¿Volvemos a la esencia de la primera edición?

Los fichajes poco ilusionantes de Operación Triunfo 2017

Los fichajes poco ilusionantes de Operación Triunfo 2017

Desde que TVE anunció que Operación Triunfo volvería a la televisión, 6 años después de su despedida, son muchas las expectativas creadas.

El talent de Gestmusic marcó a toda una generación, rompió audímetros y nos dejó como herencia a muchos artistas de primer nivel.

Por ello, el regreso del formato está generando un interés desmesurado y cada nuevo detalle que se hace público lo recibimos como agua de mayo. ¿Pero las noticias sobre su vuelta están saciando las altas expectativas?

Muchos responderían que no, y así lo han hecho en las redes, ya que los fichajes anunciados parecen no estar a la altura de lo que muchos imaginaron para este regreso.

De Mercedes Milá a Roberto Leal y de Chenoa a Noemí Galera

En cuanto al presentador, se había especulado con monstruos televisivos maestros del directo de la talla de Mercedes Milá, Mariló Montero y algunos hasta le daban una segunda oportunidad a Carlos Lozano.

En cambio, TVE y Gestmusic han preferido a un rostro de la pública menos mediático como el de Roberto Leal.

La mesa del jurado estará encabezada por una Mónica Naranjo que fue la primera en confirmarse y la más impactante, mientras que sus otros dos compañeros, Joe Pérez-Orive y Manuel Martos, son casi desconocidos por el gran público.

De la misma manera, las redes clamaban a Chenoa para dirigir la Academia, algunos hasta ya habían nombrado a Rosa López para tal cargo, pero finalmente ha sido la discreta Noemí Galera la elegida.

¿Una estrategia para recuperar la magia de OT1?

Unas apuestas que podrían parecer “low cost” y que, seguramente, muchas de ellas responderán al presupuesto limitado con el que trabaja la productora. Pero que, de alguna manera, cobran todo el sentido al recordar las palabras de Tinet Rubira: “Queremos volver a la esencia del primer OT”.

En aquella primera edición el brillo estaba reservado unicamente a los concursantes, casi ni recordamos a un jurado que se mantuvo en un segundo plano, y el presentador (aunque indispensable) era un mero mediador entre el público y los protagonistas.

En aquella primera edición también descubrimos a una talentosa Nina, tan dura como emotiva, y a un Ángel Llácer que ponía el toque de humor necesario.

Por lo que, OT 2017 no solo promete devolver el protagonismo a los concursantes, sino que se guarda la baza del descubrimiento de nuevos rostros televisivos dentro de esa nueva Academia que tantas ganas tenemos de ver.

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