CRÍTICA
Vuelve 'Six dreams', la serie que demuestra que al fútbol le vendría bien más naturalidad

Six dreams 2, en Amazon Prime Video

Marcos Méndez

Aunque a veces parezca lo contrario, los futbolistas son humanos. Como los entrenadores, y como todas las personas que forman parten de ese universo llamado fútbol, que cada vez más LaLiga y los propios equipos (especialmente “los grandes”) intentan convertir en un fortín impenetrable y distanciado de la prensa, de los aficionados, y hasta de la realidad.

Por eso cuando aparece una forma de ver que efectivamente son humanos, fascina tanto. Y eso es lo que consigue Six Dreams, la serie dirigida por Justin Webster en Amazon Prime Video que vive LaLiga desde dentro y que este viernes 2 de octubre estrena su segunda temporada en la plataforma, tras el éxito de sus primeras entregas que se saldaron con dos premios Emmy internacionales.

Ese acceso directo a los protagonistas, en un fútbol que como decimos cada vez es más cerrado y complicado para las cámaras, sigue siendo el factor diferencial de esta serie documental. Y responde a la conveniente “alianza” que para su producción firman The Mediapro Studio y LaLiga. Un acuerdo que, al mismo tiempo, garantiza que la imagen de la competición salga siempre bien parada. Que nadie espere escándalos, porque la mano de Javier Tebas (presidente de LaLiga) controla que su buen entendimiento con Jaume Roures (administrador único de Mediapro, que produce la serie 'El fútbol no es así' basada en el libro homónimo de Tebas) siga firme y adelante.

Un acertado casting “continuista” y con renovación

Líos empresariales a parte, y centrándonos únicamente en la producción, Six Dreams es un experimento que contenta a LaLiga y a Mediapro, sí, pero también a los aficionados al fútbol y al parecer a los propios equipos. Sólo así se explica que repitan el Atlético de Madrid (Saúl, ahora Clemente Villaverde), el Athletic Club de Bilbao (Iñaki Williams, ahora Aduriz), y el Real Betis (Guardado, ahora Borja Iglesias). Un cincuenta por ciento de continuidad relativa, renovada por el RCD Mallorca (con su consejero delegado, Maheta Molango, en vez de la presidenta del Éibar, Amaia Gorostiza), el Levante (con su entrenador Paco López, en lugar del del Sevilla, Eduardo Berizzo), y el Villarreal (con la última temporada de Cazorla), quedándose también fuera el Girona y su director deportivo Quique Cárcel.

El responsable de la producción, Justin Webster, tiene muy buen ojo para elegir a sus protagonistas. En esta segunda temporada, Six Dreams acompaña a Aritz Aduriz en su última temporada, siendo el jugador más veterano de toda LaLiga. Y a Santi Cazorla en su vuelta al máximo nivel, y a la selección, tras su calvario por la lesión en el tendón de aquiles y antes de despedirse del Villarreal. También a Borja Iglesias, tras elevarse el listón como goleador español y ser el segundo fichaje más caro de la historia del Betis. Y a Paco López, con su método revolucionario y su gran temporada en el Levante.

Igualmente, es atrayente ver cómo es una partida de 'PC Fútbol' o 'Football Manager' en la realidad siguiendo a Maheta Molango, y viendo cómo se las apaña para intentar salvar del descenso al equipo con menor presupuesto de la categoría, tomando las riendas del Mallorca con la confianza de un presidente que delega en él por completo y ni tan siquiera habla español. Por no hablar del caprichoso (o no) destino de Clemente Villaverde, que tras 37 años en el Atlético de Madrid y ser Vicepresidente Primero de LaLiga, en enero se anunció su fichaje por el Getafe para ser el Director General del club del sur de Madrid. Todos y cada uno de ellos aportan una perspectiva propia, y descubren unas realidades diferentes.

Píldoras de realidad que humanizan el elitismo del fútbol

Por desgracia, en esta crítica no vamos a poder hablar de muchas de esas realidades puesto que apenas hemos tenido acceso a las dos primeras entregas de los siete capítulos de unos 55 minutos que componen la segunda temporada de Six Dreams.

Una pequeña muestra que abarca apenas la primera mitad de la temporada futbolística, hasta el inicio de la segunda vuelta en Navidades, y que a pesar de comenzar con una declaración de intenciones sobre la importancia que tendrá el coronavirus en su desarrollo (la primera entrega se llama “Benditos problemas de antes”), no hemos podido apreciar.

Aún así, en esos dos primeros capítulos ya hay momentos llamativos y especiales como acompañar a Aduriz y a Cazorla en sus procesos de recuperación. También presenciar cómo el del Athletic ve junto a su hija desde la grada un partido de su equipo, y responde a la naturalidad de la niña que le dice que “esa tú lo metes, papá”, defendiendo a su joven compañero Asier Villalibre. O cómo darse cuenta de que Cazorla es el alma y el ánimo del vestuario hasta cuando apenas puede mover el tobillo por el dolor.

También es atrayente ser uno más para ver cómo un grupo humano recibe a un nuevo compañero, y las preguntas sobre él y su carrera que le hacen mientras comen, como en el caso de Borja Iglesias en el Betis. Y sorprende la cercanía de un “jefe” como es un entrenador, en este caso Paco López, para hablar con sus futbolistas y aclarar aspectos con un método que incluye su participación.

Y como ya pasó en la primera temporada de Six Dreams, con Amaia Gorostiza y Quique Cárcel, aunque sean menos famosos los perfiles que más llaman la atención son los directivos, porque realmente son los que llegan a lo que ningún aficionado ve. Clemente Villaverde nunca se olvida de las cámaras, y es la corrección personificada, pero la serie “rompe” off the records mostrando sus conversaciones al recibir al alcalde de Madrid, Martínez Almeida, o antes de ser entrevistado por Mónica Marchante y Ricardo Rosety. Momentos de naturalidad en los que, pese a todo, es consciente de que está siendo grabado y jamás pierde la compostura que se le pide al gerente de un club como el Atlético de Madrid.

El más desconocido del “elenco” es, quizás por eso, el más atractivo. Con apenas 38 años Maheta Molango es el consejero delegado del Mallorca. Tras una trayectoria poco brillante como futbolista, desde los despachos ha logrado dos ascensos consecutivos desde Segunda B a Primera. Y de su mano, en Six Dreams se ve cómo quiere mantener la historia y el sello del equipo, su relación con el presidente y el accionista Steve Nash -estrella de la NBA-, e incluso cómo se produce una búsqueda de jugadores para realizar un fichaje. Y lo mejor: cómo aún no tiene tanta experiencia para reprimir sus emociones y, como un aficionado más, se queja de los arbitrajes y del VAR.

Su naturalidad es un punto a favor de Six Dreams. Y la humanidad de Six Dreams, la muestra de que el fútbol, y concretamente LaLiga, sería mejor si fuese más cercana. Aunque sus máximos responsables y principales clubes sigan dando pasos en la otra dirección.

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