En su cuarta temporada

'El jefe infiltrado' regresa cargado de lágrimas entre los empleados

El jefe infiltrado (laSexta)

Ayer jueves regresó 'El jefe infiltrado' a laSexta con su cuarta temporada. En su vuelta, el programa vivió algunos momentos muy tensos cuando Marcos Rodríguez, el dueño de 'Quesos El Pastor', una de las empresas queseras más importantes de España se convierte en 'El Jefe Infiltrado' para conocer de primera mano lo que ocurre dentro de su compañía.

Marcos Rodríguez acompañó a Nino, el maestro quesero de la fábrica que está a punto de jubilarse. 'El jefe infiltrado' quiso asegurarse de que está formando adecuadamente a su sucesor.

Viendo la desconfianza de Nino, que quiso echar los elementos necesarios para hacer el queso él mismo y no dejó al jefe hacer nada de los pasos que le iba explicando, descubrió que al maestro quesero le cuesta ir soltando el testigo a los demás trabajadores.

Una empleada se derrumba ante 'el jefe inflitrado'

El dueño de 'Quesos El Pastor' se adentró en el departamento de empaquetado de su empresa porque ha llegado a sus oídos que hay un mal ambiente de trabajo. Nati, una de sus trabajadoras, ya dejaba claro desde el primer momento que “si la gente viniera más concentrada, saldrían las cosas un poco mejor”.

El jefe, al ver cómo se comportaba la empleada, destacó ver su comportamiento “un poco subidito. Estoy seguro que también se equivocará, como lo hacemos todos”. La empaquetadora afirmaba que ella dice las cosas como son, mientras discutía con su compañera, y que por eso “me cogen manía y nadie quiere ponerse conmigo”. Después, cuando el 'jefe infiltrado' le preguntó por el ambiente de trabajo, ésta se derrumbó.

“¿Sabes más que los técnicos del Ministerio de Sanidad?”

Tras conocer cómo trabajan sus empleados, 'el jefe infiltrado' reveló su identidad. Una de las trabajadores que más críticas se llevó fue Conchi que no aplicaba las normas de la empresa. Ella se limitó a decir “yo soy así” mientras esperaba lo peor por parte de su jefe.

Marcos Rodríquez, después de dejar claro a Conchi que debe seguir las normas del Ministerio, decidió premiarla con 200 euros por ser una empleada rápida.

'El jefe infiltrado' también crítico la práctica de Manuel y su actitud frente al trabajo al dejar todo el trabajo a sus padres: “Es demencial tu dejadez”, decía el dueño de la empresa. “No he asumido mis responsabilidades porque no he querido”, explicaba el empleado.

Soledad Martínez, propietaria de una importante empresa de calzado

La directora financiera y una de las propietarias de Porronet, una de las empresas de calzado más importantes de España, Soledad Martínez, también se convirtió 'La jefa infiltrada'. Se hizo pasar por la teleoperadora Rosa García para descubrir el interior de su empresa.

Ya infiltrada en su empresa, Soledad se emocionó con la historia de uno de sus empleados. Ángel, encargado de montar las hormas de los zapatos, demostró su profesionalidad en su trabajo. Además, el montador le cuenta cómo superó un cáncer, en parte, gracias al apoyo de su jefe, el hermano de 'La jefa infiltrada'.

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