Entrevista

Gonzo vuelve a 'Salvados' tras su temporada interruptus: “Los políticos están cada vez más cerrados en banda”

Gonzo, en una imagen de archivo

Laura Pérez

Los espectadores de laSexta tienen este domingo una nueva cita con Salvados, que regresa después de unos meses de barbecho con un Gonzo ya asentado. Tras una breve temporada que la cadena ha definido como “de transición”, el periodista gallego vuelve para instalar definitivamente la nueva etapa del programa de reportajes.

“Confiamos mucho en lo que tenemos y en lo que vamos a contar”, explica el presentador en una entrevista con Vertele, donde analiza, poco antes del regreso, cómo son sus sensaciones antes de reencontrarse con una audiencia que ya le identifica como el presentador de Salvados. “Al terminar la temporada me dije que no me equivoqué con la decisión”, expresa, convencido de que lo mejor está por llegar.

El formato de Producciones del barrio estrena temporada con una serie de especiales en los que intentarán arrojar luz, con su sello habitual, sobre la oscura situación actual que nos azota con la crisis del coronavirus y sus consecuencias. “Tenemos que estar a la altura de la ansiedad social del momento”, expresa el periodista. En el programa de apertura vivirá el desplante de Esperanza Aguirre, sobre ya en la rueda de prensa de presentación aseguró que prefiere no pronunciarse por evitar polémicas en un momento complicado para ella por el estado de salud de su marido.

Además, charlamos con Gonzo sobre la crispación de la política actual y sus deseos de volver a juntar a los políticos actuales cara a cara en sus reportajes. “A mí me encantaría tener un Abascal vs Casado, y escuchar a uno y a otro libremente diciéndose lo que se tengan que decir, pero sabes que es muy muy difícil (...) Los políticos están cada vez más cerrados en banda a escuchar las propuestas”, explica.

Vuelves el domingo con Salvados

Hay una cierta incertidumbre por ver cómo nos afecta el haber estado tantos meses fuera de pantalla cuando es algo que nunca había pasado con este programa. Es la única duda que puede haber. Por lo demás, confiamos mucho en lo que tenemos y en lo que vamos a contar. Somos conscientes de que la situación provoca una necesidad de información, o por lo menos de otro tipo de información, en el público de Salvados.

Va a ser una temporada de ir poquito a poco, de ir madurando, y de recuperar todo el tiempo perdido que ha afectado en las dinámicas de trabajo y las rutinas de consumo del programa. Por suerte, gracias a la confianza de Atresmedia será una temporada larga. Vamos a tener 17 programas hasta el mes de junio para poder, por fin, instalar la nueva etapa de Salvados ya sin Jordi [Évole] y conmigo al frente. Es apasionante lo que viene por delante.

Habéis dicho en la rueda de prensa que la pasada fue una temporada de transición. Ahora, ya con perspectiva, ¿qué nota le darías a tu trabajo en esos seis primeros programas? ¿Has querido trabajar en mejorar algún aspecto propio en esta segunda tanda?

Ponerse nota es difícil, y más valorarse a uno mismo. Puedo transmitirte las sensaciones, y es que al terminar la temporada me dije 'oye, no te equivocaste a la hora de tomar la decisión'. No me engañé a mí mismo y no engañé a la gente que confió en mí cuando dije que sí. La cadena estaba contenta, los datos fueron buenos y las reacciones de la gente por lo general no fueron malas. No leí nada que me hiciese dudar sobre si había tomado una buena decisión.

Es una pena que no pudiésemos hacer las otras seis entregas previstas entonces, porque una vez quitadas las preocupaciones lógicas de estrenarte en un sitio como Salvados, eres más libre para ejercer el trabajo y eso se nota. No pudo ser en la pasada primavera y está teniendo que ser ahora. Esta semana he hecho alguna grabación que al acabar he dicho 'bueno esto está, no ha pasado nada'. Es como si no se hubiese parado la máquina, me encuentro muy bien y ya me he sentido yo mismo otra vez en grabaciones complicadas con personajes grandes y de larga duración sobre temas complejos. No creo que nos vayamos a fustigar mucho con las consecuencias que ha podido tener el estar estos meses parados. Hemos reaccionado rápido y bien.

Superado el examen de los espectadores, que te han acogido bien, ¿qué objetivo te planteas para esta segunda temporada?

Que la gente tenga ganas de que llegue el domingo para ver cómo cuenta Salvados lo que ha pasado. Ese es el espíritu de este programa. Salvados llegó a convertirse en ese formato que tú estabas esperando para ver lo que no podías ver en otros sitios, para escuchar a gente hablar con una claridad con la que no hablaba en otro lugar, o para escuchar a un presentador que hace las preguntas en un tono y una forma con los que no se hace en otros programas. El objetivo es conseguir que haya cada vez más espectadores que vuelvan a tener esa sensación. Y todo, en la situación en la que este país está ahora y va a seguir estando durante los meses que dura esta temporada. Esto quiere decir que tendremos que estar a la altura de una problemática y una ansiedad social que requiere de más explicaciones y más información que otros momentos. Si lo conseguimos en el mes de junio, me daré por satisfecho con esta temporada.

Ante un tema de tanta relevancia y actualidad constante como el coronavirus, que va a ocupar al menos dos entregas de esta temporada, ¿cómo se mide entre cobertura necesaria o esencial y la temida saturación?

Ese es un debate que tenemos: ¿la gente quiere verlo, o no quiere verlo? Pero es un trabajo de ir probando. Los programas que van de coronavirus y pandemia se siguen viendo, tienen audiencia, y es porque hay una reacción humana. Cuando tienes una amenaza, algo que te genera miedo, lo que buscas son fórmulas para combatirlo. Y cuando tienes algo como este virus buscas información. Además, cuando ves la situación económica que se va a crear, y el estado social que vamos a tener en los próximos meses o años, también buscas datos que te permitan tomar decisiones para que eso te toque lo menos posible. O para entender en qué se va a convertir la sociedad en la que vives.

En ese sentido, lo iremos viendo. Pero Salvados siempre ha sabido manejarse muy bien en la selección de temas, en qué ofrecer una semana y la siguiente, en si merece la pena cargar las tintas dos semanas seguidas con el mismo tema, o si esperamos un poco más. Nosotros ya hemos adelantado que no solo habrá un programa sobre coronavirus, en los tres primeros habrá dos con esa temática, y tenemos que ver si la actualidad de la semana que viene hace que lo soltemos ya o esperemos. En lo que me gusta de este programa, que está vivo hasta dos o tres días antes de la emisión y podemos cambiar el tema porque la actualidad lo demanda y la cadena nos lo permite. No obstante, este es un ejercicio que hacemos, pero al final todo está impregnado por la pandemia… así que toquemos lo que toquemos siempre va a estar ahí el tema.

Si nos guiamos por los datos de audiencia, en el top de Salvados

Bueno, esto es una situación política también. En el primer programa hablamos de coronavirus, pero sale la responsable política que definió un modelo sanitario [Esperanza Aguirre], y a la que preguntamos si cree que ese modelo ha tenido algo que ver con los malos datos de la Comunidad de Madrid. En el segundo programa que hemos preparado sobre el coronavirus, igual. Nosotros analizamos una situación comparándola con otro país, Alemania, y hablamos de política.

A los espectadores de Salvados les gusta la política y está muy presente. En estos primeros programas, más allá de entrevistar a Esperanza Aguirre, pasamos el día con una ministra [Yolanda Díaz, ministra de Trabajo], he hablado con exministros, expresidentes del Congreso… Osea, con agentes políticos de peso. Porque este programa es un programa de análisis de la realidad, y esta está condicionada y manejada por la política. No nos desprendemos de ella para nada.

El cara a cara entre Albert Rivera y Pablo Iglesias, en 2015, es el Salvados

Nosotros nos vemos ahí, los que no se ven son los políticos. Ese momento también pasó, ahora es muy difícil juntarlos. En la temporada anterior de Salvados hicimos una propuesta, con la que además insistimos mucho, a Pedro Sánchez y a Pablo Iglesias. Fue entre las primeras y las segundas elecciones, y fue imposible. Uno de los dos no quiso. El programa se llamaba Pedro escucha a Pablo, y solo pudo ser Escucha Pablo. Los políticos están cada vez más cerrados en banda a escuchar estas propuestas. A mí me encantaría tener un Abascal vs Casado, y escuchar a uno y a otro libremente diciéndose lo que se tengan que decir, pero sabes que es muy muy difícil. No significa que no lo sigamos haciendo, que no insistamos y no ofrezcamos mil posibilidades para convencerles de que se sienten, pero se hace complicado.

Has comentado también que en la calle ya se te identifica con Salvados, ¿lo has notado también en los entrevistados? ¿Ha habido cambios en la manera de dirigirse a ti, con respecto a cuando estabas en SalvadosEl Intermedio

Poco a poco se va notando, pero no es por mí. Que me hablen ahora a mí significa que en lugar de salir en un reportaje de seis minutos, salen en uno de una hora. No creo que el cambio de actitud tenga que ver con que sea yo. Ellos valoran muchísimo el canal donde van a salir, y en ese sentido sí lo noto. Me dicen que han visto mis programas para ver cómo trabajo, pero lo normal. Al final al sentarte y aceptar una entrevista que dura 20-25 minutos, sabes que va a tener muchas más consecuencias que algo que dura 5 o 6, como un reportaje de El Intermedio.

En primavera, Jordi Évole y tú os juntasteis para arrancar juntos un podcast. ¿Está en vuestra mente trasladar esa unión a la televisión de alguna manera?

Ahora mismo creo que no. Puede que llegue el momento, pero no es algo que esté sobre la mesa. Lo hicimos en el podcast, donde ocupábamos el mismo espacio, pero no hubo ningún programa en el que estuviésemos los dos. Y eso a la tele más o menos se traslada ahora, que compartimos ambos la misma franja en domingo. No es algo de lo que hayamos hablado, no hemos encontrado el motivo que nos lleve a hacer un programa en el que podamos estar los dos.

A lo largo de su historia, Salvados

Ahora mismo, los nombres que barajamos y que creemos que pueden dejar huella son los protagonistas de la actualidad. Tocamos a lo más alto, y hay peticiones de entrevistas a presidentes de los países más poderosos del mundo. Ese trabajo lento y constante para conseguirlas no decae, pero no hay un nombre más allá de la actualidad con el estemos poniendo más carne en el asador para que acepte.

El momento en el que vivimos requiere de un análisis muy actual. Ojalá llegue el momento en el que la actualidad se vaya tranquilizando y podamos pensar en personajes que nos interese entrevistar porque su interés siempre existe, y no estemos dejando de atender algo que le preocupe a la sociedad. En ese sentido seguimos haciendo llamadas, gestionando entrevistas, pero no hay nadie en el que piense especialmente. Cualquiera puede imaginarse los nombres que todo el mundo desea tener delante ahora mismo para poder hacerles preguntas, tanto a nivel nacional como internacional. A esas puertas estamos llamando.

Ojalá podamos verles pronto en Salvados

Y aunque no estén, Salvados seguirá siendo un programa interesantísimo.

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