Entrevista Vertele

Alejandra Andrade vuelve con Fuera de cobertura: “Peligro pasan los reporteros de guerra”

Alejandra Andrade en "El Show de Trump"

Marcos Méndez

Alejandra Andrade vuelve la noche de este jueves a Cuatro con el estreno de la segunda temporada de Fuera de cobertura, un programa de reporterismo que en sus nuevas entregas se abre también a géneros nuevos como un profundo perfil de Donald Trump.

La periodista nos habla de cómo afronta esta nueva etapa, más relajada que en su lanzamiento de la primera temporada, y nos deja claro que aunque lo parezca, nunca ha temido por su vida.

Entre narcos gallegos, el círculo millonario del Presidente de Estados Unidos y la radiactividad de Fukushima, también la preguntamos acerca de la situación periodística en torno a Cataluña, sobre la que es tan clara como discreta.

Avance de la segunda temporada de Fuera de cobertura 360

¿El peligro engancha?

(Ríe). No, el peligro no engancha. Es verdad que desde fuera yo veo los programas y pienso que dónde me he metido, pero nunca he vivido una situación de peligro real, nunca he temido por mi vida. He tenido miedo, pero peligro pasan los reporteros de guerra y fotoperiodistas en zonas de conflicto.

¿Tras esta adrenalina, podrías pasar a presentar un programa en plató?

No, yo necesito estar en la calle. Pero no por el peligro, sino porque me parece que el alma del periodismo está en la calle, y es donde realmente disfruto. Es más, ahora cuidamos más la imagen y las entrevistas, y tengo fritos a mis compañeros porque no me preocupo de la escena, de la luz... a mí me gusta estar en la calle y grabar. Estoy aprendiendo que los reportajes mejoran si cuidamos su calidad.

No me veo en un plató. Cuando vuelvo y estoy en la redacción no lo puedo soportar. Y regreso de viaje, diciendo que no puedo más y con ganas de ver a mis pobres niños y a mi marido, y me tiro un mes sin viajar y ya estoy de los nervios.

¿Cómo valoraste la primera temporada?

Muy contenta. Hicimos un esfuerzo muy grande. Yo estaba preocupada porque era el primer programa con mi productora, volviendo a Cuatro... estaba muy nerviosa. Este año ya hemos trabajado con más calma. Estoy muy satisfecha porque creo que hemos hecho buenos reportajes. Hacer ese tipo de periodismo en el prime time de una televisión no es fácil, y lo conseguimos.

¿Esperas dar un paso más en audiencia, o no te preocupa?

Me preocupaba más el año pasado. Yo soy bastante exageradita y pensaba que haría un 3% y sería un fracaso absoluto. Esta vez me preocupa bastante menos. Al final todos estamos pendientes, porque vivimos de esto, pero estoy contenta con los reportajes. Me gustaría hacer más dato que el año pasado, claro, pero es que el prime time está muy complicado.

¿Qué vamos a ver esta temporada?

Seguimos la misma línea de reportajes periodísticos, muchos de ellos de denuncia, y nos abrimos a otro tipo de contenido como el perfil que hacemos de Donald Trump. Nunca lo habíamos hecho, tiene un guión brillante de Mónica Palomero, y tiene esos accesos difíciles que lo hace 'Fuera de cobertura'. Hemos estado con su socio e íntimo amigo en Miami, que es como un mini-Trump. Es como vivir su vida. Este hombre nos llevó a su Torre Porsche, que para entrar te metes con su Porsche y un ascensor te sube con el coche hasta su salón. Hemos entrado en su club de golf, en su hotel de Washington, hablado con amigos que pusieron el dinero para su campaña... es vivir otro tipo de peligro, el de gente super poderosa.

¿Cómo es vivir la vida de Trump?

Hemos hablado con amigos y con enemigos, y es un círculo de gente super millonaria. Yo he hecho reportajes de ricos, pero esto es muy bestia. Al final, sirve para ver si está Trump dirigiendo el país como dirigía sus antiguas empresas y negocios. También hemos estado con un exconcursante de 'El Aprendiz', el talent con el que triunfó, y dice que Trump es un show, y esto es el show presidencial.

¿Cabría un perfil similar de un político español, o crees que tendría menos interés?

Estaría bien, lo que pasa es que en ese caso lo suyo sería entrevistarles a ellos directamente. En plan “24 horas con Gallardón”, por ejemplo. No sé si lo soñé o lo pensé, pero ir por la M-30 y que de repente se subiera Gallardón y hacerle una entrevista dando vueltas por la M-30, y preguntarle por las camaritas (ríe).

También vais a Fukushima, ¿qué vivisteis?

Ha sido super duro grabarlo, el más duro de todos. Fue en verano, con un calor que te puedes morir, y con el traje que es asfixiante. Como estuvimos en la “zona cero”, no nos dejaban estar mucho tiempo por la radiactividad. Hay pueblos completamente fantasma, y yo que soy muy bruta me quitaba la máscara, y el fixer que nos acompañaba me regañaba. Tuvimos que grabar en 6 días, dormimos muy poco y fue bastante agotador.

¿Mereció la pena el esfuerzo?

Creo que es uno de los reportajes de más orgullo, en la zona con mayor radiactividad del planeta, y al final la historia no somos nosotros que estamos 6 días, sino la gente que vive allí y se queda allí. Es impactante entrar en la región de Fukushima, que es como Andalucía aquí con playas preciosas y hasta los japoneses son más graciosos hablando, y sólo ves sacos y sacos de tierra contaminada, y bidones de agua. Te preguntas qué van a hacer con eso. Es heavy.

Entráis también en los narcos gallegos, que parecen de moda.

El narcotráfico gallego es un tema conocido, y ahora con Narcos se ha puesto de moda, pero yo no he visto ningún reportaje nunca que haya conseguido acceder a una red de narcotraficantes gallegos. Y lo hemos conseguido, tras llevar años detrás de ello. Es muy difícil, y eso es por contactos que tenemos de hace muchos años.

¿Su imagen cambia?

Estos narcos no son glamourosos. Entramos en “la guardería” que llaman ellos, donde guardan la coca hasta que la recogen -porque hemos hecho desde que llegan hasta que la trasladan a Madrid, incluso conociendo a sus socios colombianos-, y le preguntamos a uno qué hacía mientras estaba con tantos kilos de droga, y nos dijo: pues sembrar patatas.

¿En este tipo de reportajes, hay contacto con la Policía?

Creo que aquí está por encima el derecho a la información. Tenemos un cuidado máximo a la hora de grabar, ni las encendemos si no están con pasamontañas, no nos arriesgamos a “luego te la vamos a tapar” porque yo no quiero tener ningún tipo de problema. Yo no les veo la cara, y el contacto puede parecer peliculero pero es real: te citan en el último momento. Cuando estuvimos en Galicia estuvimos varios días sin grabar porque había operaciones policiales, y porque son sitios pequeños en los que una periodista y una cámara llaman mucho la atención.

¿Pero la Policía no se dirige antes o después a vosotros?

Ellos nos lo pedirán, pero nosotros desde luego destruimos todo el material, y yo no le doy al REC a nadie que no esté con un pasamontañas. No sé quiénes son.

¿Qué temas querrías tratar y aún no lo has hecho?

Llevamos tiempo detrás de Maduro, intentando conseguir una entrevista. Lo hemos pedido por activa y por pasiva, y no nos lo dan. También estoy muy sensibilizada y tendría ganas de hacer un tema sobre refugiados... hay muchos, y cada día salen temas nuevos. Temas de mujeres, por ejemplo los abusos de Harvey Weinstein, que debe ser una mínima parte de lo que hay en la industria. Ya hicimos uno de acoso en El Cairo, y creo que podríamos hacer uno aquí.

Con la situación en Catalunya, ¿te ves haciendo un reportaje como zona de riesgo?

Lo de Catalunya yo creo que es mejor hablarlo en la intimidad (ríe), como Aznar. Es un rollo, yo creo que está sacando lo peor de los españoles este tema.

¿Cómo valoras el papel de la TV en el conflicto?

Me encantas Las Mañanas de Cuatro, hacen un periodismo fantástico con información buenísima sin posicionarse en ningún lado. En cualquier caso, me informo más ahora mismo por prensa y por redes, porque tenemos muy poco tiempo por los viajes y el trabajo. Intento ver tele, pero no tanto como quisiera.

La cobertura de TVE, cadena pública, ha sido muy criticada.

Yo tampoco quiero criticar, pero por ejemplo lo que pasó con los incendios en Galicia es impresentable. Que sí, que lo podrían estar dando en el 24H, pero está la cosa muy malita.

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