Crónica / Opinión

Así ha sido el estreno de 'Las cosas claras', la nueva apuesta informativa de TVE con Jesús Cintora que peca de apresurada

Así ha sido el estreno de 'Las cosas claras'

Lorenzo Ayuso

Con un homenaje a los trabajadores de la sanidad pública y la ciencia, seguido de una entrevista breve a Fernando Simón, Jesús Cintora ha comenzado a dar Las cosas claras en La 1 de TVE, un debate de “dos horas de directo y actualidad” con el que el periodista recuperaba la labor que años atrás tuviera en Las mañanas de Cuatro. Lo hacía, volvía a repetir en su introducción, con la pretensión de ser un “programa de servicio público” y de ejercer como “una voz más” dentro del espectro televisivo. Simplemente eso, aunque es algo complejo, añadía. En su estreno, el formato ha demostrado que este objetivo no era precisamente fácil.

Su lanzamiento en antena ha venido acompañado de las quejas de los trabajadores de la pública y hasta la dimisión de Isabel Cacho, hasta ahora directora de magazines, a raíz de la externalización parcial de esta nueva propuesta matinal. Algo que, de acuerdo al Comité Intercentros, significaría una vulneración de “las distintas leyes de la corporación en lo que se refiere a la externalización de los contenidos informativos”, en particular del artículo 7.5. de la ley de radio y televisión de titularidad estatal. La estrategia de RTVE había sido concebir Las cosas claras como un programa de entretenimiento, del mismo modo que ocurría con La hora de La 1 y el ya cancelado La pr1mera pregunta. En este caso, y a diferencia de los anteriores, no ha habido rueda de prensa para presentar el programa.

A diferencia de las anteriores que sí partían de la combinación entre actualidad política y contenidos más livianos, esta propuesta de estreno se ancla en el terreno de la información. No había dudas en ese aspecto: Las cosas claras se ha iniciado con la entrevista al director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, y ha continuado con la gestión del coronavirus, la última hora de sus vacunas, la aprobación de los presupuestos del estado y las cuentas del rey emérito. Y en ese aspecto, más allá de otra consideración, también cabe decir que su estructura y presentación no dista especialmente de otras alternativas de las privadas.

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'Las cosas claras', pero apresuradas

La presencia de la música de fondo (menos grandilocuente, eso sí) y una sensación de urgencia continuada en el tratamiento y transición de temas remite hasta cierto punto al modelo de Antonio García Ferreras establecido en Al rojo vivo. Cintora se apresuraba a pasar el turno de palabra entre sus contertulios (tanto a los presentes en la mesa del plató junto a él, como a los que entraban por vídeo-llamada como Antón Losada y Pedro Jota Ramírez), a dar entrada y salida rápida a las diferentes conexiones, en su mayoría breves: la misma de Fernando Simón servía para abrir boca, y duraba 10 minutos que se pasaban particularmente rápidos, sintiéndose esta inusual comparecencia televisiva del epidemiólogo como una anécdota no del todo aprovechada.

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Se marcaba así el compás de un programa acelerado, que fragmenta su escaleta en trozos quizás no lo suficientemente grandes para permitir un reposo a la información, y con el cebo de los que están por venir bien presentes. Los problemas de ritmo son cuestión de rodaje, por supuesto, pero sí se permite entrever de este debut un interés por demostrar dinamismo. Cintora se mueve por el espacio y no permanece siempre sentado; ahí le tenemos colaborando con Jacob Petrus en una sección meteorológica que partía de la realidad aumentada tan bien aprovechada en informativos de TVE. De hecho, también sale del plató, para acometer entrevistas, como la que en este primer programa ha realizado al juez José Castro sobre el contubernio en torno a Juan Carlos de Borbón. Este fue uno de los puntos álgidos a nivel de contenidos, con el magistrado realizando contundentes declaraciones sobre la fortuna del monarca y la responsabilidad de la justicia española.

Supone para él volver a ese modelo más inquieto ya probado en Cintora a pie de calle o Carretera y manta. Cuanto más se apueste por esto, mejor posicionamiento encontrará con respecto a la competencia.

Una mesa de debate arquetípica, con lo bueno y lo malo

Por el contrario, la mesa de debate reincidía en la convención habitual. Por más que Javier Aroca, uno de los presentes, hablaba de la calma que desprendía el aséptico plató, marcado por la luz blanca y los colores suaves, y más allá de la petición de respeto al turno, enseguida sus tertulianos incurrían en el enfrentamiento dialéctico, en las voces solapándose y en el ruido. De hecho, la elección de algunos participantes destacó por un tono exasperado desde el primer momento. Se agradeció, eso sí, la reaparición de Ernesto Ekaizer, tras meses de problemas de salud causados por el coronavirus, en una conexión.

Dicho de otro modo, aunque Las cosas claras es competente y trasluce la personalidad televisiva de Cintora, no resulta particularmente novedoso dentro del mapa de los magacines de actualidad, nada que no se haya visto antes, ni con un tono particularmente diferente.

Ha destacado más la ya mencionada sección de Petrus sobre meteorología y medio ambiente, una extensión del trabajo divulgativo que ya lleva a cabo cada tarde en Aquí la Tierra, y que permiten dar un soplo de aire fresco al espectador: en sus dos intervenciones, nos trasladó con la tecnología a un entorno forestal y al ártico. Este ha sido el mejor ejemplo de lo que busca ser Las cosas claras, por la claridad expositiva y la sensación de pausa respecto al paso del tiempo para comentar la actualidad con una actitud más reflexiva. Secciones como las de Maldita hemeroteca o Datadista deberían ir por esta misma vía.

Una sección como esta de Petrus también permitirá dar un pequeño margen para el entretenimiento dentro de un programa, insistimos, eminentemente informativo. Queda por saber si una propuesta así no podría haberse emprendido por la propia plantilla de la casa, por más que la dirección de Información de Actualidad justificara la externalización por no haber “personal voluntario suficiente”; un argumento que, por otro lado, se invalidaba desde el Consejo de Informativos de TVE y desde una redacción que ha protestado recuperando el luto durante el estreno.

La respuesta en redes sociales

La respuesta generalizada que ha dado el público a Las cosas claras ya inciden en algunos de los puntos desarrollados: se agradece la presencia de Cintora en televisión al mando de un programa propio, y se aplauden entrevistas como la del juez Castro; pero también se detecta ese ritmo atropellado del que hablábamos y una sensación bronca demasiado a menudo en la mesa de opinión.

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