El programa cambió de tono y dinámica

'El Intermedio', con Ángel y María José: periodismo sobre la eutanasia para generar debate sin amarillismo

Las cámaras de 'El Intermedio', con Ángel Hernández

Marcos Méndez

Las dos últimas entregas de El Intermedio han sido muy diferentes a las habituales del programa de laSexta, y por motivos radicalmente diferentes. Si el jueves celebró su programa 2.000 con una fiesta y saliendo de plató, este lunes ha dedicado prácticamente toda su duración a estar junto a Ángel Hernández y explicar el caso de la eutanasia de María José.

El hombre ayudó a morir a su mujer, enferma de ELA, y grabó y compartió sus reflexiones y razones para explicar por qué tomaron la decisión. Hernández difundió esos vídeos a varios medios, pero confió en el equipo de 'El Intermedio', que ya había prestado atención a su caso, para que viviese junto a él el momento de la despedida, de avisar a emergencias y de ser detenido por la policía.

El programa cambió por completo su habitual tono. Wyoming anunció que no iba a representar su habitual papel, y no hubo más bromas. Él y Sandra Sabatés fueron dando paso a los vídeos en los que una cámara del programa vivió todo ese proceso junto a Ángel, tanto durante como después de la muerte de María José, cuando éste mostró su dolor: “No es solo doloroso por la pérdida, es que lo he tenido que hacer yo”.

Pese a disponer de todo el material, El Intermedio dio una lección huyendo del posible amarillismo y no emitiendo ni una sola imagen de la mujer, en señal de respeto. Tampoco el momento concreto en el que Ángel la ayudaba a consumir la dosis letal que cumplió su última voluntad.

La llamada al médico y el momento de la detención

La cámara acompañó al hombre cuando llegaron los médicos para certificar la muerte, y también cuando dos agentes de policía se personaron en su domicilio para explicarle que, como él ya sabía, debían detenerle y que seguramente iba a ser acusado de un delito.

El Intermedio fue testigo directo del equilibrio entre el deber de los profesionales, que el propio Ángel Hernández comprendía y reclamaba, y las muestras de comprensión y afecto por parte de los médicos y los policías, con pequeños gestos como una mano en la mejilla o una pregunta personal. Y lo reflejó tal cual en pantalla, sin añadir ni comentar nada más.

El programa esperó a Ángel a su salida de las dependencias policiales, donde atendió a los medios después de que su caso se hubiese convertido ya en mediático. Pero él siguió confiando en el seguimiento de El Intermedio.

Gonzo y Ángel, emocionados al acabar su entrevista

Gonzo se trasladó hasta la casa de Ángel Hernández para hablar con él cara a cara y de forma pausada. Ambos se agradecieron mutuamente la confianza, y el marido de María José le explicó cómo se sentía, cómo había cambiado su vida y qué le gustaría hacer cuando tenga un día tranquilo y solo, sin atención mediática. La entrevista acabó con un sincero y sentido apretón de manos, y ambos visiblemente emocionados.

La pregunta incómoda de Gonzo, a los políticos

Al volver al plató, en el habitual set que Gonzo comparte con Wyoming, el programa volvió a ejemplificar la importancia que otorgaba a ese especial dedicado a la eutanasia. Lo hizo volviendo a cambiar su habitual dinámica, ya que la “pregunta incómoda” que el reportero formula al presentador, esta vez no fue para él.

Dirigiéndose directamente a cámara, Gonzo explicó que quería enviar su pregunta a la clase política española: “¿Hasta cuándo van a seguir permitiendo que un acto de absoluto sacrificio y amor como el de Ángel sea considerado un delito?”.

Durante el programa, también Wyoming dedicó una de sus habituales “reflexiones en el pico de la mesa”, especialmente profunda y calmada, a los políticos. Se dirigió a todos ellos para pedirles que escuchen al más del 70% de los españoles que según la última encuesta del CIS apoyan la eutanasia.

Alabanzas y agradecimientos en las redes sociales

El tratamiento que El Intermedio dio a un ejemplo de la problemática de la eutanasia en España, con un caso tan sensible y ya tan mediático como el de Ángel Hernández, no sólo se ganó el favor de la audiencia en forma de récord, sino también el agradecimiento de los espectadores en las redes sociales.

Entre los miles de anónimos que enviaron mensajes usando la etiqueta del programa, también había reconocidos periodistas y políticos que aplaudían la labor del programa, sabiendo alejarse del amarillismo y reflejando con calma, reflexión y pruebas el verdadero drama de los que tienen que pasar por lo que han pasado María José y Ángel.

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