Estreno el 8 de noviembre

'FBI': trepidante investigación criminal firmada por un clásico de la TV americana

Los actores  Zeeko Zaki y Missy Peregrym en una escena de 'FBI'.

Xavi Ester

Dick Wolf (Ley y order) es uno de los más exitosos cultivadores de la creación de series entendida a la manera clásica, como una labor de diseño de una propuesta sólida, con personajes atractivos y tramas sugerentes. Todo ello para conseguir que el espectador desee reencontrarse de nuevo, cada semana, con nuevas historias. Y usando siempre las dosis justas de evolución narrativa para mantener el interés de los fieles y, a la vez, no poner obstáculos al público nuevo o casual que se pueda acercar al programa.

Wolf lleva más de treinta años en el oficio, y debutó con otro gigante de la ficción catódica. Si el desaparecido Steven Bochco (Policías de Nueva York) elaboró sus primeros guiones trabajando para otros showrunners como William Link (Columbo, Se ha escrito un crimen), Wolf comenzó a despuntar como guionista de una de las obras más recordadas de Bochco: Canción triste de Hill Street. Después vendrían sus contribuciones a la ochentera Corrupción en Miami y el inicio de su gran vuelo en solitario: la serie Ley y orden y sus diversos spin-offs.

Con permiso de su cuarteto de series ambientadas en Chicago (iniciada con Chicago Fire), Ley y orden ha sido el mayor éxito y la mayor dedicación de Wolf: seis series que suman 53 temporadas y más de 1.000 episodios. Estas llamativas cifras superan a la otra gran franquicia de la ficción policial moderna, C.S.I.

De hecho, las 20 temporadas alcanzadas tanto por Ley y orden (1990-2010) como por Ley y orden: Unidad de Víctimas Especiales (desde 1999) suponen un récord. Son las ficciones dramáticas más longevas de la historia de la televisión norteamericana, junto con el western La ley del revólver (1955-1975). Wolf tiene, por tanto, un historial de eficacia comprobada en un desafío: conservar la fidelidad de la audiencia mediante historias de trabajo policial.

FBI: una unidad con liderazgo femenino y dosis de empatía

Wolf emprende una nueva aventura con FBI. Su autor hace así un guiño al pasado familiar: ha declarado que el ídolo de su niñez fue su tío agente federal. El homenaje tiene visos de éxito, porque el showrunner ha diseñado un nuevo artefacto de precisión, un rodillo narrativo de ritmo infatigable, tan efectivo como los investigadores y técnicos que lo pueblan.

Los operativos sobre el terreno y las escenas de acción se alternan con diálogos veloces, trabajo de investigación siempre a contrarreloj y algunos momentos de espera tensa. A pesar de la constante lucha contra el tiempo, los personajes tienen un mayor respeto a la ley y los protocolos que el llanero solitario Jack Bauer de 24. Los miedos posteriores a la irrupción de al-Qaeda o el autodenominado Estado Islámico se combinan con tramas de delincuencia por motivos económicos. Y también aparece el fantasma del supremacismo blanco.

En la serie, un amplio grupo humano combate el terrorismo o el tráfico de personas con métodos psicológicos (interrogatorios tensos, definición de perfiles de sospechosos) y tecnológicos (drones, software de reconocimiento facial...). Todo este equipo coral que incluye forenses e informáticos está liderado por la racionalísima Dana Moiser, interpretada por Sela Ward (C.S.I., House). Destaca un dúo de agentes: Maggie Bell es una joven viuda tan competente en su desempeño profesional como sensible; Omar Adom es un estadounidense de origen árabe, más seco, quizá marcado por su experiencia como infiltrado en entornos extremistas.

Maggie parece imponerse como protagonista principal, sea por las intenciones de sus creadores o por el sugerente trabajo de la actriz que la encarna, Missy Peregrym (Reaper). Su personaje subraya que estamos ante un procedural que quiere cuidar el aspecto humano. Además de neutralizar amenazas, la agente quiere contribuir a reparar los efectos psicológicos que estas han causado en algunas víctimas.

A pesar de que dominan las tramas autoconclusivas, las tramas que se desarticulan en un solo capítulo, surgen las preguntas sobre el futuro de los personajes. ¿La empatía de Maggie podrá ser compatible con un trabajo en el que tiene que enfrentarse cotidianamente a la muerte y al dolor? ¿Omar se acercará a la sensibilidad de su compañera o ganará terreno su lado más duro? ¿Emergerá el recurso de la tensión amorosa entre el dúo? Los espectadores de TNT podrán descubrirlo a partir del jueves 8 de noviembre.

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