'En el punto de mira' entrevistó a Ángela Dobrowolski

La exmujer de Mainat rompió su silencio en Cuatro para defender su inocencia y atacar al productor

Ángela Dobrowolski, entrevistada en 'En el punto de mira'

Redacción / Europa Press

A principios de mes, se hizo pública la noticia de que un juez estaba investigando a Ángela Dobrowolski, esposa de Josep María Mainat, por un presunto intento de asesinato del productor. El caso pronto se convirtió en un reality en directo y, semanas después, la estudiante de medicina ha concedido su primera entrevista a En el punto de mira. Una charla que se emitió en la entrega del programa ofrecida este miércoles.

En ella, Dobrowolski defendió su inocencia. La alemana, que hasta ahora había aparecido siempre ante las cámaras con unas gafas de sol enormes y una película, empezó su testimonio mostrando su verdadero aspecto, en lo que ella acuñó como su “gran destape”. Ángela aseguró que tras “tantos años juntos se me ha pegado algo de su don televisivo” y confesó “aunque los recuerdos son buenos con él, la actualidad es mala”.

Definió a Mainat como “frío, controlador, calculador, vengativo”

La alemana recordó como llegó a Barcelona con 24 años y conoció al productor al poco tiempo, la etapa haciendo prácticas en una agencia de modelos a la que iban muchas personas de la pequeña pantalla. Dobrowolski defendió que “no me casé por interés” y reveló que “nunca hubo regalos materiales espléndidos. Yo me adapté a su estilo de vida. Llevábamos una vida tranquila. es un hombre poderoso con una mujer guapa y joven”.

La exmujer del productor le definió como “frío, controlador, calculador, vengativo, abusivo”. Tajante, defendió su inocencia asegurando que “no le he intentado asesinar” y desveló cuándo se torcieron las cosas en su relación: “se enteró que fue infiel. Quise salvar mi matrimonio pero en casa no mejoraron las cosas, sino que empeoraron”.

Ángela explicó igualmente por qué las cámaras de seguridad de Mainat la grabaron abriendo el frigorífico en tantas ocasiones la noche en la que, supuestamente, intentó asesinar a su exmarido y por lo que será juzgada en los próximos días: “Cualquier persona que vive conmigo te dirá que 13 veces ir a la nevera es un número bajo para mí. Cuando hago el esfuerzo de quedarme en casa estoy desequilibrada y lo compenso con dulce. No hay azúcar en casa porque es diabético. Es una denuncia vergonzosa, de un marido que quiere separarse. Esa noche le inyecté cuatro dosis, dos de hormona de crecimiento, una de testosterona y otra de absenta. Cuando él se encuentra mal, le tomo el azúcar. Esa noche, dos veces antes de llamar al médico. En la primera fue normal. Seguí insistiendo y el valor subió porque se tomó una coca cola. Me despreocupé porque le oí roncar”.

La alemana continuó su relato reconociendo que, dadas las circunstancias, podía despreocuparse. “Era mi momento y me podía relajar. La tercera medición fue poco antes de llamar al médico, cuando el valor no es normal. No oí ronquidos sino ruidos que no he oído nunca. Él está blanco, debajo de los ojos tenía círculos negros, ojos muy abiertos. Fue un shock y llamé al médico”. Además, aseguró que “lo que se dijo que retrasé la llamada es absolutamente falso. Mi marido, en estado comatoso, difundió una información que le habían inyectado insulina. Al despertarse del coma me pegó. También acusó de intento de asesinato a los trabajadores de su UVI. Y la denuncia es de su hijo Pol. Es algo raro”.

“Su palabra fue suficiente para llevarme al calabozo”

Dobrowolski aprovechó para hablar de las irregularidades en su detención, provocadas, según ella, por su exmarido. “En mi detención e investigación ha habido errores que yo llamo favores. Él está detrás de esto. Hay formas de hacer cosas en los límites de la legalidad. La palabra de mi marido fue suficiente para llevarme al calabozo. ¿Cómo se me puede detener si en los análisis no hay insulina?”, pregunta.

La alemana confesó que lo que más le importa son sus dos hijos y que “a día de hoy tengo que suplicar para hablar con ellos. No ha respetado ningún acuerdo” y desmiente que intentase asesinarlo para cobrar su herencia: “Nunca en nuestra vida en común me enseñó un papel con sus ingresos y sus gastos. Siempre era la ajena, la que vino de fuera. En su bolsillo no le mira nadie. Yo sabía que no cobraría una herencia en caso de divorcio, pero sabía que me podía divorciar. Tuve un contrato muy bueno que me aseguraba”.

“Me dejó de un día para otro sin medios económicos”

Durante la entrevista confesó varias infidelidades a Mainat, asegurando que su distanciamiento matrimonial comenzó cuando el productor se hizo mayor y empezaron los achaques propios de la edad. “Cuando empiezan sus problemas de audición se rompe la comunicación. Era distante, frío y empezó el abuso psicológica y emocionalmente y físico. Humillaciones públicas, conocí a una persona que no había conocido. Mi infidelidad ha cambiado muchas cosas, pero no era causa de nuestro problema, sino consecuencia”, mantuvo.

Con el foulard azul puesto que su marido llevó el día de su boda, Ángela sostuvo que “me dejó de un día para otro sin medios económicos, en la calle, me quitó mis hijos y me metió en la cárcel”. Por lo que ahora, aunque confesó que “aquí estoy resistiendo”, la alemana tiene claro que “No estoy enamorada de él. Yo luché duro por el recuerdo. Hoy en día si volviera por la familia sería imposible, lo que ha pasado no es perdonable”.

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