Análisis Vertele

Por qué actuar los segundos en Eurovisión es un drama como un piano (con fuego)

Por qué actuar los segundos en Eurovisión es un drama como un piano (con fuego)

Marcos Méndez

La gran final de Eurovisión 2018 de este sábado 12 de mayo ya está preparada. Tras la segunda semifinal celebrada este jueves, los 26 países que actuarán en la cita más esperada del Festival están listos, y ya conocen en qué posición les ha tocado actuar.

El orden fue sorteado de madrugada, una vez se conocieron todos los finalistas, y ha deparado que los representantes españoles Amaia y Alfred suban al escenario del Altice Arena de Lisboa (Portugal) en segunda plaza, sólo por detrás de Ucrania.

Una posición que, como ya hemos recogido, nunca ha sido muy halagüeña para los países que la han defendido, y que además como analizamos a continuación, en el caso de España este año llegará flanqueada por dos apuestas radicalmente distintas.

La historia eurovisiva no favorece a la segunda posición

Ningún ganador de Eurovisión ha actuado en la segunda posición de la gala final. Es más, ningún país que se ha subido segundo al escenario del Festival ha conseguido entrar en el top-5 definitivo.

El tópico de que actuar muy al principio de la final de Eurovisión perjudica el resultado encuentra en la segunda plaza un ejemplo perfecto. De hecho, hasta en tres ocasiones el país que defendía su apuesta en esa posición ha acabado con cero puntos (Bélgica en 1962, Países Bajos en 1983 y Noruega en 1978).

Si hablamos sólo de representantes españoles, en dos ocasiones han actuado en esa segunda posición. La primera vez fue el grupo D'Nash en 2007 (que acabó en 20ª posición) y la segunda Daniel Diges en 2010 (que quedó el 15º).

Para mantener algo de optimismo, cabe decir que en el año 2011 Irlanda actuó en segunda posición con Sjonni's Friend y su tema “Coming Home”, y logró acabar en una meritoria sexta posición del Festival, lo que demuestra que pese a actuar tan pronto también puede acabarse muy arriba en la clasificación.

Amaia y Alfred, flanqueados por dos grandes shows

Fijándonos particularmente en España en Eurovisión 2018, la actuación de Amaia y Alfred no sólo llegará muy al principio del Festival, sino que será la primera canción “lenta” del mismo y estará flanqueada tanto antes como después por dos shows que apuestan por el espectáculo.

Antes, en primera posición, abrirá la final el representante de Ucrania Melovin con su tema “Under The Ladder”. Tiene una espectacular puesta en escena que arranca con él saliendo de un piano-ataúd y levantándose cual Drácula, deja luego ver sus lentillas a lo Marilyn Manson mientras se despoja de su chaqueta, y acaba con las escaleras ardiendo mientras él tocando el piano rodeado por llamaradas de fuego.

Después, en tercera posición, será el turno de la cantante de Eslovenia Lea Sirk con su canción “Hvala, ne!”. En su caso, la eslovena presenta un espectáculo de baile y coreografía del que participa ella misma y que desarrolla por todo el enorme escenario del Altice Arena, moviéndose por las pasarelas y llegando a “parar” su actuación para pedir el aplauso del público al compás de su ritmo mientras la escenografía apuesta por un espectacular juego de luces.

Entre medias de esos dos shows, la delegación española ha preparado una actuación mucho más intimista y austera, apostando por el total protagonismo de Amaia y Alfred sobre la puesta en escena. A nivel de ritmo, servirá por tanto de valle entre los picos de los dos grandes espectáculos de Ucrania y Eslovenia, y será como decimos la primera canción “lenta” de la final.

Además de esto, se ha dado otra casualidad que podría perjudicar a Amaia y Alfred. En cuarta posición actuará Lituania, con la cantante Ieva Zasimauskaitė y su tema “When We’re Old”, que presenta una historia similar a la de España, y con una puesta en escena que ha sido incluso tomada como ejemplo de lo que la delegación española debería haber preparado, usando el “puente” del escenario para el encuentro de la pareja. Será la segunda canción “lenta”, y si su presentación conecta más con el público que la de “Tu canción”, los votos podrían premiar más a los lituanos y restar a los españoles.

España, contra la maldición y su contexto

También para mantener el optimismo en el papel de España, hay que recordar que hace tan solo un año Salvador Sobral ganó con una apuesta muy intimista y personal a la que precedió el gran espectáculo de luces que propuso la danesa Anja con “Where I Am” y siguió la puesta en escena más alternativa de todo el Festival que propuso la azerbayana Dihaj con “Skeletons”.

Se trata de un contexto similar al de España este año, que no impidió que Salvador Sobral ganase Eurovisión 2017. Eso sí, en su caso actuó en 11ª posición, poco antes del descanso de mitad de gala (entre el 13º y el 14º), y por tanto tampoco fue la primera canción “lenta” de la final.

Amaia y Alfred tendrán que luchar este sábado no sólo contra la “maldición” de esa segunda posición que les ha tocado defender, sino también contra unas circunstancias propias de su final que podrían hacer que su puesta en escena quede olvidada entre dos de los espectáculos más grandes de Eurovisión 2018.

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