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De cucarachas a tortilla con moho: Chicote destapó las penurias de la comida militar

Chicote, en su visita a un cuartel en '¿Te lo vas a comer?'

Redacción

Alberto Chicote se adentró anoche en el Ejército para destapar la deficiente alimentación que reciben nuestros soldados. En la nueva entrega de ¿Te lo vas a comer?, el chef viajó hasta el cuartel de Camposoto (San Fernando, Cádiz) por la carta que recibió de uno de sus militares, que denunció que les sirven, entre otros productos, “carne llena de grasa e incomible, pescado de aspecto y sabor asqueroso, fruta de muy pequeño tamaño e incluso, alguna que otra vez, bolleria y lácteos caducados”. En definitiva, productos que “en otros sitios no querrían o no se podría vender en ningún comercio”.

De hecho, este cuartel fue noticia por servir una fideua con gusanos. Un error que los responsables de Camposoto reconocieron a Chicote y que, a día de hoy, siguen investigando.

El miedo de los soldados a denunciar esta situación

Este militar, al igual que otros con los que se puso en contacto Chicote, ayudó a destapar la realidad de muchos cuarteles desde el más estricto anonimato, pues todos alertaron de los riesgos a los que se exponen al denunciar la situación que viven en su día a día. Entre ellos, que puedan ser suspendidos de empleo y sueldo. “Esto se puede considerar falta grave”, dijo otro soldado, que no permitió al programa decir su nombre ni el cuartel en el que trabaja por miedo a represalias.

En su conversación con Chicote, este miliar enumeró las irregularidades de la “incomible” comida que elaboran en el restaurante del cuartel. Poca variedad, mucha “fritanga” y pescados difíciles de identificar son las tres principales y las que han llevado a este profesional a comer en otro sitio. “No, no como más [en el cuartel]. Me voy a mi casa o me voy a la cantina, que por 6 euros me como un plato combinado, incluso me lo sirven, y con café”, explicó antes de asegurar que, como él, el 95% de sus compañeros también han optado por comer en otro sitio antes que ingerir los platos que sirven en el cartel, que a menudo corren a cargo de subcontratas.

Una comida deficiente que provoca “desmayos”

Otro militar, residente en un cuartel valenciano, mostró a Chicote el escaso menú que reciben los soldados cuando tiene que salir fuera a realizar maniobras. Intensos simulacros de 24 horas en los que se preparan para un posible escenario de guerra. El esfuerzo físico, por tanto, es mayúsculo, pero para recuperar fuerzas solo reciben un par de panecillos, un poco de embutido, un refresco o un zumo de pequeño tamaño y una fruta. Todo ello, susceptible de estar caducado y en mal estado, como ocurre a menudo.

De ahí que, como respondiera el soldado tras pregunta de Chicote, él y sus compañeros a veces sufren desmayos en plena jornada de trabajo: “Hay desmayos. Le faltan nutrientes al cuerpo que no le estamos dando y se nota mucho en nuestra fatiga”.

Este militar dijo que, en sus años en cuarteles, había visto “de todo”. Desde tortilla de patatas con moho hasta fruta podrida y comida con gusanos. “Yo creo que a veces hasta ponen en peligro nuestra salud”, dijo para resumir el “pésimo” servicio alimenticio que reciben.

Algo que el propio Chicote constató no solo con él, sino también con Jorge Bravo, secretario de Organización de la Asociación Unificada de militares españoles, quien le mostró, entre otras “incidencias graves”, un plato con una cucaracha.

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