Entrevista a su creador, Joaquín Oristrell

“HIT se salta los esquemas igual que hacía House con las enfermedades”

HIT - Daniel Grao en el capítulo 1

Laura García Higueras / Pedro Zárate

En el sector televisivo siempre se dice que hay que arriesgar. Y La 1 de TVE arriesga desde la noche de este lunes con HIT, su nueva serie protagonizada por Daniel Grao que ya desde su presentación en el FesTVal de Vitoria dio muestras de ser una sacudida al sistema educativo español.

La apuesta de la cadena pública es clara, y de hecho acompañará su emisión con un programa posterior en el que se analizarán las distintas problemáticas que HIT plantea en sus capítulos.

Aprovechando dicho festival, entrevistamos a su creador y guionista Joaquín Oristrell, que nos habla de cómo la serie quiere chocar directamente con la “educación propia de principios del siglo XX” que tenemos en España, y su principal problema actual: “La educación se hace para que los alumnos tengan trabajos estables, pero ya no los hay”.

Así es 'Hit', el profesor y soldado implacable Daniel Grao en la nueva serie de TVE 360

¿Cómo fue el proceso de documentación para hacer HIT? ¿Hablaste con psicólogos, alumnos y profesores antes de escribir los guiones?

Primero construimos el argumento y luego vimos si era factible que un personaje como HIT trabajara en un colegio. Vimos que en un colegio público era imposible porque hay demasiado control, así que tenía que ser en un colegio privado o concertado y con muchos problemas, porque en la serie se ve cómo se mete la Consejería y demás. En fin, no es fácil llevar un personaje de este tipo ahí.

¿En el caso de 'HIT' es privado o concertado?

Es concertado, pero te encuentras desde la alumna cuyos padres tienen una pizzería, los que tienen un gimnasio, otros que están becados por gente inmigrante… Como la educación es un tema del que todo el mundo sabe no queríamos meter demasiado la pata, aunque siempre es ficción. Por eso fuimos a hablar con una asociación que se llama ANAR y que tiene a psicólogos trabajando los siete días de la semana recibiendo llamadas de chavales. Algunas de ellas espectaculares, como el caso concreto de una niña que llamó desde el baño de su colegio diciendo que se acababa de abrir las venas.

También hablamos con la AMPA y tenemos un asesor, Jesús Niño, que es el Defensor del Profesor. Además, hablamos con profesores de distintos sitios, desde barrios marginales hasta el centro. Y, por supuesto, charlamos con alumnos. En resumen, hicimos un trabajo de documentación para tratar de ser lo más realistas posibles.

¿En cuántas semanas se rodó la serie con el Covid de por medio?

Empezamos el 21 de diciembre, en plenas fiestas de Navidad, porque rodamos en un colegio de verdad. Entonces, teníamos que rodar en época de vacaciones. Nuestra idea era rodar las escenas del patio y las salas grandes durante la Navidad y luego volvimos en Semana Santa para terminar.

En cuanto al colegio, es real. Está cerca de La Elipa y la zona del Cementerio de la Almudena, en Madrid. El gimnasio sí está hecho en plató, en un hangar, que es donde HIT queda con sus alumnos en la primera clase. Y lo demás son escenarios reales a excepción de la casa de HIT, que también es plató.

La serie se rodó en Madrid y alrededores, pero no se hace mención a Madrid ni a ningún sitio en concreto, por lo que puede estar ambientada en cualquier zona de España.

Desde el primer capítulo queda claro que el problema de la educación es el sistema. ¿Tuviste claro desde el primero que querías denunciar esto?

Creo que lo que nos pasa es que tenemos una educación propia de principios del siglo XX. Una educación que tiene más que ver con la evolución Industria que con la revolución tecnológica en la que nos encontramos. Hay quien dice que tiene que haber más ordenadores en los colegios. Y yo no digo que no, pero no es un problema de ordenadores, porque ordenadores y pantallas ya tenemos casi todos, prácticamente.

Creo que el problema es que la educación se hace para que mis hijos ganen dinero, tengan un trabajo estable y prosperen. Pero todo eso ha cambiado. Ya no hay trabajos estables ni empresas en las que trabajas durante toda tu vida. Todo el mundo sabe que estamos en otras circunstancias y que las personas nos tenemos que defender desde otro sentido y, probablemente, crear grupos y crear desde nosotros. No esperar a que el gran banco o la gran empresa venga a darnos un puestazo. Eso ya pasó y pertenece a otra época, así que creo que la educación está escorada todavía en crear obreros o trabajadores para el sistema. Y eso no va. Y de ahí parte la idea no solo de los alumnos y los profesores, sino de toda la serie.

¿Cómo fue la construcción del personaje de HIT? ¿Buscabas un equilibrio entre un personaje que guste y todo lo contrario?

Buscábamos a un tío que montara follón, que fuera controvertido y que no fuera perfecto. Un profesor que hiciera un viaje con los alumnos para ver sus propios problemas y carencias. No queríamos un personaje perfecto, sino uno que fuera controvertido y que tuviera derecho a hacer una serie de cosas. Las cosas que hace HIT no están permitidas. Tú no te puedes meter en las redes sociales de un chaval siendo profesor porque eso es de juzgado de guardia. Él se salta los esquemas, tira para adelante y dice: “Esto es lo que tengo que hacer y voy a por ello”. Igual que House con las enfermedades se iba al paciente y le ponía a parir porque lo que quería era curarle. Y HIT es igual, hace cosas que no debería hacer y que no son políticamente correctas.

Como también pasa con los chavales, poco a poco le vas conociendo y entendiendo más. Sabes qué hay detrás de él y creo que al final acabas empatizando con HIT aunque no estés al 100% de acuerdo con él.

¿Al igual que House, también tiene ese punto desagradable? Porque House era un cantamañas.

Sí, HIT es un 'sobrao', pero si hubiéramos querido que no gustara hubiéramos puesto a un actor feo. Y aquí tenemos a un que está muy bueno. La gracia del personaje es esa. Pero él se define a sí mismo desde el principio reconociendo que es alcohólico y que no es perfecto. Él enseña su enfermedad y es sincero, por lo menos.

¿Tenías algún referente a la hora de crear al personaje, como gente que da charlas y demás?

Sí, nos vimos muchas charlas TED. Desde las de Bill Gates hasta las de muchos profesores que hay aquí. Y luego hay una referencia personal. Hay muchas cosas que dice HIT que a mí me gustaría decirlas en público, pero ni tengo la faculta de decirlas ni me gano la vida así. Me gano la vida escribiendo cosas que creo que hay que escribir. Entonces, darle voz a cosas que tú tienes dentro era algo muy interesante para mí. Y luego queríamos tener a un tío cinco minutos hablando, así que le presentamos como si estuviera en Las Vegas. En un sitio enorme y con pantallazas buscando que no fuera la palabra por la palabra, sino que la palabra fuera acción. Igual en el caso de los chavales.

¿Cómo fue la creación del personaje de Lena (Carmen Arrufat)?

Para mí era el personaje más difícil. A lo largo del desarrollo de la serie tiene un problema que esconde y actúa de una manera muy inteligente con HIT. Aunque no hay malos en la serie ella es la villana, por decirlo de alguna manera, y actúa siempre desde un lugar muy interno. Es decir, le puede. Hay un combate y se necesitaba a una persona como Carmen, que es una actriz muy buena y que razona mucho.

Cuando habla yo veo lo que pasa por su cabeza. Se nota todo su proceso hasta llegar ahí. Y era muy difícil encontrar esto en una actriz tan joven, pero ella ya venía de la experiencia de La Inocencia, no en vano fue finalista en los Goya, porque ahí ya ves que ella es muy buena. Pero, claro, este papel era muy distinto. Muy distinto. Pasaba de una chica casi naif e ingenua a una chica que es todo cerebro. Si esto fuera Harry Potter ella sería Voldemort.

Además, hay algo que ella no había hecho nunca y que es muy difícil, que es conservar un raccord emocional en 10 capítulos que teníamos muy abiertos. Es decir, rodábamos el quinto, luego el tercero y al día siguiente otro por los decorados del colegio.

¿Cómo ha sido el viaje de la propia serie? ¿Se planteó siempre para TVE o existió la opción de que la comprara alguna cadena privada?

Yo creo que es una serie para una televisión pública, pero quizá la forma en que está rodada y hecha es más de plataforma. Es decir, la serie tiene un punto más heavy y la fotografía es más dura con estos verdes que tiene que hacen que parezca una fotografía como más publicitara e industrial, pero era la apuesta que quería TVE. Entonces, si yo tengo que elegir, prefiero que esté en una televisión, como yo digo, de todos.

Evidentemente, si te vas a Netflix es el copón porque te ve todo el mundo y tal, pero ya llegará. De momento, es una serie para la televisión pública y nuestro interés es que sea para la televisión pública. Luego ya veremos lo que pasa, pero de entrada me parece que es bueno que sea la apuesta de TVE aunque lleguemos a un sitio que sabemos que es un riesgo, porque las audiencias son bajas y tienes que luchar contra un público que está un poco perdido y repartido por otros sitios. Pero vamos a luchar.

¿Qué viste en otras series juveniles españolas para lanzaros a hacer 'HIT'?

Presentamos este proyecto a TVE por primera vez, y también a Antena 3, en paralelo a la salida de Merlí. Ni conocíamos a Merlí ni Merlí nos conocía a nosotros. Y hubo momento de “ay ay ay, a ver si nos estamos metiendo en el mismo sitio”, pero debo decir que cuando vi el primer capítulo de Merlí me quedé muy tranquilo y ya no quise ver más porque no íbamos a empatizar con ella. Y luego series como Élite o SKAM, que me parecen estupendas, creo que pertenecen a géneros distintos, porque son series muy para adolescentes, para gratificar a los adolescentes y para que se sientan guays. Que no es que no sea interesante, pero nosotros tenemos otras características.

Y con Merlí yo siempre pongo el mismo ejemplo, de romanos es Ben-Hur, pero también Espartaco. Y son muy distintas. Pues esto igual.

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