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Ester Expósito: “No ver 'Élite' en 2019 es imperdonable”

Pedro Zárate

Élite llegó a Netflix en su primer a temporada dispuesta a convertirse en todo un fenómeno, y lo consiguió. La serie juvenil irrumpió en la plataforma como un torbellino y el interés por conocer quién habría asesinado a Marina (María Pedraza) provocó que fueran pocos quienes no se vieron todos sus capítulos del tirón.

Llegado el desenlace, Netflix apostó por renovar la ficción por una segunda temporada, ahora también por una tercera, y seguir el día a día de sus protagonistas. Itzan Escamilla (Samuel), Ester Expósito (Carla) y Álvaro Rico (Polo) son tres de los intérpretes para los que su vida también ha dado un vuelco de popularidad.

El primero se llevó la palma de “buenazo” en la primera tanda de episodios, mientras que la segunda y el tercero llevaron el peso junto a Miguel Herrán de una trama que envolvía un trío amoroso. Ahora la vuelta al cole se ha vuelto especialmente compleja para ellos, que tendrán que tratar de seguir adelante con una muerte a sus espaldas.

¿Qué es para vosotros lo más destacado de la segunda temporada respecto a la primera?

Itzan Escamila: Que es más atrevida. Hay cosas que en la primera daba más cosa tocar y que en esta segunda sí se atreven a tratar. Por eso es más atrevida, y se vuelve más oscura.

Álvaro Rico: El asesinato de Marina les marca, y tiñe todo de secreto. Coincido en que esta segunda tanda se vuelve más oscura. No sé si llamarla seria, pero sí más adulta. A mí me mola más. Les ocurren cosas con las que ellos todavía no deberían estar tratando como adolescentes.

¿Hay por lo tanto una cara más dramática?

AR: Exacto, eso mismo.

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¿Cuál fue vuestra reacción a medida que leíais los guiones y conocías lo que le pasaría a vuestros personajes?

Ester Expósito: Yo no me esperaba para nada mi trama con Samuel, no me lo había imaginado nunca y me gustó mucho cómo evoluciona en sus diferentes etapas y los momentos que pasan juntos. Me parece que es una relación muy complicada y con muchas capas. Y bueno los finales, que son increíbles en esta serie. En la primera temporada yo me lo olía, pero es verdad que el público no se lo podía esperar. Y el final en esta te da la vuelta a la cabeza.

AR: Leerte un guión de Élite no es que sea una caja de sorpresas, es que es dinamita. Abres el guion y te explota en la cara. Nada de lo que puedas intuir que le pueda suceder a alguno de los personajes ocurre. Y eso mola mucho, porque para un actor es como descubrir en qué locura va a meterse ahora su personaje. Eso es maravilloso.

Una de las cosas que más llama la atención en el inicio de la temporada es el tratamiento de Polo. Parece que es más Carla quien sufre las consecuencias de lo ocurrido en la primera. ¿Cómo lo veis vosotros?

AR: Para mí es un acierto. Lo comenté mucho con Darío Madrona [creador y guionista junto a Carlos Montero]. Más allá de la trama que me empieza a pasar entre Carla y Samuel, no queríamos convertirlo en el villano. Que derivara en: “Este tío ha matado, este tío es el malo y todos a por él”. Sino que jugásemos a que la gente llegase incluso a empatizar con él. Es cierto que en el inicio solo se dibuja un poco lo que va a ocurrir, pero más adelante se desarrollan cosas muy chulas.

Personalmente creo que era más interesante que la gente estuviera en el sofá suplicando que no se descubriera la verdad para que no fuera a la cárcel, que estar odiándolo y teniéndole como el malo malísimo. De hecho, los primeros capítulos tratan de eso, de cómo Polo ha hecho un poco de click, borrón. Es una cosa que queda ahí oculta pero después en el primer capítulo termina con un ataque de ansiedad y descubres que este tío está medicándose, y que toma pastillas. Eso se va desarrollando en los siguientes episodios hasta ver si en algún momento va a tener que decidir si realmente vive con el secreto para crearse un futuro o tiene que gritar esto porque no puede más. Lo está matando por dentro.

Ahora que ya sabemos que habrá tercera temporada, ¿cómo imagináis el recorrido de la serie y de vuestros personajes?

AR: No lo sé, aunque sí que durante los ensayos de la segunda temporada hablaba con Ramón Salazar [uno de los directores] y le preguntaba: ¿Qué podría pasar con Polo? Él respondía que “no lo sabía, pero que muy bien no podía acabar”. Así que no tengo ni idea, pero no me imagino un final normal, que consiga estar circulando en un ambiente de normalidad donde se ha descubierto que es el asesino.

EE: Creo que Carla tendrá que explotar alguna vez por algún lado, a lo mejor en la segunda ya explota en algún momento, pero en la tercera será más extremo todo lo que le ocurra y como se lo tome. En la segunda tanda le pasan muchas cosas y experimenta muchas emociones. Va a haber una lucha entre su vulnerabilidad, su entereza y su poder de control que le pasará factura, y llegará un punto en el que no pueda más.

IE: Siento que Samuel se está acercando cada vez más a su hermano. Todo lo que odiaba de él es a lo que le conduce todo lo que ocurre. A ser un poco el nuevo Nano.

'Élite' es acompañada a menudo de la etiqueta “placer culpable”, que realmente en lo que se traduce es en que la gente no puede dejar de verla. ¿Cómo lo concebís vosotros?

EE: Creo que cuando ves Élite te llevas una sorpresa. A lo mejor te esperas una serie superficial, como todas las que han hecho de adolescentes y que solo tienen una capa, pero te encuentras con una serie, que evidentemente es de entretenimiento, pero que cuenta un montón de cosas pero de una manera seria. De una manera profunda y con un trabajo, tanto como del equipo técnico como el artístico, muy currado, con mucho esfuerzo y muy trabajado. Hemos estado meses ensayando. No es una serie que llegas y venga, te pones a bailar, liarme con este y enfadarme con el otro ¿no? Hay mucho trabajo detrás y es verdad, y eso cuando ves la serie se nota. Y justo, eso la ves, gusta y engancha.

AR: No ver Élite en 2019 es un pecado.

EE: Es imperdonable.

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