la hora de tomar un camino diferente al marcado por los hermanos Williams. De primeras siguen el mismo porque el planteamiento es tan potente que no necesita variación alguna. Pero una vez hechas las presentaciones, Mentiras deberá mostrar si viene a aportar algo diferente o a ser una adaptación convencional solo apta para aquellos que no han disfrutado de la serie original.

'Mentiras' será un éxito si consigue generar debate

En caso de ocurrir esto último, su producción no habrá sido en vano. Primero, porque Liar es una serie conocida entre los más seriéfilos, pero no tanto entre el público general. Y aunque así fuese, siempre es saludable que se hagan series que pongan encima de la mesa problemas que nos afectan como sociedad.

Mentiras aborda una posible violación tocando temas que estaban de máxima actualidad hasta antes del monopolio informativo del coronavirus. Las denuncias (falsas o no) de agresiones sexuales, el juicio paralelo que se hace a los presuntos agresores, la lucha de las supuestas víctimas por ser creídas y el papel de las autoridades en este tipo de casos son asuntos que Mentiras toca, al igual que Liar, con suficiente capacidad como para generar debate en torno a ellos. Si la adaptación de Atresmedia lo consigue será su mayor triunfo.

Etiquetas
stats