Una serie para los amantes del suspense

El caso real que inspiró 'Los asesinatos del Valhalla', el éxito escandinavo de Neflix de esta cuarentena

El caso real que inspiró 'Los asesinatos del Valhalla', el éxito escandinavo de Neflix de esta cuarentena

Redacción / Europa Press

Los asesinatos del Valhalla se ha convertido en uno de los títulos que están triunfando en Netflix durante la cuarentena. Este thriller escandinavo, procedente de Islandia, ha conquistado al público gracias a una turbia trama relacionada con asesinatos en serie y un crimen sin resolver que sale a la luz 30 años después. Creado por Thordur Palsson, lo que muchos espectadores desconocen es que la hipnótica ficción está inspirada en casos reales.

Para quienes no conozca la serie, Los asesinatos del Valhalla es una producción islandesa que se emitió originalmente en su país en la cadena pública RÚV, aunque ha sido su llegada a Netflix lo que la ha convertido en un éxito internacional.

La ficción narra cómo Arnar (Björn Thors), un inspector que vive en Oslo, vuelve a su Islandia natal, de la que se marchó tras vivir experiencias dolorosas que le marcaron de por vida. El motivo de su regreso es ofrecer ayuda a la agente Kata Eligsson (Nína Dögg Filippusdóttir), que está investigando unos terribles asesinatos en serie que están causando el terror en Reikiavik y que están relacionados con una fotografía que les lleva al Valhalla, una institución en la que, 30 años atrás se cometió un terrible crimen que quedó sin resolver.

Durante la promoción de la ficción, Palsson reveló que fue un terrible caso real lo que le inspiró para crear la serie. Con lo cual, Los asesinatos del Valhalla no narra hechos que hayan sucedido realmente pero sí toma como referencia una de las historias más oscuras y turbias de la crónica negra islandesa.

La ficción toma como referencia lo ocurrido a finales en un reformatorio juvenil llamado Breidablik, situado en la región de Vestfirdir, los Fiordos occidentales, situados en el noroeste del país. La institución, creada a finales de los años 40, fue investigada después de que varios de sus internos, menores entre 7 y 14 años, recibiesen brutales palizas, vejaciones y abusos sexuales, entre los años 50 y 70.

Un crimen de terribles consecuencias

Clausurada la institución en 1979, las víctimas, siendo ya adultas, recibieron una compensación del gobierno islandés en 2007, después de que un comité designado por el primer ministro del país, Geir H. Haarde, reabriese el caso e investigase lo que sucedió en ese centro de menores. Según un estudio realizado por Gísli Gudjónsson, profesor emérito del Instituto de Psiquiatría del King's College de la Universidad de Londres, el 75% de los niños que fueron víctimas de los abusos perpetrados en Breidablik acabó convirtiéndose en delincuentes.

Se trata de uno de los casos más espeluznantes de la crónica negra islandesa y su influencia en la ficción es innegable, especialmente por la conexión entre criminales del presente y los abusos perpetrados en una antigua institución para menores (cuyos nombres hacen referencia a la mitología nórdica, Valhalla es el majestuoso salón en la ciudad de Asgard, que es gobernada por el Dios Odín, mientras que Breidablik era el séptimo de los doce lugares esenciales de Asgard, en el que sobresalía un palacio de techos de oro).

No obstante, cabe recordar que lo narrado por Palsson es completamente ficción pese a inspirarse en terribles hechos reales. Eso sí, tanto el suceso de referencia como la serie en sí provoca escalofríos y han captado la atención el público en Netflix, que la ha colocado como uno de los grandes éxitos de esta temporada de confinamiento mundial a causa del coronavirus.

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