Especial

'Falcon y el Soldado de Invierno', un Marvel más convencional pero con buena pegada entre la crítica

Anthony Mackie en 'Falcon y el Soldado de Invierno'

Pedro Zárate / Lorenzo Ayuso

Bruja Escarlata y Visión habían puesto el listón alto para el aterrizaje de Falcon y el Soldado de Invierno, la segunda serie con la que el Universo Cinematográfico Disney se expande a través de Disney+. Tras la refrescante propuesta que supuso aquella, terminada hace escasas dos semanas, llegan los dos arqueros del Capitán América, interpretados por Anthony Mackie y Sebastian Stan, ahora unidos en un mundo sin el gran adalid de la libertad pero con viejos conocidos haciendo el mal.

Malcolm Spellman, guionista principal, y Kari Skogland, directora en solitario de los seis episodios, son los máximos responsables de una producción que, nos queda claro, vuelve sobre terreno familiar para quienes han seguido con atención el desarrollo audiovisual de la Casa de Ideas, después de que su inmediata antecesora removiera los cimientos de la realidad conocida hasta la fecha. No obstante, las primeras impresiones de la crítica no indican que haya menos entusiasmo al aplaudir esta nueva propuesta.

Aunque se restrinja a esta primera hora de contenido, parece haber un aplauso generalizado a lo que tiene por ofrecer esta propuesta. Aunque, para resumir esas cualidades y, también, para medir las expectativas sobre lo que está por delante, nadie mejor que nuestro experto en ficción superheroica, Pedro Zárate. Tras el optimismo que dejaba el cierre de la historia en solitario de Wanda Maximoff, a su juicio, las nuevas aventuras de Sam Wilson y Bucky Barnes parecen confirmar al menos a priori que Marvel mantiene el cauce.

Un Marvel más convencional pero más dramático, por P. Zárate

A diferencia de Bruja Escarlata y Visión y sus tres primeros episodios en clave sitcom, el arranque de Falcon y el Soldado de Invierno es mucho más convencional dentro los estándares del Universo Cinematográfico Marvel. Aun así, su combinación de drama y acción esconde los dos mismos propósitos que la “comedia-luego no tan comedia” de Elizabeth Olsen. Por un lado, servir como vehículo de lucimiento para personajes hasta ahora secundarios dentro del MCU -Sam Wilson y Bucky Barnes en este caso-. Y por el otro, explorar el lugar que estos mismos personajes ocupan en el mundo tras los acontecimientos de Vengadores: Infinity War y Vengadores: Endgame.

La trepidante secuencia aérea inicial a cargo de Falcon hará las delicias de los más fans del tono superheroico de esta clase de producciones, aunque este primer episodio, como episodio de presentación que es, dedica la mayor parte de su metraje simplemente a colocar a Sam y Bucky en su nueva situación vital tras la derrota de Thanos. Una en la que deben afrontar las duras consecuencias que el chasquido del Titán Loco ha tenido en ellos y en su entorno mientras una nueva amenaza se cierne sobre la humanidad.

Del tamaño de esta amenaza y del juego que dé su pareja protagonista -por separado en este primer episodio- dependerá en gran parte que Falcon y el Soldado de Invierno cumpla de forma satisfactoria lo que invita a pensar tras su arranque: que estamos ante una serie “más Marvel” que Bruja Escarlata y Visión y más dramática que la media de producciones de Marvel Studios. Veremos si también estamos, a raíz de sus protagonistas y el tono thriller que presumiblemente asomará en próximos capítulos, ante una secuela espiritual de la magnífica Capitán América: El Soldado de Invierno. Eso sería una buenísima noticia.

Beneplácito mayoritario de la crítica

Esa hipótesis que se plantea es compartida por los medios anglosajones que han podido ver también el primer episodio. De acuerdo a los dos principales agregadores de críticas yanquis, los números que maneja Falcon y el Soldado de Invierno son parejos a los de Bruja Escarlata y Visión: un 96% de reseñas positivas en Rotten Tomatoes, con una nota media de 7,2/10, de entre el más de medio centenar de textos contabilizados; y un 72/100 en Metacritic sobre una muestra más reducida, 13 críticas. Comparemos los números con el 91% y el 77/100 que mantiene la antecesora en el tiempo en las mismas páginas.

Estos notas aluden al primero de los seis episodios que componen la primera temporada, lo único que por el momento se ha permitido ver a la prensa de esta nueva propuesta. Lo cierto es que las sensaciones generalizadas destacan las mismas cualidades ya expuestas: una serie más cercana al Marvel más familiar, sin riesgos, pero muy efectiva en su planteamiento.

Benjamin Lee, de The Guardian, define esta primera hora de metraje como “una extensión de Los Vengadores que satisfará al núcleo duro de fans pero que proporciona a un suave punto de partida para todos aquellos menos versados [en el MCU], una señal alentadora de lo que está por venir”. Reconoce que tendrá menos impacto que el atesorado por Bruja Escarlata y Visión en redes, pero realza la habilidad probada de la Casa de Ideas para asegurar un entretenimiento de gran escala, especialmente en momentos en los que los blockbusters eficaces escasean ante la imposibilidad de experimentarlos en cine por la pandemia del coronavirus.

Sobre esto mismo versa el texto de Ben Travers para Indiewire: “Su misión es replicar el éxito de las películas para la gran pantalla en las pantallas más pequeñas de casa”, dice, “y su primer episodio no se desvía del plan”. En su caso, sitúa a Falcon y el Soldado de Invierno entre lo que las franquicias individuales de Iron Man y Capitán América tenían que ofrecer.

Tanto Mackie como Stan salen bien parados del primer envite, a juzgar por estas impresiones preliminares: el primero “hace más en los primeros cinco minutos de su propia serie que lo que ha podido hacer antes en las películas”, afirma Paul Bradshaw (NME), mientras que el segundo ha abandonado su aura de “Robocop deprimido” dándole profundidad en “una serie de escenas inteligentemente escritas que lo establecen con antihéroe y como complemento de la honestidad de Falcon”.

Y si hablamos de interacción entre ambos, y de las implicaciones de contar con Sam Wilson como relevo de Steve Rogers, Jacob Hall hace un apunte pertinente en Slash Film: se intuye en este comienzo un interés por abordar problemáticas raciales muy vigentes en la sociedad estadounidense contemporánea, algo en lo que, según Spellman, el showrunner, Falcon no tendrá miedo en ahondar. “¿Puede esta serie tratar sobre las ansiedades singulares sobre la vida en 2021 a la vez que funcionar como una confortable y familiar pieza de entretenimiento Marvel?”, se pregunta, y nos preguntamos nosotros. Por de pronto, la promesa de un producto con interés sobrevuela.

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