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Jesulín de Ubrique recordó cuando casi muere y volvió tras 38 años a su casa de infancia en el estreno de ‘El camino a casa’

Albert Espinosa y Jesulín de Ubrique, en el estreno de 'El camino a casa'

Redacción verTele

La noche del jueves nos dejó el estreno de El camino a casa, el nuevo programa de laSexta. En cada entrega, un famoso recorre junto Albert Espinosa, creador y presentador del formato, el camino que hacía desde su colegio hasta la casa en la que vivía cuando era un niño. En esta primera entrega, que se estrenó con un dato de audiencia aceptable (6.3% de cuota y 773.000 espectadores), el escritor se fue hasta Ubrique (Cádiz) para que su vecino más ilustre, Jesulín de Ubrique, rememorara su infancia.

El torero, siguiendo la premisa del programa, volvió por un día a su colegio, y allí recordó algunos los buenos momentos que vivió durante sus primeros años de vida. Las primeras trastadas con su hermano, Víctor Janeiro, y los primeros besos a chicas fueron algunos de los pasajes que contó abiertamente. También que su rendimiento como estudiante no fue el ideal, en parte por priorizar su prometedora carrera en el mundo del toreo.

“Los últimos años ya empezaste a faltar, pero cuando venías y salías al patio iban todos los críos de preescolar detrás cantando 'Jesulín, Jesulín, las orejas son pa' ti'”, contó al respecto don Tomás, uno de sus profesores durante aquellos años. Aun así, a Jesulín no le salió mal la jugada. De hecho, don Tomás contó ante Jesulín una anécdota que lo resume muy bien: “La última vez que te vi por la calle ibas en el coche y paraste para decirme: ”Don Tomás, aunque no terminé la EGB soy maestro yo también“.

Jesulín ganó más de 1 millón de pesetas con 13 años

Es más, con apenas 13 años, Jesulín ganó 1.190.000 pesetas (unos 7.100 euros) gracias a su desempeño en las plazas de toros. Fue su primer sueldo: “Se lo di a mi padre. A mí el dinero no me importaba para nada”. Aun así, su progenitor le dio un buen uso a ese dinero y al que Jesulín ganó durante los siguientes años de su adolescencia: “Lo primero que hizo mi padre fue comprar un solar para hacer una casa, porque nosotros vivíamos en una casa de alquiler. También compramos un Renault 5. Con 14 años compré un piso, con 15 una furgoneta, un Renault 11 e hicimos la casa. Y con 16 años me compré la finca actual que tengo (Ambiciones). Al dinero siempre le he tenido mucho respeto”, comentó el diestro.

“El accidente de tráfico cambió mi vida por completo”

De camino a casa, Jesulín y Albert hicieron parada en la plaza de toros de Ubrique. Concretamente, en la capilla, el lugar donde los toreros dejan “el miedo y la inseguridad”, según el diestro. Porque “esta no deja de ser una profesión en la que te juegas la vida”, recordó Jesulín, que al hilo de esta reflexión recordó el día que estuvo a punto de morir. Pero no por la cogida de un toro, sino por el accidente de tráfico que sufrió en el año 2001.

“Hubo un momento, cuando tuve el accidente de tráfico, que dejé de respirar y se me quitó todo. Yo lo vi todo blanco. Estaba en la gloria, no sentía nada y no tenía dolor. Eso fue en el tiempo que me oprimió el coche y me quedé sin aire. Pero fue levantarme y volver a la guerra de la vida. Me cambió mi vida por completo”, contó el torero.

Jesulín volvió a la casa de su infancia casi 40 años después

Pero El camino a casa de Jesulín de Ubrique tuvo un final feliz. O, más bien, emotivo, porque el torero se emocionó al volver a la casa donde pasó su infancia. “No había vuelto aquí desde hace 37 o 38 años”, aseguró mientras contaba a Albert Espinosa, caminando por una vivienda hoy vacía, dónde dormían sus padres, sus hermanos y él, y dónde estaban colocados el televisor y el sofá: “Es como si lo estuviera viendo ahora mismo”.

Después, el escritor hizo la pregunta que terminó de emocionar al diestro: “Echas de menos que estén todos, supongo”. “Mi padre, mi madre, mis tres hermanos y yo. Fuimos muy felices aquí”, respondió Jesulín entre lágrimas.

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