Crónica de la gala en TVE

Giro histórico de 'Masterchef', con un nuevo aspirante médico al que detuvo el Covid para suplir a su expulsada

Nando y Jose, en 'Masterchef 9'

Paula Hergar

Después de seis programas, Masterchef 9 dio la oportunidad de incorporarse al talent a dos sanitarios que se quedaron a las puertas del casting por culpa del Covid. Tras un cocinado complicado, solo fue uno de ellos el que se ganó el delantal blanco de aspirante oficial.

Paralelamente, Pepe Rodríguez, Jordi Cruz y Samantha Vallejo-Nágera decidieron que María debía abandonar las cocinas, en un giro inesperado para muchos ya que era una de las favoritas.

Todo ello en una entrega en la que cocinaron en parejas, viajaron a Barcelona para elaborar un menú de alimentación sostenible frente a Ada Colau y elaboraron platos con diferentes técnicas de cocina.

Primera prueba con las enemigas íntimas trabajando juntas

Para la primera prueba de la noche los aspirantes trabajaron por parejas: María y Ofelia, Dani y Toni, Amelicious y Fran, Pepe y Meri, Jiaping y Arnau que se relevaron al frente de los fogones. Cada pareja preparó cuatro tapas de diferentes países: Italia, China, Japón, México, Marruecos o España. Y cada bocado fue acompañado por un pan casero.

Toni y Dani, que se compenetraron bien durante el cocinado, presentaron una tortilla deconstruida “sin pegas”, una tapa japonesa de “suficiente” y una mexicana con “muchos defectos”. Pepe y Meri recibieron quejas por el estado de su cocina pero aseguraron haber “canalizado bien los nervios” de trabajar juntos. Sus cuatro tapas se llevaron críticas por “no estar crudas, lo siguiente” y haber hecho un “muy mal trabajo que les llevaba de camino a la salida”.

Cuando llegó el turno de María y Ofelia, ambas confesaron haberse llevado mal por la autoridad de una y los gritos de la otra. De sus cuatro elaboraciones solo salvaron una y las tildaron de “trabajo mediocre fruto del mal rollo que tenéis”, aseguró Jordi. En cambio, Amelicious y Fran aseguraron haberse entendido a la perfección, algo que se trasladó a sus tapas de las que solo habían fallado en la española. La cata la finalizaron Jiaping y Arnau con un cuarteto de tapas que no convenció.

Por todo ello, los jueces señalaron a Amelicious y Fran como la mejor pareja.

Prueba de exteriores con Ada Colau como comensal

Los aspirantes y el equipo se trasladaron al Mercat de Sant Antoni, en Barcelona donde los chefs Oriol Castro y Mateu Casañas (dos estrellas Michelin) les enseñaron cómo comprar de manera sostenible y cómo diseñar el menú que degustarían 80 colaboradores. Entre ellos, la alcaldesa Ada Colau que aseguró que estaba trabajando en que la comida sostenible fuera cada vez más extendida en la ciudad.

Amelicious fue la capitana del equipo azul formado por Jiaping, Toni, Pepe y Ofelia, mientras Fran hizo lo propio con los delantales rojos que eran Dani, María, Meri y Arnau. El cocinado fue algo desastroso por hornos apagados que no cocinaban, falta de organización con el tiempo y rifirrafes entre ellos. Aún así lograron sacar los platos y dejar satisfechos a los comensales.

Colau les dio el aprobado a los aspirantes pero los jueces criticaron la capitanía oscilante de Amelicious aunque con un buen resultado final para el equipo azul. En cuanto al equipo rojo, Fran les “encantó” por su gen “pendiente de todo”, con un menú por encima de sus posibilidades. Así como el resto de sus compañeros. Y, aunque podrían empatar ambos equipos, la precisión del menú fue más acertada por los azules.

De la expulsión de María, a la bienvenida de Jose

Fran, Dani, María, Meri y Arnau entraron con los delantales negros para cocinar en dos fases. En la primera parte, demostraron al jurado que controlaban a la perfección tres técnicas de cocina básicas para cualquier chef: gratinar, cocinar al vapor y cocción al vacío. En 30 minutos hicieron un plato libre con los ingredientes escondidos bajo las campanas y usando obligatoriamente una de esas tres técnicas.

Con el tiempo de cocinado llegado a su fin, empezó la cata: Dani hizo unas verduritas “al dente con un emplatado bonito y una idea buena”. Fran entregó un “venado al vacío” con una buena cocción, correcto y con una actitud que aplaudieron los jueces. Turno de María que apostó por un pollo guisado, que criticaron por faltarle la técnica del vapor. Arnau hizo un gratinado de pescado que le enseñó su abuela pero que a él no le quedó tan bien, ya que lo definieron como “una papilla densa”. El mejor fue Dani, así que subió al balcón y el resto continuó cocinando.

Pero no estuvieron solos, también invitaron a dos de los aspirantes que se quedaron a las puertas por el coronavirus: Nando por dar positivo y no poder asistir al último casting y Jose por contagiarse de Covid y, cuando pudo reincorporarse al programa, era la tercera ola y prefirió seguir trabajando en el hospital.

Ambos tuvieron que ganarse su delantal de aspirante oficial en una prueba en la que tuvieron que cocinar, junto al resto, con una de las técnicas: a Fran le tocó ahumar, a Meri cocinar con baja temperatura, a María elaborar con la técnica de gelificar, a Arnau nitrogenar, Nando gasificar y José esferificar.

Empezó la cata con Jose que entregó un plato que “no era de principiante”, Meri presentó un salmón “equilibrado y rico”, Fran hizo lo propio con su plato ahumado “justito”, María entregó una elaboración que demostraba una “involución por la calabaza cruda”, Arnau apostó por un postre demasiado “junior” para el nivel exigido.

Por todo ello, los jueces decidieron que Jose merecía su delantal de aspirante oficial y que “el aspirante que no continúa en las cocinas es María”. Una decisión que sorprendió a los compañeros, quienes veían en ella una de las favoritas. Aún así, Pepe le propuso trabajar con él: “Las puertas del Bohío siempre estarán abiertas para ti”, dijo.

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