“Hoy vamos a hacer la prueba más peligrosa de la historia de El Hormiguero” anunciaba Marron al arrancar la entrega de este miércoles, mientras Pablo Motos asentía nervioso.
El reto consistía en que dos pilotos, Walter y Vanesa, conducirían dos coches en paralelo, para coger velocidad y ponerse en fila uno detrás de otro a unos 50 km/h… “pero ya sabéis que la distancia total del parking es de 65 metros…un poco justo, contando con que luego tienen que frenar a tiempo si no quieren estamparse contra el muro del fondo”, señalaba el colaborador.
Lo más espectacular de la prueba llegaría cuando en mitad del recorrido se colocaría Miguel, un especialista, en una estructura vertical a 2,25 metros de altura, para esperar que los automóviles chocaran contra ella y él hacer un salto mortal hacia atrás en ese momento. Todo ello en una coordinación extrema que le hiciera caer en un tatami cuando los coches ya hubieran pasado.
“Solo lo hemos probado una vez y para que no se fatigue, la segunda y última será en directo”, advertía el presentador que daba paso al reto. Tras unos segundos de preparación, por parte de los pilotos y del especialista, todos se pusieron en marcha y lo hicieron a la perfección.
“¡Ha sido brutal, Miguel!”, exclamaban las hormigas. Mientras Motos le miraba extasiado: “¡Ha sido increíble, esta heoricidad en directo! Ha sido extraordinario, Miguel”, añadía.
Y el protagonista aseguraba haber “disfrutado mucho más que el anterior, es algo increíble de vivir. Espero que desde casa lo hayan disfrutado. Llevo un par de días ensayando y ha valido la pena la adrenalina. Me llevo esto para contarlo”.