Fayna Bethencourt, sobre las amenazas de muerte del Yoyas: “Algo me dice que un día saldré en el Telediario”

Paula Hergar

Fayna Bethencourt se sentó en Viajando con Chester agradeciendo a Risto Mejide la oportunidad:Gracias por darme voz, por dejarme contar mi historia, que es la de muchas. No quiero olvidar porque no quiero olvidarme de las que siguen donde estaba yo antes”, empezaba diciendo en la entrevista.

La invitada habló de la dura situación que vivió y que sigue sufriendo al ser víctima de maltrato por parte de su expareja, Carlos Navarro 'el Yoyas', que ahora se encuentra fugado de la justicia. “Es importante hablar. Lo que se queda oculto es como meterlo en un cajón y que se pudra dentro”, señaló.

Empezó recordando cómo se conocieron en Gran Hermano: “No me enamoré de su parte agresiva que vio la gente desde fuera, me enamoré de un tío que me hablaba muy bien de su familia, que ayudaba a las señoras mayores de su barrio con la compra. Pero también me parecía atractiva su parte de rebelde sin causa, el tío de barrio que no había conocido el amor verdadero. Tenía ese complejo de salvadora”.

Recordó que su relación empezó al revés que las normales: “Estuvimos 17 días juntos de convivencia. En la jornada 15 fue cuando hizo algo por lo que le expulsaron. Teníamos un rollo muy sexual y él era bastante bruto, tuvo un par de gestos feos. Nunca lo interpreté como una agresión. Por eso me llevé la sorpresa cuando nos reúnen y se le expulsa y yo le defendí”.

Al salir, ella se fue a vivir con él y ahí empezó su aislamiento de su familia, de sus amigos: “En las relaciones de maltrato una de las primeras cosas que hacen es aislarte”. Para no tardar en aparecer el monstruo: “Cruzábamos una calle y yo al responder una cosa me apretó tanto la mano que me puse a llorar. Fue el primer toque físico. Sentí vergüenza. También eran pisotones, apretones... ”

Su faceta profesional la eliminó: “Yo pasé a que 'el de la tele soy yo, el Yoyas soy yo', me decía. Me quedé recluida. Y más cuando me quedé embarazada. Cuando pasamos fatigas económicas me prohibió trabajar”. Momento en el que ya las agresiones físicas eran más graves: “Me agarraba del cuello o me retorcía extremidades. Ya no son tanto las agresiones físicas y el dolor, es el miedo que pasas”.

Fueron 16 años los que aguantó: “Cuando salí de esa relación, me costó mucho verbalizar que era una mujer maltratada”. Cuando le denunció por primera vez: “La retiré porque él me lo pidió, por pena, porque era el padre de mis hijos y quieres acabar bien”. Pero después llegaron los audios de whatsapp con amenazas. Al bloquearle le llegaban a su hija y cuando fue a denunciarle de nuevo, apareció en Canarias y la policía le arrestó.

Es cuando le condenan, por todas las pruebas que ella aporta y él se fuga: “Yo al principio estaba tranquila por la distancia geográfica, pero con el paso del tiempo cada vez estoy menos tranquila porque no sé dónde está. Él me decía muchas veces que le daba igual ir a la cárcel por acabar conmigo y con mi padre. Me ha amenazado tantas veces con matarme que ¿qué se lo impide? Nunca estaré segura mientras esté por la calle”, lamentó.

Para acabar confesando el miedo que vive en ella: “Yo pude salir, pero me he visto que iba a acabar como las del telediario. Y lo peor es que todavía hay algo dentro de mí que dice que puedo acabar ahí. Que un día sea Fayna Bethencourt la que esté en el telediario”, explicó horrorizando a Risto que aseguraba que ha fallado la justicia y que le hemos fallado como sociedad.